Entender un análisis de sangre: ¿qué significa cada valor y qué enfermedad puedo tener?

EL BOTIQUÍN

El acceso a los resultados de los análisis de sangre están al alcance de los pacientes en las plataformas de los servicios de salud, pero son difíciles de interpretar sin la ayuda de un médico
El acceso a los resultados de los análisis de sangre están al alcance de los pacientes en las plataformas de los servicios de salud, pero son difíciles de interpretar sin la ayuda de un médico La Voz de la Salud

Tras la digitalización de los sistemas de salud, cualquiera puede acceder a su analítica: aprende cómo interpretarla

12 mar 2022 . Actualizado a las 10:37 h.

Cuando se inició la digitalización de los servicios de salud, en medio de una inversión gigantesca, llegaron las recetas electrónicas y la incorporación a la nube de nuestros historiales médicos. Un trabajo ingente, pero que supuso, además de un gran ahorro de papel, un acceso más sencillo a nuestros datos y un diagnóstico más preciso. Hoy en día, cualquier usuario puede pedir una cita desde el móvil o acceder a su historia médica a través de las múltiples aplicaciones con las que cuentan los servicios de salud de cada comunidad autónoma. Antes de que el médico nos atienda, nuestros resultados de un análisis de sangre y orina están disponibles para ser consultados, un arma de doble filo ya que los usuarios no disponemos de las herramientas suficientes para interpretarlos. La ignorancia puede ser la mejor aliada del alarmismo. Solo su médico podrá darles todas las claves sobre los resultados de su analítica. Si aún así decide consultarla, le ofrecemos una pequeña guía sobre qué significan y a qué se corresponden los valores más habituales solicitados y qué puede suponer una alteración (por arriba o por abajo) de los valores de referencia normales.

Antes de iniciar, debemos advertirles que esos valores de referencia van a depender de cada laboratorio. Un mismo resultado puede ser correcto o anómalo según los estándares fijados por cada centro. En cualquier caso, en la hoja de los resultados suele figurar una leyenda que indica el intervalo de lo que se considera normal. Del mismo modo, será su médico quien marque la profundidad del análisis. Es posible que en un examen rutinario no aparezcan todos los marcadores que se describen en esta lista y se reduzca a apartados más genéricos.

Hemograma y bioquímica: las dos partes bien diferenciadas de una analítica

Los resultados de unos análisis de sangre se componen de dos apartados: por un lado está el hemograma y por otro la bioquímica. «En el hemograma tenemos dos partes: la hematimetría, que mide los parámetros correspondientes a la sangre en sí como los hematíes (glóbulos rojos), la hemoglobina y toda la serie blanca (los glóbulos blancos: leucocitos, neutrófilos, linfocitos, eosinófilos, basófilos); y, por otro lado, la serie plaquetaria», explica Lorenzo Armenteros, médico de familia y portavoz de la Sociedad Española de Médicos Generales (SEMG). Por otro lado, la bioquímica nos mostrará parámetros como nuestros niveles de glucosa, lípidos (colesterol y triglicéridos), hierro o nuestros marcadores hepáticos y renales. 

 ¿Qué es qué en nuestro hemograma?

El hemograma es la parte de una analítica dedicada a buscar en nuestra sangre información sobre el número, composición y proporciones de los elementos que figuran en ella con el fin de poder hallar una enfermedad no diagnosticada. Los valores que recuenta se subdividen en tres categorías: la serie blanca (los anticuerpos), la serie roja (parámetros de la sangre) y las plaquetas (sangrado).

Serie blanca (anticuerpos)

Leucocitos. Los leucocitos son células de la serie blanca, también conocidos como glóbulos blancos. Alteraciones tanto en los leucocitos, como en los linfocitos y los neutrófilos suelen deberse a procesos infecciosos. Ya sea por exceso o por defecto. En caso de elevaciones muy exageradas deberá ser consultado con el médico de cabecera.

Eosinófilos. Los eosinófilos son también un tipo de glóbulos blancos que se relacionan, generalmente, con procesos alérgicos. Una elevación de los niveles orienta hacia un posible proceso alérgico. Recuerda Lorenzo Armenteros que todas estas indicaciones son orientativas: «No deben sacarse conclusiones y todo debe ser respaldado por un profesional».

Linfocitos, monocitos, neutrófilos, eosinófilos y basófilos. Se trata también de valores de la denominada serie blanca. En este caso, estos indicadores suelen aparecer en forma de recuento absoluto y de porcentaje. «Pequeñas oscilaciones por arriba o por abajo de las cifras normales se relacionan normalmente con procesos infecciosos. Cifras muy alteradas pueden relacionarse con procesos neoplásicos, pero ante eso hay que hilar muy fino porque dependiendo de si las células son bacterianas o víricas habrá un valor determinado más alto o más bajo», recuerda el facultativo, que llama a la calma.

