Los lobos devoran los tres perros de una misma vivienda de Cospeito

ANA L. CILLERO / x. M. p. VILALBA / LA VOZ

LUGO

Alberto López

Una vecina vio al lobo delante de su casa, pero no creía que llegase a ser capaz de comerle los animales

15 ago 2019 . Actualizado a las 12:18 h.

Una de las reiteradas denuncias del sector ganadero comienza a sonar con fuerza también ante los animales de compañía de las zonas rurales. Los vecinos afirman que la situación está completamente descontrolada. En la casa de Estrella -en la zona de A Espiñeira, en la parroquia de Sistallo, en el ayuntamiento de Cospeito- el lobo no ha dejado tranquilos a sus perros hasta que se los ha comido.

«Eu tiña tres cans presos, unha cadela grande de caza do meu fillo e dous pequenos que non sei ben se chegarían ao ano», comenta Estrella. Durante la semana pasada, esta mujer, por motivos personales, se había levantado muy temprano. Una de las veces, explica, «vin ao lobo pasear coas crías por diante da casa, pero ese día non lles fixo nada aos cans».

Estrella asegura que ella acostumbra a tener los perros sueltos por su propiedad, pero que una bisnieta pequeña los prende para que ella no se asuste. «Un dos días quedaron presos, porque non me acordei de soltalos, e foi xusto ese día», explica Estrella.

Los dos perros pequeños se los llevó con él, y esta vecina de Cospeito relata: «Un deles comeuno ao pé dun pozo que teño aquí, cerca da casa, porque atopei despois o colar sen nada. Os outros dous non sei para onde os levou, pero aquí non deixou nada».

ALBERTO LÓPEZ

Una vecina de Estrella, Ana María, comenta que su hija vio un día, a las siete de la mañana, cómo el lobo paseaba. Ellas tenían su perro suelto, pero el suyo no sufrió daños. En la zona de Santa Cristina también comió varias ovejas.

Los expertos explican que una de las soluciones para evitar que el lobo se acerque a las casas o al ganado es tener un perro mastín. El mastín no está contemplado todavía como una herramienta, pero inciden en que puede ser muy útil para ayudar en estos labores. Es un perro grande que puede hacerle frente al lobo, cuando este se acerque hambriento.

Fue visto pasar a pleno día al lado de una gasolinera de Martiñán, en el concello de Vilalba

Una dependienta de la gasolinera de Martiñán (Vilalba), Valeria, tuvo en una ocasión la oportunidad de ver pasar al lobo por cerca de su puesto de trabajo. «Salió de un pinar que está aquí al lado de la gasolinera y se metió en la finca de enfrente», comenta la empleada. Además de esto, lo que a ella le sorprendió fue el estado del animal: «Era muy grande y estaba muy flaco. Yo ya pensé que probablemente fuera a buscar comida a las casas que están por aí cerca».

Al principio ella no daba crédito de que podía ser el lobo. «Yo salí a ver porque los hombres que estaban aquí dijeron que estaba el lobo; pero no era muy temprano, serían las diez o las once de la mañana porque ya tenía clientes, y era en pleno día como para que se pusiera a cruzar por la carretera», incide Valeria.

Ella solo lo vio una vez, pero varios vecinos subrayan que por allí pasa varias veces.

Cruzan por los pasos

Los lobos no tienen ningún reparo en ponerse a cruzar la N-634, sea la hora que sea. Cruzan por tres pasos. Uno de ellos es el del pinar que comentaba Valeria, otro lugar por el que se pasean es el cruce de la autovía y en esta misma zona también pasan por donde está el depósito de sal.

«Das 15 eguas que teño no monte, o lobo comeume 12 e noutra leira acaboume con dous becerros»

Javier é un gandeiro da zona de Castromaior, en Abadín, que, coma moitos outros, viuse afectado pola presenza dos lobos na zona. Todos os ataques deste animal ao gando deixan graves feridas económicas e morais nos seus donos, pero neste caso aínda agrávase máis, e así o explica o propio Javier: «Dende hai dous meses para aquí, das 15 eguas que teño comeume 12». Esta especie tena no monte, nun peche da súa propiedade e ben delimitado. Ao mellor non sorprende tanto que sexa no monte, pero si que sexa unha cantidade tan elevada de animais os que se viron afectados.

Pegadas

Ademais, Javier incide en que o lobo non ten agora medo de achegarse ás casas da zona, aínda que estean habitadas. «Estes días que choveu e está a terra medio mollada fixeime e víanse ben as pegadas do lobo no camiño que teño aquí na casa», explica este veciño de Abadín.