Juan Cosín, cardiólogo: «Un consumo excesivo de alcohol puede provocar una arritmia, incluso en un corazón sano»

Laura Inés Miyara
Laura Miyara LA VOZ DE LA SALUD

ENFERMEDADES

El doctor Cosín dirige la Agencia de Investigación de la Sociedad Española de Cardiología (SEC).
El doctor Cosín dirige la Agencia de Investigación de la Sociedad Española de Cardiología (SEC).

En el Día Internacional del Pulso, el experto explica cómo esta medida gratuita y rápida puede prevenir uno de cada cinco ictus

01 mar 2025 . Actualizado a las 16:23 h.

El 1 de marzo es el Día Internacional del Pulso, una fecha conmemorativa que nos recuerda la importancia que puede tener para nuestra salud el dedicarle unos minutos, de vez en cuando, a controlar nuestro pulso en casa. Esta es una medida fundamental para detectar tempranamente condiciones arrítmicas como la fibrilación auricular, una alteración del ritmo cardíaco caracterizada por la irregularidad de los latidos. Según datos de la Fundación Española del Corazón (FEC), una de cada tres personas desarrollará esta patología a lo largo de su vida y se estima que el riesgo aumenta a partir de los 40 años. El doctor Juan Cosín Sales, director de la Agencia de Investigación de la Sociedad Española de Cardiología y Jefe del Servicio de Cardiología del Hospital Arnau de Vilanova, en Valencia, explica cómo podemos prevenir estas enfermedades y qué hacer si aparecen.

—¿En qué consiste la fibrilación auricular?

—La fibrilación auricular es la arritmia sostenida más frecuente que existe. En España afecta al 4,4 % de las personas mayores de 40 años y se estima que por encima de los 80 afecta a casi el 20 % de los pacientes. Estos son datos del estudio Ofrece, que son los más fiables que tenemos a nivel nacional sobre este tema. Es una arritmia que se caracteriza por un ritmo irregular del latido del corazón. Hay que tener en cuenta que este órgano funciona como las manecillas del reloj, los latidos se producen, en condiciones normales, de forma regular. Pero cuando tiene lugar esta arritmia, pasan dos cosas. Primero, el corazón pierde esa sincronía en su ritmo. Y además, se taquicardiza, es decir, hay un aumento de la frecuencia cardíaca.

—¿Qué consecuencias puede tener esto?

—La fibrilación auricular conlleva dos riesgos muy importantes. En primer lugar, incrementa el riesgo de insuficiencia cardíaca. Se produce una disnea o sensación de falta de aire, puede haber una incapacidad de acostarse en la cama. También puede producir palpitaciones, unos latidos extraños que el propio paciente nota. Normalmente, uno no percibe el corazón, pero cuando aparece la fibrilación auricular, podemos notar que va más rápido, que va raro o que hay una sensación extraña en el pecho. Sin embargo, muchas veces esto cursa de forma asintomática y el problema de esta arritmia, cuando no se detecta, es que incrementa entre un 20 y un 25 % el riesgo de sufrir un ictus. Aproximadamente, uno de cada cinco ictus están producidos por esta arritmia, es decir, aproximadamente un 20 %. Sabemos que los ictus pueden tener consecuencias incapacitantes y muchas veces irreversibles. Por eso es tan importante su detección precoz.

—¿Cómo podemos detectarla si no tenemos síntomas?

—Para que un paciente pueda saber que tiene la arritmia y empezar ese tratamiento es muy importante esto de tomarse el pulso y, si es irregular, consultar con el médico. Hoy, los relojes inteligentes permiten detectar la arritmia, incluso se puede hacer con aparatos de tensión, pero hay que ser cuidadosos con esto, porque esos dispositivos pueden fallar. No hace falta medirlo todos los días, pero sí que tengamos la rutina de hacerlo de manera ocasional.

—¿Cuál es la manera correcta de tomar el pulso?

—Tomarse el pulso es algo que todos podemos hacer de forma sencilla. En la muñeca, en la zona cercana al dedo gordo, si tocamos, veremos que por ahí pasa la arteria radial y tocando en esa zona muchas veces se nota el pulso. Es bueno que nos acostumbremos de forma habitual, de vez en cuando, a tomarnos el pulso, para que aprendamos cómo es nuestro pulso normal porque así podremos detectar cuándo es anormal, si alguna vez nos pasa. Es muy sencillo, se tarda pocos segundos y si lo hacemos podremos identificar una arritmia para acudir al médico y evitar un posible ictus.

—¿Qué características tiene el pulso cuando hay una arritmia?

—Generalmente, va más rápido y vamos a notar que es irregular. Se caracteriza por esta irregularidad constante de latido a latido. El tiempo entre latidos varía continuamente.

Cómo tomarse el pulso 

  1. Siéntese y descanse unos cinco minutos.
  2. Extienda uno de los brazos con la palma de la mano hacia arriba. Cloque sus dedos índice y medio sobre la parte anterior de la muñeca opuesta, debajo de la base del pulgar. Presione con los dedos hasta que sienta el pulso.
  3. Una vez que encuentre el pulso, cuente los latidos durante un minuto completo, usando un reloj de pared o el cronómetro del móvil. Esto le dará los latidos por minuto. Otra opción es contar los latidos durante 30 segundos, y luego multiplicarlos por dos. Si el pulso es irregular, se debe contar el número de latidos durante sesenta segundos.
  4. En reposo, la frecuencia habitualmente está entre 60 y 100 latidos regulares por minuto.