Serie roja (sangre)

Eritrocitos. Se trata de los glóbulos rojos, también conocidos como hematíes. Un descenso en la cifra de hematíes está relacionado con un proceso de anemia.

Hemoglobina. «Es la proteína que hace que llegue el oxígeno a la sangre. Una alteración de la hemoglobina o del hematocrito hacia abajo también nos hace sospechar de una anemia», explica el médico de cabecera.

Hematocrito. Es un valor que indica la relación de células con respecto al líquido intercelular. «Cuando haces una analítica separas las células del plasma. Esta relación de células y de líquido intercelular es lo que se denomina hematocrito. Unos niveles altos son típicos de los fumadores, al existir un déficit de oxígeno. También en las personas que practican una actividad deportiva. De hecho, es un parámetro que se utiliza para medir el dopping, porque significa que tienes más células y, por lo tanto, más capacidad de oxígeno. De esa manera resistes más el esfuerzo ante el ejercicio. También es característico de las personas que viven a una altura importante, donde hay menos oxígeno y se necesita tener más células para que puedan llevarlo a todo el organismo. Si el hematocrito está bajo, podría estar relacionado con un proceso de anemia».

Los límites fijados pueden variar según el labotorio, pero los parámetros solicitados serán comunes.
Los límites fijados pueden variar según el labotorio, pero los parámetros solicitados serán comunes. La Voz de la Salud

V.C.M. Siglas que corresponden al Volumen Corpuscular Medio. Suele venir acompañada de la HCM (Hemoglobina Corpuscular Medio). «El VCM es un valor muy importante y que nos indica si las células son grandes (macrocítica) o son pequeñas (microcíticas). Las células grandes pueden orientarnos hacia una anemia por déficit de ácido fólico o vitamina B-12 y las células pequeñas, generalmente, van relacionadas con una anemia por déficit de hierro.

C.H.C.M. La Concentración de Hemoglobina Corpuscular Media es una herramienta «para hilar más fino», según indica Armenteros, pero que apunta en el mismo sentido que el VCM y el HCM. «Sería la cantidad de hemoglobina que hay dentro de las células. Porque pueden ser células grandes pero que transporten poca hemoglobina. Se trata de valores de diagnóstico más específico ante un valor ya alterado, son secundarios», comenta.

Serie plaquetaria

Plaquetas. Las plaquetas son el primer mecanismo de actuación del cuerpo ante la coagulación. «Este valor es importante, especialmente cuando una persona ha tenido un accidente vascular, para comprobar que esté anticoagulada o antiagregada. Nos orienta ante posibles  trombos, por ejemplo». Tener un recuento plaquetario bajo sería peligroso porque aumenta el riesgo de sangrado alto. «Las plaquetas son el mecanismo básico de la agregación plaquetaria, un modo de defensa ante una lesión. También intervienen en la formación de trombos, por lo que en algunos casos se utilizan medicamentos antiagregantes (por ejemplo la aspirina) para que haya menor riesgo de sufrirlos.

M.P.V. (Volumen Plaquetario Medio). El volumen plaquetario medio es otro valor secundario de nuestra analítica que, ante un recuento anómalo de las plaquetas, puede dar más pistas a nuestro médico.

¿Qué es qué en nuestra bioquímica?

La parte bioquímica de una analítica se centra en buscar sustancias (como electrolitos, grasas, proteínas, glucosa o enzimas) que puedan indicar un incorrecto funcionamiento de alguno de los órganos de nuestro cuerpo. Como norma general, estos son los valores que podrán encontrarse y qué puede suponer una alteración en cada uno de ellos.

Glucosa. «El nivel de glucosa nos ayuda identificar, o bien intolerancia basal a la glucosa, o que podamos estar ante un paciente diabético si el nivel es más elevado», explica el médico de familia que recuerda que todo es relativo y que los niveles de glucosa varían a lo largo del día. «Se puede tener un valor alto de glucosa en un determinado día por haber tenido una ingesta alta o no haber cumplido las doce horas de ayuno necesarias antes del análisis. En cualquier caso, la glucosa, si las cifras son elevadas, puede ayudar a detectar estadios prediabéticos o una diabetes».

