Parches, chicles, fármacos con receta... ¿Cuál es el mejor método para dejar de fumar?

VIDA SALUDABLE

La Voz de la Salud

Tras la retirada de Champix del mercado, la aparición de la citisina cubre el hueco dejado por el fármaco de Pfizer, aunque aún no está financiado por el Estado

27 abr 2022 . Actualizado a las 12:22 h.

«El día que deje de fumar, lo haré por mis propios medios, de golpe y sin ayuda de ningún fármaco». Es una frase bastante típica entre las personas con tabaquismo, una sentencia que parece deslizar de alguna manera que dejar el tabaco a través de una fuerza de voluntad férrea es más meritorio que servirse de ayuda (profesional o farmacológica). No es ninguna sorpresa que la mayoría de las veces que escuchamos esta frase provenga, ironías de la vida, de alguien que está fumando.

Los profesionales insisten en que un alejamiento gradual del tabaco incrementa las posibilidades de éxito. La estadística dice que solo un 5 % de las personas que tratan de abandonar el hábito logran hacerlo por sus propios medios. Echar mano de las múltiples ayudas que nos proporciona la industria farmacéutica, rigurosamente aprobados por las autoridades sanitarias pertinentes, nos facilitará llegar al objetivo. Desde parches hasta inhaladores, existe un largo listado de alternativas para lograr dejar de fumar. Los resultados óptimos se lograrán combinando la terapia psicológica (basada en estrategias cognitivo-conductuales) con la farmacológica. La combinación de ambas es la recomendación de La Voz de la Salud y de todos los expertos.

«Es muy importante el tratamiento psicológico, pero también el tratamiento farmacológico. Solo con el tratamiento psicológico logran dejar el tabaco entre un 15 y un 20 % de las personas, pero si le añadimos los fármacos triplicamos o cuadruplicamos las posibilidades de éxito. De ese  20 % (el éxito puede alcanzar el 30 %), podemos llegar hasta un 50 o un 60 %. Puede parecer una cantidad pequeña, pero es más de uno de cada dos. Con el tratamiento farmacológico conseguimos un impacto poblacional enorme. Imagínate que la mitad de fumadores que hacen un intento de dejar de fumar lo lograsen. Sería muy importante», explica el doctor Carlos Rábade, neumólogo y coordinador del área de tabaquismo de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR).

«Cualquier intento de abordaje del tabaquismo debería ser planificado desde una perspectiva fundamentada en su concepto de enfermedad crónica adictiva. Desde este punto de vista, el tratamiento farmacológico debería ofrecerse a cualquier fumador que quiera realizar un intento serio por dejar de fumar, salvo en los casos donde coexistan contraindicaciones médicas o situaciones donde no se disponga de evidencias sólidas sobre la seguridad o eficacia de los mismos (embarazo, niños y adolescentes y fumadores de menos de 10 cigarrillos diarios). En este sentido, los ensayos clínicos muestran que el empleo de fármacos para dejar de fumar multiplica hasta por tres las posibilidades de éxito frente a no utilizarlos», añade Raúl de Simón Gutiérrez, coordinador Nacional del grupo de trabajo de Tabaquismo de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN).

Tipos de fármacos para dejar de fumar

  • Nicotínicos (parches, comprimidos, chicles, espráis)
  • No nicotínicos (bupropion, vareniclina, citisina)

En este artículo nos centraremos en la parte farmacológica del tratamiento (consulta en este enlace el apartado psicológico). Existen dos tipos de tratamientos: los sustitutivos de la nicotina (entre los que se incluyen los chicles, los parches, pastillas, espráis e inhaladores) y los no nicotínicos, disponibles bajo prescripción. Pero, ¿cómo funcionan?, ¿cuál es el más adecuado para cada situación? Pasamos a explicar cada uno de ellos con sus ventajas y sus desventajas

La desaparición de Champix, un punto de inflexión

En septiembre del año 2021, la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios ordenó la retirada del fármaco Champix (Pfizer). Champix, cuyo principal componente es la vareniclina, no desapareció solo en España. La FDA estadounidense y la Agencia Europea también lo retiraron. Se trataba del medicamento no nicotínico más prescrito por los profesionales por su eficacia demostrada a la hora de dejar el tabaco. ¿Por qué fue entonces retirado si la mayoría de los médicos lo consideraban un muy buen producto?, ¿cómo funcionaba?

