Primeiro de Maio en la otra crisis

LUGO

Los sindicatos criticaban el desempleo, 21.000 parados según el INEM y 33.000 según sus datos, y reclamaban un plan de industrialización para la provincia

01 may 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

Los sindicatos celebran hoy el Primeiro de Mayo en un contexto de crisis económica generalizada y de ámbito mundial, dos meses y medio después de que el Instituto Nacional de Estadística confirmara que la economía española había entrado en recesión, por primera vez desde el año 1993. La pregunta clave en estos momentos en que se vive una situación similar, aunque con algunas particularidades es saber cómo fue el 1 de Maio de 1993 y qué reivindicaban las organizaciones sindicales hace 16 años.

En las jornadas previas al Primeiro de Maio y en la presentación de la manifestación conjunta de UGT, Comisiones Obreras y la CIG, que partió de la AISS a las doce y media del mediodía, los sindicatos criticaban los datos del paro. Oficialmente el INEM reconocía la existencia de 21.0000 desempleados en la provincia, sin embargo, las tres organizaciones hablaban de 33.000. El desfase hay que buscarlo en los datos que aportaba, por un lado el Instituto Nacional de Empleo y por otro la Encuesta de Población Acriva. Suponía, según pusieron de manifiesto las organizaciones sindicales, que más de un 30% de la población activa de la provincia se encontraba en situación de paro. Dieciséis años más tarde el número de parados en Lugo alcanzaba en el mes de marzo los 19.871.

Por UGT compareció Fernando Teijeiro, secretario de acción sindical en aquel año, en representación del entonces secretario comarcal, Ricardo Varela, que cesó recientemente como conselleiro de Traballo. Teijeiro, que sigue activo en el sindicalismo, como secretario de una federación, habló del «quebrantamiento de las relaciones laborales en la provincia» y pidió a las autoridades que controlaran las contrataciones en el área comercial que acababa de abrir, Continente. También pedía un mayor control por parte de Industria de los horarios del centro.

Carmen Antas, de la entonces CXTG, que ya formaba parte de la CIG, intervino en representación de la formación nacionalista para demandar un plan de industrialización para Galicia y en concreto para Lugo, con importantes inversiones en infraestructuras y la creación de un gran grupo lácteo gallego. Aunque no precisaba infraestructuras el planteamiento es muy similar al efectuado recientemente por la patronal lucense y por los sindicatos.

En el 93 los sindicatos, según pusieron de manifiesto en la rueda de prensa, no conseguían poner sobre la mesa de la negociación colectiva, que estaba paralizada, como ahora, incrementos salariales superiores al 3,5%.

El entonces secretario de Comisiones Obreras, Manuel Núñez, retirado del sindicalismo activo y que ejerce como docente en Casás, presentó un informe en esa misma comparecencia en el que daba cuenta de que en la última década habían presentado expedientes de regulación de empleo en la provincia 1.351 empresas, que afectaron a 12.000 trabajadores. En la misma década, a través del SMAC se despidieron a 16.367 trabajadores, a los que tuvieron que pagarles 6.500 millones de pesetas en indemnizaciones. Núñez puso sobre la mesa qué hubiera ocurrido en caso de que ese dinero se hubiera destinado a la creación de empleo «en lugar de a destruirlo».

A la manifestación conjunta de los tres sindicatos de hace 16 años acudieron centenares de trabajadores, según las crónicas de la época. La marcha la encabezaban los dirigentes sindicales con una pancarta: «Pola industrialización de Lugo. Primeiro de Maio».

Las consignas más significativas que recogen las publicaciones de la época fueron: «Menos Xacobeo e máis emprego» y «Menos Julio Iglesias e máis empresas». Ambas estaban relacionadas con los acontecimientos de aquellos días en los que el conselleiro de Cultura anunciaba una inversión millonaria. Aludían al ingente gasto de la conmemoración del Año Santo y a la parte que cobró el cantante por uno de sus conciertos incluido en los actos conmemorativos.

Las demandas de los sindicatos en ese año eran un plan de empleo para Lugo, la creación de un consejo económico municipal y el desbloqueo de la negociación colectiva.

El clima en aquellos meses entre la patronal y los sindicatos era muy tenso. Días antes de la manifestación el presidente de la patronal gallega, Antonio Ramilo, efectuó unas declaraciones que levantaron ampollas. Ramilo achacó la virulencia de la crisis económica en España a que el Gobierno «hizo caso a los sindicatos a partir de la huelga general del 14 de diciembre de 1988, prestando más atención a los gastos corrientes que a las inversiones en infraestructuras». Responsabilizaba a estas organizaciones de la devaluación de la pesetas. De las manifestaciones del Primero de Maio dijo que eran unos actos que «rompen la paz social» y de los sindicatos manifestó que eran «irresponsables e incongruentes» y que se quejaban de una situación que habían creado.

Un informe de CEOE de principios de mayo alertaba del estancamiento del consumo privado, que se reflejaba en las encuestas de opinión, que registraban el nivel más bajo de confianza de los consumidores de los últimos años, con un retroceso de tres puntos en relación a diciembre y de 25 puntos sobre marzo de 1992.