Crónica | Un negocio centenario El estanco conocido como Genín Carrozas recibe hoy el reconocimiento de la Federación de Comercio por sus más de 100 años de actividad
19 ene 2006 . Actualizado a las 06:00 h.El actual propietario del conocido en Sarria como estanco de Genín Carrozas, Eugenio López Carrozas, no recuerda la fecha exacta en la que su bisabuelo, Pedro Varela, abrió al público el establecimiento. En todo caso sí sabe que fue hace más de un siglo y por ello la Federación Lucense de Comercio le homenajeará esta noche. El negocio pasó a continuación a ser regentado por el abuelo de Eugenio, Luis Carrozas y a continuación por su padre, Eugenio López Rubín. En sus orígenes el negocio era de ultramarinos y estanco, actividades que se mantuvieron hasta 1980. Ese año pasó a ser sólo estanco. Eugenio López lleva 52 años al frente del establecimiento y recuerda los tres cambios de ubicación. Con 18 comenzó a ayudar a su madre detrás del mostrador y recuerda las estrecheces que pasaron cuando tuvieron que cambiarse a un local de reducidas dimensiones en el que hasta el aceite se congelaba con el frío. Calentar aquellas garrafas de 500 litros para que su contenido se volviera líquido era una odisea. Algún despiste, dejar el bidón tapado al calentarlo, provocó que Eugenio entrara en calor con un baño en aceite caliente tras abrir la garrafa. Con tanta antiguedad es lógico que recuerde cuando en la villa sólo existían dos negocios y la competencia era menor. «Hoy existen alrededor de 20, pero nosotros seguimos con una venta normal de prensa». Es lógico que no se queje considerando que diariamente vende alrededor de 200 periódicos. En lo que sí advierte un notable cambio es en la venta de ejemplares el día 23 de diciembre en el que todos los periódicos contienen la lista de la lotería. «Hace años era habitual que pasáramos de los 1.000 ejemplares y ahora vendemos alrededor de 400». La experiencia de Eugenio López le convierte en una voz más que autorizada para valorar los cambios en la sociedad con la nueva ley del tabaco. «De momento no noto ningún cambio. Lo único que observo es que no vendemos al por mayor a algunos negocios que antes lo vendían y que aumentó la venta al detalle». Otro detalle importante es la influencia de los regalos que dan a sus lectores periódicos y revistas. «Cuando vine para el nuevo local -hace 25 años- pensaba como iba a llenarlo con lo poco que tenía en el otro. Al poco tiempo ya no tenía donde colocar las cosas», asegura entre sonrisas Eugenio López. La llegada de los coleccionables por fascículos también supuso una revolución. «Vendía 60 fascículos semanales de la Enciclopedia Gallega», recuerda Eugenio López. Lo mejor es que la continuidad del negocio está plenamente asegurada, ya que su hijo se hará cargo del establecimiento cuando se jubile su padre.