Laure Dossus, investigadora oncológica: «Cada copa de alcohol que una mujer consuma al día aumentará su riesgo de padecer cáncer de mama hasta un 10 %»

Laura Inés Miyara
Laura Miyara LA VOZ DE LA SALUD

ENFERMEDADES

La doctora Laure Dossus es investigadora en el International Agency for Research on Cancer (IARC) de la OMS.
La Voz de la Salud

La especialista se dedica a investigar este cáncer en la Agencia Internacional para la Investigación en Cáncer de la Organización Mundial de la Salud

09 dic 2022 . Actualizado a las 19:07 h.

El cáncer de mama es el tipo de tumor más prevalente entre las mujeres en todo el mundo. Su elevada incidencia lo ha convertido, a su vez, en uno de los cánceres más estudiados y gracias a esto se han visto enormes avances en las últimas décadas, de forma que hoy, para una paciente española, la supervivencia global a cinco años es superior al 82 %. Aunque las cifras son contundentes, esto no ha limitado la incidencia del cáncer de mama. De hecho, según la Asociación Española Contra el Cáncer, esta prevalencia está en aumento y, a día de hoy, el cáncer de mama supone la primera causa de muerte por tumores en mujeres. Es por eso que, más que nunca, necesitamos estrategias de prevención. A esto se dedica la oncóloga Laure Dossus, investigadora en la Agencia Internacional para la Investigación en Cáncer de la Organización Mundial de la Salud, el IARC, por sus siglas en inglés. Dentro de este organismo, ubicado en la ciudad de Lyon (Francia), la doctora Dossus trabaja en el análisis de la epidemiología del cáncer de mama en busca de nuevos horizontes que nos permitan comprender sus causas y, de esa forma, prevenirlo.

Evitar el cáncer más prevalente del mundo no será una tarea sencilla. Para empezar, porque apenas un 30 % de los casos diagnosticados tienen, a día de hoy, una explicación clara. Pero Dossus es prudentemente optimista. En conversación con La Voz de la Salud, explica algunas de las claves que se están investigando para lograrlo y las conductas que podemos modificar para prevenirlo.

—Ahora mismo estás investigando el impacto del metabolismo en el cáncer de mama. ¿Qué relación tiene con estos tumores?

—Hay mucho que ya sabemos sobre el cáncer de mama y los factores del estilo de vida que pueden tener impacto en él. En particular, los factores modificables. Porque sabemos, por ejemplo, que las mujeres que tienen más hijos y los tienen más tempranamente, tienen un riesgo menor de desarrollar cáncer de mama. Pero, por supuesto, este no es un factor modificable; no podemos pedirle a la gente que tenga más hijos si no lo desea. Sin embargo, si una mujer tiene pocos hijos, el amamantarlos reduce su riesgo de padecer este cáncer. Por tanto, la lactancia materna, además de los beneficios que tiene para el bebé, también beneficia a la madre. Ese es un factor que debemos mencionar, porque es importante que las mujeres lo tengan en cuenta. Por el contrario, el alcohol es un factor de riesgo firmemente establecido y frecuentemente pasado por alto. Cada unidad de bebida que una mujer consuma al día aumentará su riesgo de padecer cáncer entre un 5 y un 10 %. Estar físicamente activas reduce el riesgo de cáncer, mientras que el sobrepeso y la obesidad se asocian a un aumento del riesgo, en particular, después de la menopausia. Entonces, es mucho lo que ya se sabe sobre el cáncer de mama y su prevención. Sin embargo, estos factores que he mencionado solo explican alrededor de un 30 % de los casos que se diagnostican. Y no sabemos exactamente cómo impactan estos factores en el tejido mamario para que se produzca el cáncer. Así que esto todavía está siendo investigado. Hay un gran interés en la comunidad científica por entender el impacto de estos factores en el metabolismo andrógeno. Es decir: entre las vías que han sido asociadas al cáncer de mama se pueden citar, por supuesto, las de las hormonas sexuales. Entonces, el metabolismo podría ser un intermediario entre los factores de riesgo modificables que he mencionado y el desarrollo del cáncer de mama. Y esto no es solo responsable del cáncer de mama, sino que causa además una inflamación andrógena que se ha asociado al desarrollo del cáncer en general. También se están desarrollando investigaciones que buscan los vínculos entre otras vías metabólicas y el cáncer de mama, esto es en lo que estamos trabajando en este momento.

Andrógenos

Los andrógenos son un grupo de hormonas que comúnmente se consideran masculinas, como la testosterona. A pesar de esa clasificación, que nace del hecho de que la testosterona está implicada en el desarrollo de los órganos sexuales masculinos, todas las personas producen andrógenos. En las mujeres, los ovarios y las glándulas suprarrenales producen una gran parte de la testosterona corporal. Al igual que el estrógeno, los andrógenos se crean a partir de colesterol, por lo que ambas se conocen como hormonas esteroides. Los andrógenos no solo intervienen en la salud sexual; también afectan al metabolismo y la sensibilidad a la insulina.

—Cuando hablamos de metabolismo, ¿se puede modificar? ¿O ya está determinado genéticamente?

—Puede ser modificado. Por ejemplo, si cambias tu dieta, cambia tu metabolismo. Y esto puede variar según tu estilo de vida. Por eso es tan importante establecer esas asociaciones.

—¿Qué se sabe actualmente sobre el cáncer de mama triple negativo?

