Urbano Anido, oncólogo: «Sabemos que el tabaco tiene más de 60 componentes que provocan cáncer»

Lucía Cancela
Lucía Cancela LA VOZ DE LA SALUD

ENFERMEDADES

El doctor Urbano Anido es oncólogo en el Complejo Hospitalario Universitario de Santiago (CHUS).
El doctor Urbano Anido es oncólogo en el Complejo Hospitalario Universitario de Santiago (CHUS). XOAN A. SOLER

El profesional, que ejerce en el CHUS, recuerda que ante la presencia de sangre en la orina se debe acudir al médico para descartar la presencia de un tumor

05 may 2023 . Actualizado a las 18:56 h.

El 5 de mayo es Día Mundial del Cáncer de Vejiga, un tumor del que se habla poco, pero tiene un enorme impacto en la sociedad. Los datos lo confirman. Es el 5.º más diagnosticado a nivel nacional y, en palabras del doctor Urbano Anido Herranz, responsable de Oncología Médica del Centro Hospitalario Universitario de Santiago (CHUS) y del grupo de Oncología Médica Translacional del Instituto de Investigación Sanitaria de Santiago (Oncomet), «un problema de salud en España». Esto no solo se explica por la incidencia, sino también por la falta de información presente entre los gallegos. 

Lo más habitual, hasta en el 90 % de los casos, es que el cáncer de vejiga se presente como un cáncer uroterial, un tipo que comprende la pelvis renal, los uréteres, la vejiga y la uretra. La supervivencia en España es superior a la media de Europa. 

La encuesta El cáncer de vejiga en España: conocimiento y percepción de la enfermedad, impulsada por la Alianza Merck-Pfizer, concluye que solo un 10 % de los españoles lo consideran como uno de los más comunes. En lo referente a Galicia, casi la mitad de los gallegos encuestados afirma no haber oído hablar de esta enfermedad. No solo, sino más del 87 % de los participantes no conoce los factores de riesgo asociados. Así las cosas, una amplia mayoría considera que no tiene suficiente información. ¿De dónde parte este problema?

—¿El proceso por el que la célula muta en el cáncer de vejiga y se vuelve tumoral es igual que en otros cánceres?

—En la mayoría de los casos se parecería bastante al cáncer de pulmón en cuanto al proceso por el que se desarrolla un tumor de este tipo. Es decir, en los tumores en los que ha tenido un impacto el tabaco, el proceso oncológico probablemente sea muy parecido a lo que sería el cáncer de pulmón en cuanto a tumorogénesis. Es cierto que hay un porcentaje de pacientes en el que no sucede, que no tiene tanta relevancia el tabaco, y en esos el proceso sería diferente mediante unos genes implicados. Eso sí, el manejo es el mismo.

—¿Cuáles son los principales factores de riesgo?

—El principal factor de riesgo del cáncer de vejiga es el tabaco y, curiosamente, la gente no lo relaciona. El hábito tabáquico causa un 50 % de los casos. En mujeres puede que un poco menos, alrededor del 30 %. Pero la idea que tiene que tener la gente es que el tabaco es el primer agente de este tumor. Después, existen otros como las aminas aromáticas, que hoy en día conocemos bien y, por lo tanto, son una parte superada y ya no supone un problema en profesiones que lo eran. En Egipto y alrededores, hay una infección por Schistosoma, que es un patógeno que puede causar cáncer de vejiga. Aunque, insisto, en España es el tabaco. 

—¿De qué forma actúa el tabaco? En el pulmón parece obvio, pero en la vejiga cuesta más ver la relación. 

—El tabaco tiene más de 60 componentes que sabemos que provocan cáncer. Primero, al entrar por la boca, aumenta el riesgo para el cáncer de esta zona y toda la vía aérea alta. En los pulmones entra en contacto con su epitelio. Después pasa a la sangre y va a aumentar el riesgo de cáncer de estómago, de riñón y de vejiga. Si lo piensas tiene sentido, porque muchas veces estas sustancias se van a eliminar por la vía urinaria y, además, en la vejiga se almacena la orina mientras que la persona no va al baño, con lo que pasa un tiempo en contacto con agentes carcinógenos. Así que esto si esto se prolonga en el tiempo, es más fácil que se acabe desarrollando.  

—¿Qué peso tienen el resto de factores ambientales o genéticos en su origen?

—Es verdad que existen otro tipo de factores, pero estos están bien establecidos y se han ido eliminando de diferentes profesiones. Por eso, hoy en día el principal es el tabaco. En cuanto a la herencia genética familiar, sí que se puede relacionar con determinados síndromes, pero la incidencia es muy baja.

—¿Cómo evoluciona?

—Su forma de aparición es parecida a la que sería el cáncer de colon. Empieza formándose una especie de tejido en la vejiga que, normalmente, tiende a crecer hacia dentro. En este caso, no da demasiados síntomas, salvo que provoque una obstrucción y que los síntomas deriven de ello, como orinar muchas veces. También puede sangrar y ese es el síntoma principal para acudir al médico. Que uno tenga una hematuria, sangrado en la orina. 