La vareniclina forma parte de los fármacos no nicotínicos. «Es un medicamento que pertenece al grupo de los agonistas parciales de la nicotina. Es muy similar a la nicotina, pero es un fármaco no nicotínico. ¿Esto qué quiere decir? Que tiene una afinidad muy parecida a la nicotina en los receptores del sistema nervioso central», explica Carlos Rábade. «En el sistema nervioso central hay unos receptores a los cuales se une la nicotina cuando una persona fuma haciendo que se libere dopamina, que es el neurotransmisor que produce esa sensación de placer, de recompensa que tiene el fumador».

La clave de la vareniclina (Champix) era que «ocupaba» estos receptores haciendo que, cuando tras fumar, la nicotina intentaba «posarse» sobre ellos, no quedaba sitio. La consecuencia era que el fumador no sentía placer. Lo único que experimentaba era el desagradable sabor del tabaco sin nada a cambio y claro, la sensación que referían era «de asco». «La vareniclina era un fármaco muy bueno, en los ensayos clínicos que se hicieron demostró superioridad con respecto al resto. El problema surgió en la cadena de producción. Durante la síntesis de un determinado fármaco, puede producirse una contaminación por otras sustancias, por impurezas. Con este medicamento apareció una, que son las nitrosaminas de la vareniclina, sustancias que a determinados niveles pueden tener una acción cancerígena», comenta Rábade. «La duración estipulada del tratamiento con Champix (tres a seis meses) no alcanzaba niveles suficientes para producir un cáncer, pero sí es verdad que había estaban por encima del límite recomendado, por lo que se prohibió por la EMA, la FDA y las agencias mundiales del medicamento».

Fuera del mercado de manera indefinida, ahora el medicamento está en una fase de readaptación. Ante su ausencia, ha aparecido la citisina para cubrir su hueco. «La citicina es la molécula originaria de variniclina. La citisina es un alcaloide natural». Pese a que ha mostrado muy buenos resultados en fumadores, a día de hoy no está financiada por el Servicio Nacional de Salud.

Opciones de fármacos no nicotínicos

A continuación, y tras la retirada de Champix, exponemos los métodos farmacéuticos disponibles no nicotínicos que existen en el mercado. 

Citisina, el relevo natural a Champix: ventajas y desventajas

La citisina es un alcaloide natural que proviene de una planta. Sus propiedades eran ya conocidas por la población indígena de Nueva Zelanda, los maorís, que desde hace siglos exprimían sus propiedades medicinales. Su estudio ha demostrado que también es eficaz para eliminar la adicción por el tabaco. «De hecho, en la II Guerra Mundial, los profesionales sanitarios del ejército administraban esta medicina para controlar el síndrome de abstinencia a los soldados fumadores que no disponían de tabaco», relata el responsable del área de tabaquismo de la SEPAR. Este alcaloide natural del mismo grupo de la variniclina es un inhibidor parcial de los receptores nicotínicos que elimina la sensación de placer en el fumador al inhalar el humo del tabaco y es el fármaco más parecido a Champix que hay ahora mismo en el mercado.

Sí existe, sin embargo, experiencia sobre la utilización de este medicamento en países de Europa del Este. «La citisina, que se obtiene del extracto de las semillas de los árboles del género Cytisus laburnum, requiere un tratamiento de 25 días que comienza con una dosis de 6 comprimidos diarios los primeros tres días y disminuye gradualmente para finalizar con 1 a 2 comprimidos diarios los últimos 3 días», cuenta Raúl de Simón Gutiérrez, coordinador Nacional del grupo de trabajo de Tabaquismo de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN).

Ventajas

  • La citisina ha mostrado su eficacia y seguridad en los ensayos clínicos
  • No se metaboliza en el hígado
  • Controla el síndrome de abstinencia y genera rechazo por el tabaco

Desventajas

  • Necesita prescripción médica, pero a diferencia de Champix, no está financiado por la sanidad pública.

Bupropion: ventajas y desventajas

En el grupo de los medicamentos no nicotínicos también nos encontramos el bupropion, un fármaco con una larga trayectoria de éxito (fue comercializad en España hace más de 20 años) para lograr abandonar el hábito tabáquico. «Se trata de un tratamiento consolidado. Quita el mono y produce un cierto rechazo por fumar. Además tiene un efecto antidepresivo para mejorar el estado de ánimo en aquellos que están dejando de fumar», explica Carlos Rábade. De hecho, el bupropión también se le receta a personas con depresión. En el lado negativo hay decir que es un fármaco que, a diferencia del Champix, se metaboliza en el hígado. «El problema es que se metaboliza a nivel hepático, por lo que, en aquellos pacientes que están con otras medicaciones, puede interaccionar o alterar los niveles, aunque los estudios han demostrado que son perfectamente seguros incluso con pacientes psiquiátricos».