—Hay mucho que no se sabe aún acerca del cáncer de mama, y eso es todavía más cierto en el caso del cáncer de mama triple negativo. La mayoría de los factores de riesgo que he citado tienen un impacto en los niveles de hormonas andrógenas, y pueden llevar al desarrollo de cánceres de mama hormonodependientes, en los que el tumor tiene receptores hormonales. Pero en el cáncer de mama triple negativo, el tumor no tiene esa expresión de receptores hormonales, no es activado por factores hormonales. Y, por ejemplo, la obesidad no muestra la misma asociación con el cáncer triple negativo que con otros cánceres de mama. Entonces, hay otros factores distintos en juego aquí. Es poco lo que se sabe sobre el cáncer triple negativo, porque es un tipo de cáncer relativamente raro. Alrededor de un 10 o 20 % de pacientes de cáncer de mama tienen este subtipo. Por lo tanto, es mucho más difícil estudiarlo.

—¿Hay otros factores que puedan llegar a tener influencia en el desarrollo de cáncer, pero que no están relacionados de manera directa con el estilo de vida, sino indirecta? Hablo de cuestiones como la situación socioeconómica de las personas, el país en el que viven...

—Es también un tema que está en investigación. Hay un montón de factores socioeconómicos que condicionan el cáncer. Hay estudios que muestran que las mujeres de clase socioeconómica más alta tienen un mayor riesgo de tener cáncer de mama, pero esto no ha sido establecido tan firmemente. Hay distintos estudios al respecto y no sabemos bien cuál es el impacto, por ejemplo, del screening en estos casos. Porque sabemos que las mujeres de más alto nivel educativo tienden a acudir a controles con mayor frecuencia y esa podría ser una razón por la que la detección de cáncer en ellas es más alta. Entonces, todo esto es algo que estamos explorando y que tenemos en cuenta.

—¿Qué rol tiene la genética en el desarrollo del cáncer de mama?

—Hay ciertos genes que te predisponen a desarrollar cáncer de mama. Son el BRCA1 y BRCA2. Y sabemos que una mujer que tiene hermanas o una madre con cáncer de mama tienen riesgo de desarrollarlo. Entonces, hay un componente genético, pero es un factor menos importante que otros que he mencionado en el total de los casos, aunque en las familias afectadas aumente mucho el riesgo. En términos de cáncer triple negativo, estamos estudiando las diferencias geográficas en la genética del cáncer de mama. Porque estamos notando que en ciertas regiones del mundo, como el oeste de África, la proporción del cáncer de mama triple negativo es mucho más alta que en otras regiones. Entonces, sospechamos que puede haber un trasfondo genético en ese sentido. Y es algo que estamos estudiando, obtener el perfil genético de tumores en distintas regiones del mundo para examinarlos.

—Hace unos años, la terapia hormonal para la menopausia era una de las principales causas de cáncer de mama. ¿Qué ha cambiado desde entonces?

—Se han hecho estudios que han demostrado que, efectivamente, ciertos tipos de tratamiento hormonal para la menopausia pueden aumentar el riesgo de cáncer de mama. Desde que se descubrió esto, muchas de las recomendaciones de tratamiento han cambiado y los médicos son mucho más prudentes ahora en recomendarlos. Solo se dan cuando son realmente necesarios, si los síntomas son muy intensos, y se usan por el tiempo más corto posible.

—Una de tus líneas de investigación es en relación con la tiroides. ¿Qué influencia tienen las hormonas tiroideas con el cáncer de mama?

—Ha habido hipótesis durante mucho tiempo acerca de la posible asociación entre los problemas de tiroides y el cáncer de mama. Y ha habido hallazgos contradictorios en cuanto al rol de las hormonas tiroideas en el desarrollo del cáncer de mama. Estudios que han mostrado que, por ejemplo, las mujeres con hipertiroidismo tienden a tener más cáncer de mama, pero también ha habido estudios con resultados opuestos. Entonces, todavía no hay nada establecido.

—¿Cómo se verá el futuro del cáncer de mama?

—Creo que hemos progresado mucho en términos de tratamiento. En la mayoría de países europeos, el cáncer de mama es actualmente considerado como una especie de enfermedad crónica, en el sentido de que tiene unas tasas de supervivencia muy altas. No es el caso en todas partes del mundo. En muchos países, los tratamientos no son costeables para las mujeres. Y además, para cada mujer diagnosticada de cáncer de mama, el impacto en su vida es enorme. Así que aquello que podamos hacer para prevenirlo es lo que deberíamos poner a partir de ahora sobre la mesa. Porque si pensamos que una de cada ocho mujeres va a tener cáncer de mama y sabemos que un 30 % de estos casos podrían evitarse con una modificación del estilo de vida, llevando una dieta sana, manteniendo una vida físicamente activa y reduciendo el consumo de alcohol, todo esto ya puede implementarse para prevenir el cáncer de mama. Creo que hay mucho que ya se puede hacer en ese sentido. Y tenemos que continuar la investigación en particular en el cáncer de mama triple negativo y sus causas, que todavía no conocemos.

Laura Inés Miyara
Laura Inés Miyara
Laura Inés Miyara

Redactora de La Voz de La Salud, periodista y escritora de Rosario, Argentina. Estudié Licenciatura en Comunicación Social en la Universidad Nacional de Rosario y en el 2019 me trasladé a España gracias a una beca para realizar el Máster en Produción Xornalística e Audiovisual de La Voz de Galicia. Mi misión es difundir y promover la salud mental, luchando contra la estigmatización de los trastornos y la psicoterapia, y creando recursos de fácil acceso para aliviar a las personas en momentos difíciles.

Redactora de La Voz de La Salud, periodista y escritora de Rosario, Argentina. Estudié Licenciatura en Comunicación Social en la Universidad Nacional de Rosario y en el 2019 me trasladé a España gracias a una beca para realizar el Máster en Produción Xornalística e Audiovisual de La Voz de Galicia. Mi misión es difundir y promover la salud mental, luchando contra la estigmatización de los trastornos y la psicoterapia, y creando recursos de fácil acceso para aliviar a las personas en momentos difíciles.