Concierto total

LUGO

Los músicos lucieron unas camisas que imitaban el antiguo fondo del escenario.
Los músicos lucieron unas camisas que imitaban el antiguo fondo del escenario. óscar vázquez< / span>

29 dic 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

SINIESTRO TOTAL, 30.º ANIVERSARIO

La Iguana Club. 27 de diciembre. Aforo completo, alrededor de 200 personas

Pocos minutos antes de las doce de la noche, el aforo completo de La Iguana Club de Vigo entonaba el Cumpleaños feliz dirigido a Siniestro Total, el equivalente irreverente a las tres grandes ces de Vigo: el Cristo de la Victoria, el Celta y la factoría de Citroën. No es fácil cumplir treinta años de trayectoria artística y mucho menos con el vigor y la honradez con que ha llegado la banda de Julián Hernández. S.T. podría haber vivido desde hace tiempo de su inagotable repertorio de éxitos, los mismos que la gente cantaba sin dudar estrofa alguna anteayer en La Iguana. Pero no. Aquel grupo que empezó siendo punk no ha dejado de reinventarse y algunas de las canciones más recientes ya tutean a los clásicos en los repertorios revisionistas como el del pasado martes.

Así pues, el concierto combinó repertorio, comunión, participación y diversión, todo ello aderezado por la poderosa musculatura instrumental que ha desarrollado el grupo en los últimos años. Los Ayatollah y Matar jipis en las Cíes, que se escucharon en el último tramo de la fiesta, poco se parecen a los que atacaban sin cuartel con Coppini al frente. Detrás hay cinco músicos que se han empeñado en tocar cada día mejor y rodearse de los técnicos adecuados para que los conciertos suenen tan bien como el del pasado 27 de diciembre.

Y, aun con toda esta profesionalidad, aquella irreverencia inicial sigue viva en Julián Hernández, capaz de mantener el vacile con el público durante dos horas, y actualizar el contexto de algunas de sus viejas canciones, como Alégrame el día torero, que dedicó a José Tomás, el sastre de Francisco Camps.

Y no sin esfuerzo, porque Julián comenzó inquieto, nervioso, ante una plaza que conoce bien como cliente o como músico paralelo, pero no como integrante de S. T. Con la ayuda del público, que le ahorró en varias ocasiones el esfuerzo de cantar - por ejemplo, en Miña terra galega-, se fue relajando para acabar disfrutando.

Por el camino han quedado Coppini, Torrado, Costas y Grandío, pero la máquina continúa funcionando y siendo fiel a aquella estructura inicial de abordar los conciertos de tres en tres canciones seguidas, al modo de los Ramones. Un cumpleaños de Siniestro en La Iguana es un concierto total.