Urea, creatinina y filtrado glomerular. Los niveles de urea pueden indicar una anomalía de la función renal. Es un elemento clave para saber el estado de nuestros riñones junto a la creatinina y el filtrado glomerular. «Si están por encima de los valores normales indican que la función renal está reducida. Si el filtrado glomerular está por debajo de lo normal nos indica que el proceso puede estar ya en una enfermedad renal crónica con diferentes grados», explica Lorenzo Armenteros.

Niveles de afectación renal según los resultados del filtrado glomerular

= o >90: normalidad 

60-89: disminución ligera

45-59: disminución ligera-moderada

30-44: disminución moderada

15-29: disminución severa

<15: fallo renal

Ácido úrico. Está relacionado con la gota y con la dieta y puede indicar un trastorno metabólico. Si las cifras están elevadas es posible que este ácido úrico se deposite en las articulaciones, produciendo la famosa crisis de gota.

Lípidos (Colesterol). «Entramos ya en todo lo que se refiere a aspectos del colesterol», detalla el doctor Armenteros. Sepan que, según la analítica que le haya solicitado su médico de cabecera o su especialista y en función de lo que se busque en concreto, puede haberse solicitado un estudio más o menos detallado. Si el colesterol no es la principal preocupación del facultativo, puede que los datos aparezcan agregados en un apartado de «colesterol». Por el contrario, esos datos pueden desgranarse más para medir los niveles del famoso «colesterol malo».

Valores que podemos encontrarnos:

  • Colesterol total
  • HDL (colesterol de alta densidad o colesterol bueno)
  • LDL (colesterol de baja densidad o colesterol malo)

«El colesterol total, el HDL, LDL (que vulgarmente se conoce como colesterol malo) y los triglicéridos. Todos estos parámetros son parámetros lipídicos. Cuando se pide un analítica sin las subdivisiones, este apartado pierde mucho valor. En la analítica aparecerá una cifra total y luego el colesterol por fracciones. El HDL es el bueno y si se tiene por encima de 40 o 60 es positivo; el LDL, el malo debe estar siempre por debajo de 100 para que sea un dato positivo». Un exceso de LDL puede relacionarse con, por ejemplo, un mayor riesgo de accidentes cardiovasculares.

Lípidos (triglicéridos). Los triglicéridos son otro tipo de grasas, más relacionadas con la dieta. «El colesterol es genético, aunque hagas una dieta tibetana puede estar elevado porque tiene un componente heredado. Los triglicéridos, excepto en enfermedades concretas de carácter congénito, siempre están relacionados con la dieta. El consumo de alcohol o de comidas excesivamente grasas va a elevarlos», explica el portavoz de la SEMG.

Bilirrubina, GGT, AST y ALT. La bilirrubina pertenece a las pruebas para medir la función hepática junto a la AST, ALT y la Gamma GT. Esos son valores de la funcionalidad del hígado. La elevación de todos estos parámetros de funcionalidad hepática indican que hay una alteración hepática que habrá que investigar. Desde una hepatitis infecciosa a una hepatitis alcohólica.

Hierro. «Nos indica el hierro circulante. Se mide el hierro total y, si está bajo, hay probabilidad de que se sufra anemia. El hierro debe interpretarse unido a la serie roja», detalla Lorenzo. Para cerciorarse de que, efectivamente,  nos enfrentamos a un problema anémico se acompaña el resultado de la ferritina. «Es una proteína transportadora del hierro. Si está baja, unido al déficit hierro, las probabilidades de una anemia son altas». El TIBC también ayudará a constatar este diagnóstico.

Vitaminas. Es muy frecuente que se soliciten los niveles de vitaminas. La D, la B-12 o el ácido fólico (B-9). «La vitamina D es muy frecuente que esté reducida en Galicia. Es curioso ver que en países como Noruega, que tienen menos sol, haya menos casos de osteoporosis que en Galicia», dice el doctor, que ejerce su especialidad en Lugo: «Casi todas las mujeres a las que les hacemos la analítica (la osteoporosis es más prevalente en ellas) tienen la vitamina en D en cifras bajas o muy bajas. La B-12, por su parte, está muy relacionada con una anemia por células grandes. Otro valor que se suele consultar es el ácido fólico (B-9), también relacionado con la anemia».

Creatinkinasa (CK). Otro valor añadido que puede solicitarse si el médico lo considera necesario. «Es un marcador que nos indica la destrucción del músculo. La creatinkinasa es un valor que se pide siempre cuando se están consumiendo preparados para los lípidos. Uno de los efectos de la estatina (la familia de los medicamentos más habitual para combatir el colesterol) es destruir el músculo, y se mide con ella. Si es alta, indica una destrucción muscular debido a un exceso de ejercicio o que son personas que toman estatinas, indicándonos que este fármaco está haciendo daño al músculo. Niveles altos de CK pueden producir también daño renal».

