¿Será Lugo el parador número 20?

Xosé María Palacios Muruais
xosé maría palacios LUGO / LA VOZ

LUGO

óscar cela

Menos de la quinta parte de los establecimientos de la red están situados en capitales de provincia

24 feb 2020 . Actualizado a las 19:41 h.

La idea de transformar el cuartel de San Fernando en parador ha generado algunos debates en Lugo en las últimas semanas. El PP -de manera especial el delegado territorial de la Xunta en Lugo, José Manuel Balseiro- plantea ese uso para el edificio. La posibilidad de que albergue el Museo da Romanización, que divulgaría una parte importante del pasado local, es defendida por el gobierno local. Al margen de las disputas, un parador construido en la ciudad amurallada se convertiría en el vigésimo del grupo de los situados en capitales de provincia.

En estos momentos, dentro de la red estatal, formada por 97 establecimientos, no hay ni una quinta parte que estén situados en capitales de provincia. La lista está formada por Albacete, Ávila, Cáceres, Cádiz, Córdoba, Cuenca, Valencia (El Saler), Granada, Jaén, León, Lérida, Málaga, Pontevedra, Salamanca, Segovia, Soria, Teruel, Toledo y Zamora. También las dos ciudades autónomas, Ceuta y Melilla, tienen sendos paradores. 

VARIEDAD. Dos posibles tipos de hotel. Un parador como el que se comenta como uno de los posibles destinos para San Fernando estaría en el centro de Lugo y prácticamente al lado de la Muralla, el elemento patrimonial y turístico más conocido de Lugo. Por su ubicación, podría entrar en la categoría de Paradores Civia, los situados en conjuntos urbanos, o en la de Paradores Esentia, instalados en lugares de interés patrimonial.

Los paradores de ciudades como Pontevedra, Segovia, Soria o Teruel entran en la primera categoría, que también tiene ejemplos en localidades cercanas a Lugo y de menor tamaño: el de Vilalba es de ese apartado. Por su parte, urbes como Cáceres, Cuenca o Toledo entran en la segunda categoría, que también tiene ejemplos próximos a la ciudad amurallada; el parador de Monforte de Lemos forma parte de ese grupo.

Hay, por último, un tercer grupo en el que un parador situado en el casco urbano de Lugo, fuese en el conjunto amurallado o cerca de ese recinto, tendría, en principio, difícil inclusión. Hay Paradores Naturia, que es la denominación de los situados en lugares de costa o de interior con interés paisajístico o natural. El de una ciudad como Valencia forma parte de ese grupo.

La descripción de la situación que se ofrece en la página web de Paradores, citando la cercanía del establecimiento a la albufera y al Mediterráneo, parece explicar la pertenencia a ese grupo. Cerca de Lugo, los respectivos paradores de Ribadeo y de Villafranca del Bierzo -el primero, situado junto a la ría, y el segundo, cerca del Camino de Santiago- entran en esa categoría. 

INICIO. Desigual antigüedad. El primer parador abierto en España, en no fue el de una capital de provincia sino el de Gredos, en funcionamiento desde 1928. Tras su apertura se creó un organismo encargado de esos establecimientos. Por lo que respecta a los paradores de capitales de provincia, su apertura fue variada: por ejemplo, el de Pontevedra se puso en marcha en 1955; el de Ávila, en 1966; el de Toledo, en 1968; el de Cáceres, en 1989, y el de Lérida, en el 2017. 

INCORPORACIÓN. Entrada de establecimientos. La red llegó a ampliarse con la incorporación de establecimientos que pasaron a tener la condición de paradores tras haber funcionado sin esa etiqueta. El Parador de León, instalado en el convento de San Marcos, pasó por ese proceso.  

SITUACIÓN. Ninguno en construcción en ciudades de ese tipo. Están en obras los paradores de Ibiza, de Morella (Castellón) y de Molina de Aragón (Guadalajara). A finales del mes pasado Paradores recibió la obra del de Muxía, cuya apertura se prevé para esta primavera y que construyó Tragsa.  

NEGOCIO. Desigual ocupación. La simple mención de las ciudades donde están situados los paradores permite intuir un tipo diferente de turismo, que puede estar en el interior (Toledo) o en una ría (Pontevedra), en una ciudad de casi 800.000 habitantes (Valencia) o en una de menos de 60.000 (Ávila), en una zona que atrae por su clima benigno al lado del mar (Málaga) o en una ciudad Patrimonio de la Humanidad (Segovia). El parador malagueño tuvo el año pasado una ocupación media del 91,69 %; la del segoviano fue del 63,27 %. 

En ciudades de interior que rebasan ligeramente los 60.000 habitantes (Zamora) o están algo por debajo (Cuenca), los paradores superaron el año pasado una ocupación media del 70%: en la ciudad castellanoleonesa fue del 71,01 %; en la castellanomanchega, del 75,01 %.

 Un cuartel de trazado sobrio y con diversas polémicas sobre su destino

«El edificio es muy sobrio. Está en consonancia con una de las corrientes racionalistas del neoclasicismo: predominio de los volúmenes y vanos rectos». Son palabras del historiador lucense Adolfo de Abel Vilela en un artículo titulado Arquitectura Militar y Neoclasicismo. El cuartel de inhábiles de Lugo. Pero lo que tiene el edificio de sobrio, con su trazado racionalista del siglo XVIII, contrasta con unas polémicas casi exuberantes sobre su uso.

El Concello pretendió convertirlo en auditorio, aunque Icomos, organismo asesor de la Unesco, criticó el proyecto, rechazándolo por su cercanía a la Muralla, hasta el punto de que la idea se aparcó. La conversión del cuartel en parador es también objeto de rechazo, puesto que se creó una plataforma que defiende la restauración del edificio como Museo da Romanización. La citada plataforma esgrime la riqueza del pasado romano como baza turística y cultural para hacer de Lugo la Mérida del norte, sin oponerse a un parador en otro punto de la ciudad. Mérida también tiene parador.

 Un futuro hotel de cuatro estrellas y de 51 habitaciones dentro del recinto amurallado

Al margen de polémicas sobre el uso del cuartel de San Fernando, en la oferta hostelera de Lugo aparece el próximo funcionamiento de un hotel de cuatro estrellas que también estará situado en el recinto amurallado. Estará situado en la plaza de Santo Domingo y gestionado por la cadena Oca Hotels. La apertura del hotel está promovida por el grupo lucense Dmanán.

El pasado romano de la ciudad no resulta ajeno al futuro hotel, ya que en los pasos iniciales de las obras se encontraron restos de una antigua calzada romana, monedas y una tumba. Serán conservados y luego, cuando el hotel funcione, musealizados. Otro rasgo destacado del hotel será su conexión con modernas técnicas de construcción, puesto que predominará la madera contralaminada en la estructura, con una galería de madera en la fachada principal y un patio interior de la construcción original. Por otro lado, se intentará que el hotel logre el certificado de sostenibilidad Breeam.