—Si se acude a tiempo, ¿el diagnóstico es rápido?

—Tanto en esta área sanitaria, como en otras, si tienes hematuria, lo ideal es que descartemos la presencia de un tumor u otras complicaciones. Es de atención rápida y, más o menos, en un mes se tendría el diagnóstico. Pero es que este sangrado es el síntoma principal a tener en cuenta, pues otros son más inespecíficos, porque el dolor abdominal, la pérdida de apetito o el cansancio también pueden aparecer por otras causas. Por eso digo que la hematuria se consulte cuanto antes. 

—Por el contrario, si se tarda en diagnosticar, ¿hasta qué punto llega el peligro?

—En algunas ocasiones, en lugar de crecer hacia adentro, lo hace hacia fuera. Cuando ocurre esto y llega a infiltrar el músculo, podríamos pensar que el tumor se ha extendido. Entonces, el tratamiento es diferente. A los que no se insertan en el músculo se les suele practicar una resección transuretral y con ello, se curan. Alrededor del 50 % de tumores se diagnostican en este estadío, es decir, en una etapa no invasiva que no puede dar metástasis. Lo que ocurre es que hay un 30 % de esos tumores que al final acaban siendo invasivos y, probablemente, para que el paciente se cure tendrá que pasar por una cistectomía. En los hombres se acompaña de próstata y en las mujeres también se puede retirar el útero, por ejemplo. Y, además de la cirugía, hay que hacer una quimioterapia asociada antes mejor que , después. Con todo, hay pacientes que debutan metastásicos o con enfermedad muy avanzada. Los metastásicos pueden suponer el 11 % de los casos y las recaídas, de los tumores que infiltran en el músculo, está presente en el 20 %. Así, hasta un 30 % de los pacientes pueden ser metastásicos. 

—¿Este porcentaje de metástasis es elevado en comparación a otros tumores?

—Es bastante elevado. No obstante, para mí el foco está en que si lo diagnostican de forma precoz, lo cual es posible, puedes curar a muchos pacientes. Es un tumor en el que deberíamos hacer hincapié, en el que ante un síntoma que te haga pensar en cáncer de vejiga, vayas al médico. Porque si no lo tienes en la cabeza, puedes demorarte y acabes sin solución. 

—Pese al riesgo que supone, los datos reflejan que no es el más conocido. 

—Así es. La Alianza Merck-Pfizer, por el Día Mundial del Cáncer de Vejiga, ha lanzado una campaña de concienciación para la cual han hecho una encuesta a nivel regional y nacional. Los resultados son muy curiosos porque la gente tiene una percepción no muy mala del cáncer de vejiga. No lo consideran de los más frecuentes y ni siquiera es el que más preocupa a la población. Sin embargo, en general es el 5.º tumor más frecuente y se espera que este 2023 se diagnostiquen unos 23.000 nuevos casos. Es más, es más frecuente en hombres, el 4.º en incidencia y su mortalidad no es para nada desdeñable. Con lo cual, es curioso como la sensación de que no debe ser tan preocupante es una falsa realidad. 

—¿Cuál es el perfil de paciente más común?

—Lo más habitual es que sea un hombre fumador y esto no coincide con la percepción de la gente. Piensan que es igual entre sexos, cuando no es así. Es mucho más prevalente en hombres. De hecho, la relación es que por cada 4 o 5 casos en la población masculina, hay uno en la femenina. 

—¿Y en cuanto a edad?

—La mediana de edad se sitúa entre los 65 y 75 años. Con lo cual, es verdad que aparece a una edad avanzada.

—¿Se sabe por qué debuta en esta etapa?

—Si tenemos en cuenta que la mayoría de los casos van a tener relación con el tabaco, será porque han tenido una exposición muy prolongada a este tóxico. Es lo que suele pasar también con el cáncer de pulmón.

—¿Con la incorporación tardía de la mujer al hábito tabáquico se podría esperar que en los próximos años la incidencia de cáncer de vejiga aumente?

—Sí, totalmente. De hecho, como ellas se incorporaron entre la década de los 70 u 80, esperamos que los casos de mujeres con cáncer de vejiga aumenten en los próximos años. Fíjate. En los hombres vemos que hay una cierta tendencia a dejarlo, a que fumen menos, y por lo tanto hay un descenso en los números de cáncer relacionados. Pero en ellas, sucede lo contrario. Se estima que el pico de este tipo de tumores, no solo el de vejiga, también el de pulmón, llegue en los años venideros.