Sodio y Potasio (Iones). El sodio y el potasio siempre deben estar dentro de los valores normales. Tanto la hiponatremia como la hipernatremia  (déficit o exceso de sodio), como la hipokalemia y la hiperkalemia (potasio) son patológicos. Indican trastornos metabólicos que siempre deben ser consultados.

TSH. EL TSH, adelanta Lorenzo Armenteros, es un indicador «muy importante». «Es la hormona que controla la tiroides. Se produce en el hipófisis y nos habla sobra la correcta funcionalidad de la glándula tiroidea. Este parámetro unido a la T3 y T4 (que deben ser solicitadas por el médico en el volante) nos dan un control de los valores tiroideos para poder diagnosticar un hipotiroidismo o hipertiroidismo.

¿Qué es qué en nuestro análisis de orina?

Es frecuente que, además de una muestra de sangre, se solicite una muestra de orina al paciente. Ella aportará datos complementarios al diagnóstico que pueden orientar todavía más a nuestro médico sobre un posible problema de salud. Estos son los parámetros que habitualmente podemos encontrar. Lo común es que los resultados se reduzcan a un sí o un no, es decir, a si ese parámetro es positivo (porque encuentran restos) o si es negativo.

Densidad. La densidad de la orina indicará si la muestra es más o menos líquida y si en ella se encuentran más o menos componentes. «Una orina más líquida señala que la diuresis es más sencilla, es decir, que se produce una filtrado más alto revelando que la función del riñón está en condiciones óptimas. Por contra, cuando la densidad es elevada, orienta al profesional hacia una menor capacidad de filtrado. Una orina más concentrada puede destapar también hacia una deshidratación. Si vemos que una persona mayor, con la piel seca, tiene una densidad alta en la orina, puede hacernos sospechar que esa persona tiene un déficit de líquidos».

Eritrocitos. La aparición de eritrocitos en la orina es un dato de que hay una pérdida de sangre. Se trata de un dato importante para el que hay que buscar el origen.

Nitritos. La aparición de nitritos en la muestra orienta hacia una infección de orina.

Glucosa. Al igual que sucede con los análisis de sangre, unos niveles anormales de glucosa en la orina estarían relacionados con un problema de diabetes.

Cuerpos cetónicos. Los cuerpos cetónicos, que aparecerán reflejados en la analítica como normales o anormales, suelen estar elevados en procesos en los que el paciente sufre vómitos, produciendo su elevación y provocando unos trastornos que deben ser equilibrados para  controlar los vómitos y evitar posibles deshidrataciones. Es habitual encontrar valores alterados en caso de una intoxicación alimentaria o una gastroenteritis.

Urobilinógeno. El urobilinógeno es un producto de desecho del hígado. Lo normal es que no tenga que aparecer.

La analítica, una herramienta básica para el diagnóstico de enfermedades 

Cabe recordar que los análisis de sangre son la primera herramienta de los servicios de salud para acercarse a un diagnósticos. «Los datos de laboratorio y los resultados de los análisis son importantes porque influyen en más del 70% de las decisiones médicas con respecto al diagnóstico, es decir, la misión principal del laboratorio es contribuir al diagnóstico en la mayoría de los casos», aseguraba Maximino Redondo, profesor de la Universidad de Málaga y Médico Especialista en Análisis Clínicos, recientemente a La Voz de la Salud. Recuerde que esta guía es solo un pequeño manual de aproximación a los datos que nos revela una analítica, pero solo su médico podrá detectar con certeza un problema de salud. 

Lois Balado Tomé
Lois Balado Tomé
Lois Balado Tomé

A Coruña (1988). Redactor multimedia que lleva más de una década haciendo periodismo. Un viaje que empezó en televisión, continuó en la redacción de un periódico y que ahora navega en las aguas abiertas de Internet. Creo en las nuevas narrativas, en que cambian las formas de informarse pero que la necesidad por saber sigue ahí. Conté historias políticas, conté historias deportivas y ahora cuento historias de salud.

A Coruña (1988). Redactor multimedia que lleva más de una década haciendo periodismo. Un viaje que empezó en televisión, continuó en la redacción de un periódico y que ahora navega en las aguas abiertas de Internet. Creo en las nuevas narrativas, en que cambian las formas de informarse pero que la necesidad por saber sigue ahí. Conté historias políticas, conté historias deportivas y ahora cuento historias de salud.