Pese a que lleva más de dos décadas entre nosotros, el doctor Raúl de Simón, médico de familia y coordinador del área de tabaquismo de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN), asegura que buprobion todavía guarda secretos para la ciencia: «No se conoce con exactitud su mecanismo de acción, presenta acciones en las vías dopaminérgicas y noradrenérgicas cerebrales con la inhibición selectiva de dichos neurotransmisores. Actúa así sobre el circuito de recompensa dopaminérgica activado por los fumadores al inhalar tabaco. Su empleo se prolonga por un período de 7 a 9 semanas».

Ventajas

  • Amplia experiencia de uso
  • Es el único fármaco de deshabituación tabáquica financiado, hoy en día, por el Sistema Nacional de Salud en España

Desventajas

  • A diferencia de la vareniclina, bupropion se metaboliza en el hígado
  • Existe un potencial riesgo de interacción cuando se emplea con determinados medicamentos, especialmente con psicofármacos

Tratamientos sustitutivos de la nicotina

«La terapia sustitutiva con nicotina consiste, básicamente, en la administración de nicotina por una vía diferente a la del consumo de cigarrillos inhalados, en una cantidad suficiente como para atenuar los síntomas del síndrome de abstinencia y al mismo tiempo insuficiente como para generar dependencia. Las diferentes presentaciones en que se comercializa nos permiten adaptarla a las necesidades de cada paciente, incluyendo aquí la posibilidad de combinar formas transdérmicas (como los parches), con formas de rescate o demanda en fumadores con alta dependencia», detalla el doctor Raúl de Simón Gutiérrez.

Aunque estos métodos no necesitan ser prescritos por un médico, es muy importante que un experto realice el seguimiento de la terapia para una correcta administración de estos fármacos. A continuación explicamos las fortalezas y debilidades de cada uno de ellos.

Parches de nicotina: ventajas y desventajas

Quien más y quien menos conoce cómo funciona un parche de nicotina. Se trata de pequeños autoadhesivos que liberan de manera lenta y estable dosis de nicotina que penetran en el cuerpo a través de la piel. Es uno de los métodos más populares para dejar de fumar y se usan de manera diaria, pegándose en una zona libre de pelo entre la muñeca y la cabeza, como la parte superior del brazo o el pecho. «Toda la terapia sustitutiva con nicotina está clasificada por las autoridades sanitarias como medicamento no sujeto a prescripción médica, es decir, que puede ser dispensada libremente desde las oficinas de farmacia, lo que hipotéticamente permitiría una mayor accesibilidad a los fumadores a este tipo de tratamientos. Además, es una terapia cómoda y discreta, de fácil cumplimiento al aplicarse una única vez al día, con parches comercializados de 16 y 24 horas», comenta De Simón. 

En el apartado de las desventajas, más allá de su repercusión directa sobre el bolsillo al no estar financiado, están sus posibles efectos adversos en la piel y la incapacidad para ajustar las dosis. «Los parches son útiles para controlar el síndrome de abstinencia pero no para controlar los picos de nicotinemia», añade Rábade. Además, el responsable del área de tabaquismo de la SEPAR, lanza una crítica sobre los fármacos de liberación lenta de nicotina: «Es una forma de nicotina lenta y sirve para controlar los síndromes de abstinencia en los primeros meses, pero debe controlarse y reducirse las dosis de parches de nicotina. Lo que yo quiero es que sea un tratamiento que deba ser prescrito, y actualmente es de libre venta. Hay muchos pacientes que son adictos a la nicotina y que están con monoterapia de parches y siguen fumando. ¿Por qué es así? Porque los parches son útiles para controlar el síndrome de abstinencia pero no para controlar los picos».

