Onomástica mariña

> Francisco J. Franco del Amo pacofranco2@gmail.com

LA VOZ DE LA ESCUELA

Los científicos y pescadores se inspiran en la mitología y la morfología para bautizar a las especies marinas que descubren y capturan

19 nov 2014 . Actualizado a las 13:00 h.

Hace unos meses un jovencísimo estudiante de Colombia me preguntó a través de la sección Pregunta a un científico de La Voz de la Escuela quién les pone nombre a los peces y animales marinos. Como en esa sección solo disponemos de unas pocas líneas para contestar, la respuesta tuvo que ser muy breve y se me quedaron muchas cosas en el tintero. Así que hoy he decidido aprovechar la oportunidad para contar algunas historias interesantes y divertidas sobre la onomástica de los animales marinos. El nombre científico de las especies de animales marinos está formado por dos palabras en latín. La primera corresponde al género y la comparten varias especies similares entre sí, mientras que la segunda es exclusiva de la especie en cuestión. Esta forma de denominar a los seres vivos se conoce como sistema de clasificación binomial y los biólogos de todo el mundo lo usan de modo general desde que Carlos Linneo (1707-1778) lo empleó en su famosa descripción del mundo natural. Lo más frecuente es que los nombres científicos sean un homenaje al primer clasificador o descubridor de la especie o que tengan que ver con alguna cualidad destacable del ser vivo en cuestión, pero a veces también pueden estar relacionados con cuestiones históricas o mitológicas. Con los nombres comunes de peces e invertebrados marinos sucede algo parecido.

Por ejemplo, la banda de grandes y fuertes escamas que cubren la línea lateral es el rasgo más característico del jurel, cuyo nombre científico es Trachurus trachurus. Las escamas, que se ablandan con la edad, son mucho más evidentes en los individuos jóvenes. El nombre científico del pez alude a esta característica, ya que trachurus significa ?cola áspera?. También el nombre científico de la faneca, Trisopterus luscus, tiene que ver con su fisionomía, ya que trisopterus significa ?tres aletas? y se a las tres aletas dorsales de la faneca, que están muy próximas entre sí y destacan sobre el resto de apéndices. El nombre específico, luscus, que se debe al mismísimo Carlos Linneo, quiere decir ?ojos hundidos?, porque, en su medio natural, la faneca tiene los globos oculares dispuestos de tal forma que parecen estar hundidos. Y hay muchos más ejemplos.

La mitología clásica también ha servido como fuente de inspiración para nombrar a muchos animales marinos. El pez rey o tres colas (Anthias anthias) es un buen ejemplo. Los antiguos griegos creían que los dioses lo habían dotado con poderes especiales y que, en su presencia, los grandes peces carnívoros no podían atacar a los más débiles, por lo que estos se agrupaban a su alrededor en busca de protección. El reconocido ictiólogo Bloch recuperó esta creencia, y cuando clasificó al tres colas añadió al nombre genérico de anthias el específico de sacer, que significa ?sagrado?. Linneo se había adelantado a Bloch y bautizó al pez rey como Anthias anthias, y al final la ganadora fue la opción del científico sueco, pero ahí queda la anécdota.

La langosta (Palinurus elephas) es otro animal marino con nombre científico de origen legendario. Su nombre genérico procede de Palinuro, piloto de la nave de Eneas. El poeta Virgilio (70-19 antes de Cristo) cuenta en la Eneida que el dios Morfeo se apareció a Palinuro en medio de la noche y le propuso que descansara y abandonara el timón mientras él pilotaba la nave. El piloto, que ya había sido engañado por los dioses en otras ocasiones, se negó. Entonces Morfeo agitó sobre él una rama mojada en agua del río del olvido e hizo que se durmiese para luego arrojarlo por la borda junto con el timón de la nave.