Belesar enseña otra vez sus secretos

Carlos Cortés
carlos cortés MONFORTE / LA VOZ

LEMOS

ROI FERNÁNDEZ

Castro Candaz está a un metro de quedar de nuevo accesible a pie y ya se ve la capilla de Santa Marta

21 oct 2018 . Actualizado a las 18:48 h.

El embalse de Belesar acabó el verano con poca agua y todavía no ha empezado a recuperarse. Desde hace semanas, el nivel baja poco a poco y en estos momentos roza ya el 25% de ocupación. Por debajo de ese porcentaje es cuando empieza a ser posible llegar andando a Castro Candaz, el promontorio situado en la parroquia de Santa Baia de Pedrafita que hace dos inviernos se hizo tan popular que el Ayuntamiento de Chantada tuvo que enviar a la Policía Local a regular el tráfico en los accesos los fines de semana.

Los restos de construcciones que llenan cada centímetro de ese antiguo castro, que después se poblaría de bodegas y viñedos, llevan ya un tiempo a la vista. En estos momentos todavía no está completamente fuera del agua la estrecha franja de tierra por la que se puede pasar caminando desde la orilla del embalse. Pero le falta muy poco. El paso está interrumpido por apenas un metro de agua. Si el embalse sigue bajando, el camino quedará despejado en unos días.

Pero con este nivel, las orillas habitualmente anegadas del embalse de Belesar dejan ver mucho más que Castro Candaz. También vuelven a estar por encima del agua los restos de la capilla de Santa Marta, una pequeña iglesia que antes del embalse estaba situada en la zona ribereña de la parroquia de Santa María de Castelo, en el municipio de Taboada.

Construida también en un antiguo entrante elevado sobre el Miño en el que había un pequeño castro, la capilla de Santa Marta vivió hace siete años una peculiar resurrección. Cuando Fenosa tuvo que secar prácticamente el embalse en el 2011 por unas obras en la presa, los vecinos de Castelo decidieron aprovechar la ocasión y celebrar una romería junto a los muros todavía en pie del viejo tempo. El nivel del agua está mucho más alto ahora que entonces, pero ha bajado lo justo para que asomen la capilla y el camino que conducía a ella.