La Galicia donde el cielo es casi siempre gris

Xosé María Palacios Muruais
XOSÉ MARÍA PALACIOS VILALBA / LA VOZ

LUGO

PALACIOS

Un libro analiza las peculiaridades climáticas de municipios del norte de Terra Chá y de A Mariña

01 dic 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

«Miña terra galega, / donde el cielo es siempre gris». Lo dice la letra de una conocida canción de Siniestro Total. Hay una Galicia que tiene abundantes días de sol, especialmente en verano; pero os que viven en una zona del norte y del nordeste de la comunidad casi podrían apropiarse de la letra y asegurar que la suya es una tierra de cielo casi siempre gris.

Decir que de Ortegal a la ría de Ribadeo, con la zona montañosa del norte de la Terrá Chá como frontera por el sur, se sitúa la Galicia más húmeda y menos soleada puede sonar a tópico, pero basta una pequeña atención a la información meteorológica para corroborarlo. Ahora, además, acaba de publicarse un libro, Os tempos e o clima en Galicia, que recoge y explica datos del clima de esa parte de la comunidad en donde el sol no alcanza la intensidad de las Rías Baixas o de la comarca de Lemos.

Abadín, por ejemplo, sobresale como el municipio gallego con más días de lluvia al año: las dos estaciones meteorológicas del concello -situadas en A Fraga Vella, a 589 metros de altitud, y en Labrada, a 641- registran de media, respectivamente, 230 y 216 días de precipitaciones al año. Un día de lluvia es aquel en el que se registra una precipitación de al menos 0,1 litros por metro cuadrado en 24 horas, como explica Alberto Martí, profesor de Xeografía Física de la Universidade de Santiago de Compostela (USC) y uno de los autores de la citada obra. El meteorólogo Juan Taboada, el periodista de La Voz de Galicia Xavier Fonseca y el profesor de la USC Dominic Royé, que imparte la misma materia que Marí, son los restantes autores.

Que Abadín lidere esa clasificación de municipios con días de lluvia se debe a su situación en la Galicia septentrional, explica Marí. Los vientos del sur, que suelen preceder a días de lluvia, se notan en otoño y en invierno, y los del norte y del nordeste, que llegan del Cantábrico cargados de humedad, en primavera y en verano. En el libro, agrega, hay una parte dedicada a la nubosidad, algo que también está claramente presente en el clima de esa zona: por ejemplo, los días de verano con sol en gran parte de Galicia tienen, en la franja más septentrional, el contraste del ambiente gris y del cielo cubierto.

Hay que tener en cuenta, explica este docente, que la configuración de A Mariña puede compararse con la de un anfieatro en el que montes como los de la sierra de O Xistral, con altitudes que andan por los 1.000 metros en algunos casos, actúan de cierre por el sur. Las corrientes de aire que llegan de la costa chocan contra la sierra y producen esos días grises y húmedos que a menudo, durante el verano, se ven tanto en Abadín y en Muras como en la comarca mariñana.

Por su parte, Juan Taboada, que forma parte del equipo de MeteoGalicia, explica que una zona como la de O Xistral está expuesta a una influencia de vientos que no se da de igual manera en otras partes de Galicia. Así, dice, las Rías Baixas están afectadas en invierno por los vientos del suroeste, que implican días de lluvia, en tanto que en verano tienen más horas de sol que la franja septentrional. A Coruña, añade, está menos expuesta a la influencia de los vientos del suroeste y más, en cambio, a la de los del noroeste. En la sierra de O Suído, situada entre el oeste de Ourense y el este de Pontevedra, se registran durante el invierno precipitaciones más abundantes que las de O Xistral, aunque los veranos, por el contrario, se caracterizan por los días secos y soleados.

El volumen Os tempos e o clima en Galicia cubre en cierto modo un hueco, reconoce Taboada, que asegura que no había publicaciones de este tipo. La obra, afirma, fue ideada con un tono divulgativo, por lo que su lectura no está solo al alcance de científicos. Organismos como MeteoGalicia o la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) ofrecen datos con registros de bastantes años, algo cuya importancia recalca Alberto Martí. «No nos podemos fiar de la memoria y hay que ir a los datos», dice. Así, manifiesta, se constata , por ejemplo, que los días de calor aparecen antes en primavera y desaparecen más tarde en otoño.

El entorno de O Xistral está afectado por vientos del sur y del norte, que aportan humedad