Una aldea de Pantón estrena el primer ultramarinos de pueblo autoservicio

m.a. LUGO/ LA VOZ

PANTÓN

Una aldea de Pantón estrena bar y tienda autoservicio
Una aldea de Pantón estrena bar y tienda autoservicio cedida

Un emprendedor aprovechó una antigua casa y bodega de Carballo para hacer apartamentos de turismo rural y se asoció con otra empresa para ofrecer un servicio básico en la aldea

25 oct 2022 . Actualizado a las 15:33 h.

No es fácil llegar al lugar de Carballo, en la parroquia de Ribeiras do Miño, municipio de Pantón (Lugo). Es uno de esos preciosos pueblos de la Ribeira Sacra colgados sobre el embalse de Os Peares donde la belleza se reserva para quien sabe a dónde va o es un explorador consumado.

Un emprendedor aprovechó una antigua casa y bodega para convertirla en apartamentos de turismo bajo el nombre de Ecolagar O Barqueiro. Por sus ventanas se ve una de esas estampas mágicas de la Ribeira Sacra y se respira silencio. Hay tanta tranquilidad porque el pueblo ya casi se ha quedado sin gente, y por tanto no es fácil encontrar un empleado que atienda a los huéspedes.

Tampoco hay dónde comprar el pan ni las otras viandas necesarias para desayunar o comer. Por ello, el nuevo negocio se asoció con la empresa La Moderna, que montó en el mismo complejo un bar y tienda decorado como los ultramarinos de los pueblos, donde se puede desayunar, tomarse unos vinos, o comprar la comida y la bebida que de otra manera estarían a casi media hora de viaje en coche.

Autoservicio

Pero la gran novedad es que el bar tienda está totalmente automatizado y sin dependiente. Un teclado permite abrir la puerta de entrada a quien se le facilite un código de apertura. Y dentro encontrará solamente a otros clientes o estará solo. No hay tendero. Con su tarjeta bancaria, el usuario podrá pagar cualquier bebida o comida que encontrará en alguna de las cinco máquinas dispensadoras.

Tras hacer la compra de todos los productos que necesite, se cargará en su cuenta bancaria el precio exacto. Las máquinas reconocen cada producto retirado por su peso y cobran sin error. Por tanto, la mecánica es pasar la tarjeta por el lector de la vitrina que se desee. La puerta se abre. Se cogen los productos deseados y cuando se cierra de nuevo, el precio total de la «compra» aparece en una gran pantalla digital del dispensador y el cargo se hace automáticamente en la cuenta bancaria.

Además, para el desayuno y las necesidades habituales de los huéspedes, el ultramarinos cuenta con algunas máquinas de café, tostadora y vajilla desechable.

En fin, que se puede desayunar, comer o simplemente ir a disfrutar de la cantina, pero sin cantinero. La tarjeta bancaria y el autoservicio son suficientes. Si no es un ultramarinos único en el mundo, se acerca.