«El trabajo de resinera es muy duro»

Dolores Cela Castro
dolores cela LUGO / LA VOZ

LUGO

Aprendió hace un año con los pioneros en montes de Friol y en cursos en Segovia

08 jun 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Érika Martínez Carreira es ingeniera de montes y la primera mujer resinera con título oficial en Galicia, que solamente consiguieron tres personas. Hizo las prácticas en los montes de Friol, acompañando al presidente de Arega, José Antonio Rodríguez Puga. Su proyecto de fin de carrera es un trabajo sobre la gestión conjunta para completar la renta agraria con aprovechamientos resineros.

-¿Desde cuándo es resinera?

-Aprendí hace un año, con los tres pioneros de la actividad y acabé la formación en Segovia, donde más experiencia tienen en este campo. Ahora tengo el título oficial. Realmente lo hice con la intención de poder dedicarme a la formación. Quería aprender para enseñar.

-¿Impartió algún curso?

-De momento no se impartió ningún curso oficial. Hay proyectos con algunos ayuntamientos.. Desde la asociación lo que están haciendo es enseñar a no dañar el árbol y a no causar lesiones con las posturas que se adoptan para trabajar en el monte.

-¿Tiene futuro esta actividad?

-Sinceramente estoy convencida de que si hubiera una mentalización colectiva tendría futuro. Las cuentas están más que hechas. Un resinero tiene capacidad para trabajar con 5.000 pinos y son 15.000 euros cada temporada. La persona que sea capaz de conseguir los 5.000 pinos podrá sacar esa cantidad.

-¿Hay reticencias por parte de la administración frente a este trabajo?

-Hay muchas cosas. En Galicia la producción de pinos fue siempre para la venta de madera. Por las condiciones del suelo, que son muy buenas, el crecimiento también lo es. En suelos que no son tan buenos, como por ejemplo en Segovia, necesitan más años para poder alcanzar el mismo desarrollo y aprovechan la resina. Aquí nunca hubo mentalidad resinera. Se hacía hace 40 o 50 años, antes de que irrumpiera la resina de China porque una vez que coparon el mercado, no compensaba. Es la ley del mercado. Hemos vuelto porque cuando aprieta la crisis los trabajos no tan remunerados vuelven a tener protagonismo.

-¿Se puede hace compatible con las ventas de madera?

-Se puede sacar resina y se puede sacar madera. Ambas actividades no son incompatibles, siempre que se haga bien. Quienes desempeñen este trabajo tienen que controlar la parte práctica, pero también la teórica para entender el por qué de las cosas. Hay que retirar la corteza con cuidado, sin llegar a la madera, para no estropearla con el ácido que se echa para que caiga la resina.

-¿Se crearían empleos?

-La superficie de Galicia es brutal. Si se hiciera un trabajo de aprovechamiento habría muchos puestos de trabajo. En sí los trabajos forestales hay que combinarlos con otras cosas para poder rentabilizarlos. Mucha gente que está en el paro podría tener un trabajo. Mi proyecto de fin de carrera es un trabajo de gestión conjunta para complementar la renta agraria con el aprovechamiento resinero.

-¿Que complementos?

-El tipo de contrato que puede hacer un resinero puede suponer también la limpieza del monte y podas, con lo que se consigue que el monte esté limpio, lo que hace más difícil la propagación del fuego y más fáciles las labores de extinción. Es un buen método y permitiría no tener que dedicar tanto dinero. El aprovechamiento de la resina se hace en verano y a lo mejor quien va a prender fuego se lo piensa dos veces antes, si ve que hay gente alrededor.

-¿La empresa que compra la resina está dando facilidades, también de formación?

-La empresa pone a disposición un depósito al inicio de temporada, que se lleva para Segovia. Los cursos no los facilitó ella, sino que fueron una iniciativa de la Consellería de Medio Ambiente. Se impartieron en Segovia por la tradición que existe de recogida de resina.

-¿Cómo se regula la actividad?

-De momento no existe legislación y eso realmente supone un problema. Se puede meter cualquier persona en el monte, sin saber. Además de estropear la madera, puede crear una conciencia negativa hacia el resinero. Por este motivo es muy importante que existan unas bases que regulen la actividad.

-¿Es un trabajo muy duro el de resinero?

-El trabajo es realmente muy duro. Hay que estar acostumbrado a desempeñar una actividad similar porque de lo contrario es muy cansado. Lo más complejo es quitar la corteza, antes de colocar los envases. Se necesita mucha fuerza para arrancarla y no llegar hasta la madera.

«Un resinero tiene capacidad para trabajar 5.000 pinos y son 15.000 euros temporada»