Shinzo Abe, el mayor reformista económico de Japón, que apostó por la militarización del país

Pablo Medina MADRID / LA VOZ

INTERNACIONAL

Shinzo Abe durante una visita al Santuario Yasukuni el pasado abril.
Shinzo Abe durante una visita al Santuario Yasukuni el pasado abril. KYODO | REUTERS

El ex primer ministro de Japón ha sido asesinado hoy a los 67 años

08 jul 2022 . Actualizado a las 13:37 h.

El Partido Liberal Democrático (PLD) anunció esta mañana el asesinato de su mandatario más longevo, Shinzo Abe, a manos de un hombre que le arrebató la vida disparándole por la espalda en un acto electoral. El suceso ha conmocionado a Japón y al mundo, pues Shinzo Abe había sido un político que bailó entre las reformas económicas, el revisionismo histórico y la recuperación de la militaría japonesa. Fue el mandatario nipón que más tiempo ha permanecido en el cargo.

Abe nació en el seno de una familia entregada a la política. Su abuelo, Nobusuke Kishi, fue también primer ministro entre 1957 y 1960 y su padre llegó a ser secretario jefe de gabinete, considerado el segundo puesto de más poder en el país nipón. Esto le llevó a estudiar Ciencias Políticas tanto en Japón como en Estados Unidos, aunque no dio el salto para ejercer hasta 1993, cuando ganó las elecciones en la prefectura de Yamaguchi, ciudad hermanada con Pamplona al ser evangelizada por el navarro San Francisco Javier.

Shinzo Abe comenzó a ganar popularidad y finalmente gobernó Japón por primera vez durante un breve periodo de tiempo entre el 2006 y el 2007, pero tuvo que dejar el cargo al considerar que el pueblo japonés no apoyaba su gestión. Tras esto, volvió al escenario político en el 2012, consiguió ganar y se mantuvo hasta el 2020, año en el que abandonó debido a una enfermedad intestinal crónica dejando paso al actual jefe del Ejecutivo, Fumio Kishida, bendecido por el propio Abe.

Padre de las «Abenomics»

Un padre le dio una flecha a cada uno de sus tres hijos y les dijo que si intentaban romper una flecha, lo conseguirían, pero si intentaban romper las tres a la vez, la resistencia sería tal que no podrían quebrarlas. En esta fábula japonesa basó el exmandatario nipón la mayor reforma económica del Japón contemporáneo, conocida como «Abenomics» por ser el impulsor de las mismas.

El país se había estancado económicamente a su llegada a la presidencia, lo que hizo que desarrollara la «Política de las Tres Flechas»: medidas monetarias para alcanzar una tasa de inflación del 2 %, una reforma fiscal que sirvió para aumentar en 9 billones de yenes la inversión en obras públicas y, por último, una reforma estructural para privatizar ciertos sectores y descentralizar más la economía.

Las medidas han sido medianamente efectivas y han dejado la tasa de inflación en el 1,7 % mientras que el PIB creció un 0,7 %, siendo el segundo del mundo según el portal Datosmacro.

Coqueteo con el nacionalismo

Shinzo Abe a menudo fue visto como un revisionista histórico y sus reformas no solo se limitaron a lo económico. Amparado por Estados Unidos con su armamento nuclear y con una constitución pacifista, el ex primer ministro quiso establecer un nuevo orden militar y obtener más margen de intervención en el exterior.

Intentó sin éxito modificar el artículo 9 de la constitución japonesa, que reza: «Aspirando sinceramente a una paz internacional basada en la justicia y el orden, el pueblo japonés renuncia para siempre a la guerra como derecho soberano de la nación y a la amenaza o al uso de la fuerza como medio de solución en disputas internacionales». Abe buscaba una mayor importancia de Japón a nivel geoestratégico en el Pacífico que no resultó.

Sin embargo, consiguió promulgar una ley que permitía a las Fuerzas de Autodefensa de Japón, único remanente militar nipón tras la Segunda Guerra Mundial, operar en el extranjero junto a sus aliados, hecho que anteriormente estaba prohibido, lo que le cosechó algunas tensiones con Corea y China.

Además, fue uno de los pocos mandatarios en visitar el Santuario Yasukuni, un complejo en el que hay enterrados más de dos millones de combatientes que lucharon por Japón en el pasado, entre los que se encuentran un puñado de criminales de guerra de 1945, idolatrados hasta la deificación por los nacionalistas de derechas.

El mejor amigo de Taiwán

La posición del exdirigente japonés con respecto a Taiwán ha buscado siempre una mayor protección para la isla y una mayor implicación internacional para que China no pudiera extender su influencia sobre ella y anexionarla, una amenaza comprometedora para los países del Pacífico.

Así, instó a Estados Unidos a que fuese más claro y severo en su postura internacional con respecto a Taiwán y que de esta forma se velara por la independencia de la isla. Además, colaboró estrechamente con ella enviando millones de dosis de vacunas de vacunas contra el covid mientras la isla hacía frente a una descontrolada ola de infecciones.

Hoy, al conocerse el asesinato de Shinzo Abe, la líder taiwanesa Tsai Ing-wen ha publicado un mensaje recordándole: «El ex primer ministro Abe no solo es un buen amigo mío, sino también un amigo incondicional de Taiwán. Ha apoyado a Taiwán durante muchos años y no ha escatimado esfuerzos para promover el progreso de las relaciones entre Taiwán y Japón».