Síntomas principales del cáncer de vejiga

  • Hematuria o sangre en la orina.
  • Incontinencia urinaria. 
  • Alta frecuencia urinaria y/o dolor en la misma. 
  • Cansancio. 
  • Dolor abdominal, lumbar o pélvico. 
  • Infecciones de orina frecuentes. 
  • Pérdida de peso

—En la encuesta se reveló que casi la mitad de los gallegos no habían oído hablar de esta patología y que el 87 % no conoce los factores de riesgo. Esto demuestra un desconocimiento bastante elevado. ¿En qué se ha podido fallar?

—Influyen muchas cosas. Es cierto que el cáncer de mama, de colon o de pulmón suenan más y consiguen estar más en la cabeza de la gente. Salen más en los medios y se asumen como algo mucho más habitual. Pero fíjate hasta qué punto se desconoce el cáncer de vejiga que en la encuesta, los hombres se preocupaban más del cáncer de mama que de este, aun cuando es más frecuente en ellos. Esto seguramente se deba a que tienen alguna mujer cercana que lo haya padecido. Después, los hombres tienden a preocuparse menos por su salud, que puede deberse a una cuestión cultural. Las mujeres demandan más cuidados de este tipo, lo que no es malo, y ellos se quedan atrás. Además, el hecho de que alguien haya tenido que pasar por una cistectomía y tenga una bola para orinar, no ayuda a que le de visibilidad porque se suele esconder. Pienso que se suman varias cosas para no tenerlo en la cabeza, aun cuando es bastante letal y frecuente.

—La SEOM indica que la mayoría de estos tumores se diagnostican en fases precoces, ¿en la actualidad cuál es la supervivencia observada?

—Si tenemos en cuenta que esperas curar a la mayoría de pacientes, si nos ponemos a 5 años, va a ser del 100 %. Pero es verdad, que los que tienen una enfermedad músculo invasiva, que tienen que ir a una cistectomía, va a haber un 30 % de recaídas. Esos no se curarán. Sí que es verdad que en los últimos años hemos empezado a obtener mejoría en los resultados porque tenemos más terapias disponibles.

—¿Cómo cuáles?

—Hace 10 años teníamos solo quimioterapia. Pero llevamos unos años en los que tenemos disponible inmunoterapia y, en breve, probablemente se incorporen tratamientos nuevos, se llaman anticuerpos conjugados que son una especie de quimioterapia mejorada, llevan un anticuerpo al que se une la quimioterapia. Es algo como una terapia dirigida. Entonces, entre eso, la quimioterapia y la inmunoterapia estamos empezando a ver que pasamos de largo, hemos duplicado la supervivencia de pacientes que teníamos antes que no se podían curar, y probablemente, conseguimos mejorarla en los próximos años combinando algunas de estas terapias.

—Según la SEOM, los tumores de vía urinaria son mucho más frecuentes en occidente que en Asia o Europa del Este, ¿a qué puede deberse?

—Pienso que tendrán que ver con el hábito tabáquico. Es verdad que a veces, las poblaciones pueden tener hábitos parecidos pero como la genética es un pelín diferente puede derivar en que tengan más o menos tumor en unos sitios que en otros. Por ejemplo, los coreanos tienen mucho cáncer de vejiga. De hecho, sus tasas son parecidas a las de España. En cualquier caso, pienso que en nuestro país tenemos un problema importante con este tumor. Es más, en los ensayos clínicos del cáncer de vejiga se nota bastante cuando nos incluyen o no, porque una vez formamos parte, empieza a subir el número de pacientes reclutados y a ir bien.

—¿Vive un panorama esperanzador de cara al futuro? En la última década ha mejorado el tratamiento y el diagnóstico precoz.

—Sí, con probabilidad vamos a seguir mejorando. Es un tumor que. si lo coges a tiempo, lo curas. Esa es la parte buena. En los últimos tiempos, hemos progresado mucho en cuanto a la expectativa de vida del paciente que antes costaba curar y también, en los que no se podían curar. Pienso que tenemos que hacer hincapié en concienciar con campañas como esta porque eso nos permite que esté más presente en la cabeza de la gente. Que lo tengan en cuenta, porque es un tumor que la población conoce poco y en el que piensa poco. Por eso insistimos en la importancia que tiene un diagnóstico precoz, para que se curen más pacientes y no se registren ante recaída. Pero sin duda, otra cosa en la que hay que insistir es que la gente deje de fumar, porque el 50 % de los casos se debe a ello.

Lucía Cancela
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Graduada en Periodismo y CAV. Me especialicé en nuevos formatos en el MPXA. Antes, pasé por Sociedad y después, por la delegación de A Coruña de La Voz de Galicia. Ahora, como redactora en La Voz de la Salud, es momento de contar y seguir aprendiendo sobre ciencia y salud.

Graduada en Periodismo y CAV. Me especialicé en nuevos formatos en el MPXA. Antes, pasé por Sociedad y después, por la delegación de A Coruña de La Voz de Galicia. Ahora, como redactora en La Voz de la Salud, es momento de contar y seguir aprendiendo sobre ciencia y salud.