Ventajas

  • La venta libre en farmacias supone un mayor acceso a ellos
  • Es una terapia cómoda y discreta
  • Uso sencillo
  • Útil para controlar el síndrome de abstinencia
  • Tratamiento seguro y eficaz

Desventajas

  • La venta libre en farmacias puede fomentar que no se acuda a un profesional sanitario para supervisar la evolución y pautar el tratamiento
  • No está financiado por el Sistema Nacional de Salud
  • No sirven para controlar los picos de nicotinemia
  • Las dosis no son ajustables
  • Efectos locales adversos sobre la piel

Chicles de nicotina: ventajas y desventajas

Puede parecer que los chicles de nicotina son un producto inocuo, pero tienen su miga. Los chicles contienen una mayor concentración de nicotina que los parches, por lo que resultan muy útiles ante posibles picos del síndrome de abstinencia que los adhesivos no son capaces de suplir. Es lo que se denomina como «tratamiento de rescate». No obstante, existen advertencias. «Hay que decirle a aquellas personas que opten por los chicles que mucho cuidado. Sobre todo a aquellos que tienen problemas odontológicos o de la articulación temporomandibular», anuncia Carlos Rábade.

Ventajas

  • Es una terapia de rescate efectiva cuando aparece el deseo irrefrenable de fumar
  • Disponible sin necesidad de receta médica
  • Pueden ser combinados con otros tratamientos de ayuda a dejar de fumar

Desventajas

  • No está financiado por el sistema público de salud
  • Su eficacia y efectos adversos están muy condicionados por una correcta técnica en la masticación
  • Puede provocar problemas odontológicos o en la articulación de la mandíbula

Comprimidos de nicotina

Los comprimidos de nicotina son otro tratamiento de rescate alternativo a los chicles, es decir, se utilizan para controlar los picos de nicotinemia. «Es una terapia discreta para el paciente al no precisar masticación», destaca Raúl de Simón. Son comprimidos o caramelos de chupar que se absorben a través de las mucosas y llegan al sistema nervioso central transcurridos cuatro o cinco minutos. «Es una buena alternativa cuando esté contraindicado el chicle», asegura Carlos Rábade.

Ventajas

  • Una terapia de rescate efectiva capaz de controlar el deseo de fumar
  • Es un método discreto

Desventajas

  • No están financiados por el sistema público de salud
  • Pueden provocar algún efecto secundario (acidez, dolor de garganta o problemas en la boca)

Inhalador bucal de nicotina: ventajas y desventajas

Los inhaladores bucales de nicotina son, en la actualidad, el único producto en espray comercializado en España. En otros países existen los aerosoles nasales, pero en nuestro país este tipo de productos no se venden. «Son las formas de alivio más rápidas y no se puede abusar de ellas porque pueden generar dependencia. Se utiliza en aquellos pacientes que tienen un impulso muy intenso, porque lo contrarresta muy rápido», explica Cortés que recuerda que hay un máximo de veces que se puede utilizar. En la misma línea se expresa De Simón: «De todas las terapias con nicotina, es el formato que mejor simula la liberación de nicotina que presenta el cigarrillo convencional, lo que lo hace especialmente útil en la terapia de rescate a demanda».

Este espray es absorbido por vía sublingual y solo se puede usar entre dos y tres meses antes de retirarlo progresivamente. En el apartado negativo, destacar que

un mal uso puede producir irritación laríngea y tos.

Ventajas

  • El formato que mejor simula la liberación de nicotina del tabaco
  • Acción muy rápida
  • Especialmente útil como terapia de rescate a demanda

Desventajas

  • Puede generar dependencia
  • No está financiado por el Servicio Nacional de Salud
  • Tres meses es el máximo tiempo recomendado para esta terapia
  • Puede producir irritación laríngea y tos

La importancia de la adherencia al tratamiento

Los profesionales destacan que, para lograr dejar de fumar y abandonar la adicción, se requiere el compromiso del paciente. «Que tome las medicaciones como se le han mandado, que acuda a las consultas. Es importante que el paciente cumpla con el tratamiento farmacológico y psicológico porque muchas veces no acuden a las citas de seguimiento. Una sola consulta no vale para nada, hay que controlar a esa persona», explican. Recordemos que, a fin de cuentas, los fumadores presentan una adicción y, por tanto, será necesario que la persona tome medidas que sean revisadas por un profesional para ayudarle a vencer resistencias y salvar obstáculos, informarle, buscar herramientas para que el fumador sepa controlar el mono y sus entornos de fumadores, que pueden hacer que recaiga en los primeros meses. Más allá del tratamiento farmacológico, la falta de la pata psicológica hará que la efectividad de la terapia sea menor.