    Fuente: Asociación Española de Enfermería en Cardiología (Aeec).

—¿A partir de qué edad recomienda hacerlo?

—A partir de los 40 sería aconsejable.

—¿Qué factores de riesgo llevan a que una persona desarrolle una arritmia de este tipo?

—Los factores de riesgo principales son la hipertensión arterial, la diabetes mellitus, la obesidad, el sedentarismo y la apnea del sueño. Todo esto se ha relacionado claramente con el riesgo de sufrir esta arritmia. Y, de hecho, cuando un paciente tiene esta patología, es casi más importante tratar estos factores que la propia arritmia. Porque si no se tratan estos factores y quitamos la arritmia, aunque tenemos técnicas para quitar la arritmia, esta volverá.

—¿Hay diferencias entre el riesgo que pueden tener hombres y mujeres de sufrir una arritmia?

—No hay una gran diferencia en la prevalencia de fibrilación auricular en hombres o en mujeres. Pero es curiosa la relación que tiene esta enfermedad en las mujeres con el riesgo de ictus. Las mujeres que tienen fibrilación auricular pueden tener un mayor riesgo de ictus que los hombres, especialmente si tienen otros factores de riesgo. En una mujer que solo tiene fibrilación auricular, no varía mucho el riesgo de sufrir un ictus. Pero en una que tiene hipertensión, diabetes, cardiopatía isquémica, insuficiencia cardíaca u otras enfermedades y además tiene fibrilación auricular tiene más riesgo de sufrir un ictus que un varón con las mismas características. A nivel global, hay más mujeres con fibrilación auricular, pero es porque las mujeres tienen una expectativa de vida mayor y, como sabemos, esta es una enfermedad asociada al envejecimiento.

—¿Qué tratamiento recibe un paciente con fibrilación auricular?

—Lo más importante es evitar esa consecuencia de la arritmia que es el ictus. Para esto, es muy importante la anticoagulación oral. Tradicionalmente, lo hacíamos con el famoso Sintrom, que es antivitamina K. Pero en los últimos años, tenemos anticoagulantes de acción directa que son mucho más cómodos para los pacientes, porque no requieren ajustes mensuales y no tienen tantas interacciones con otros medicamentos, como sí los tiene el Sintrom. Además, la gran ventaja es que son más seguros y algunos de ellos son más eficaces en reducir el riesgo de ictus. Y muchas veces, la fibrilación auricular puede ser sostenida, pero otras veces aparece durante unos minutos, una hora o un día, y desaparece. Por eso, siempre que notemos una irregularidad que se mantiene durante varios minutos, hay que consultar al médico para que nos haga un electrocardiograma. Esta es la forma de diagnosticar la arritmia.

—¿Qué hábitos pueden contribuir a la prevención de esta enfermedad?

—Si una persona es diabética, tener un control adecuado de las glucemias es fundamental, al igual que el adecuado control de la presión arterial. También hay que evitar el consumo excesivo de alcohol. Todo esto ayuda a evitar el desarrollo de fibrilación auricular. Si alguien tiene apnea de sueño, tratarla también reduce las posibilidades de desarrollar esta arritmia. Y por supuesto, es vital la importancia del ejercicio, la dieta, el control de la presión arterial y el control de la obesidad para prevenir esta arritmia.

—¿El estrés puede incrementar el riesgo de sufrirla?

—Cualquier situación que altere nuestro bienestar va a impactar. Pero si el estrés desarrollara la arritmia, tendríamos a casi todo el mundo con ella, y por suerte no es el caso. El estrés puede hacer de desencadenante en un paciente que ya tiene unos daños estructurales en el corazón que puedan facilitar el desarrollo de fibrilación auricular, pero no es la causa. El estrés sobre un corazón sano no lleva a desarrollar fibrilación auricular. Sí que lo puede desarrollar un consumo de cocaína o un consumo excesivo de alcohol, esto incluso en un corazón sano puede provocar un episodio de fibrilación auricular.

Laura Inés Miyara
Laura Inés Miyara
Laura Inés Miyara

Redactora de La Voz de La Salud, periodista y escritora de Rosario, Argentina. Estudié Licenciatura en Comunicación Social en la Universidad Nacional de Rosario y en el 2019 me trasladé a España gracias a una beca para realizar el Máster en Produción Xornalística e Audiovisual de La Voz de Galicia. Mi misión es difundir y promover la salud mental, luchando contra la estigmatización de los trastornos y la psicoterapia, y creando recursos de fácil acceso para aliviar a las personas en momentos difíciles.

Redactora de La Voz de La Salud, periodista y escritora de Rosario, Argentina. Estudié Licenciatura en Comunicación Social en la Universidad Nacional de Rosario y en el 2019 me trasladé a España gracias a una beca para realizar el Máster en Produción Xornalística e Audiovisual de La Voz de Galicia. Mi misión es difundir y promover la salud mental, luchando contra la estigmatización de los trastornos y la psicoterapia, y creando recursos de fácil acceso para aliviar a las personas en momentos difíciles.