Entrevista a Marcelo Rebelo de Sousa: «Mi mayor enemigo es la abstención»
INTERNACIONAL
El jefe de Estado de Portugal teme que la desmovilización en las urnas en la primera vuelta del domingo provoque más división en medio de la pandemia del coronavirus
23 ene 2021 . Actualizado a las 05:00 h.El jefe de Estado de Portugal, el conservador Marcelo Rebelo de Sousa (Lisboa, 1948) aspira a ser reelegido para el cargo en la primera vuelta del domingo, frente a sus directos rivales, la exeurodiputada socialista Ana Gomes y el populista André Ventura, que quedarían en segunda y tercera posición, lejos de Rebelo de Sousa. Cansado y preocupado por el descontrol de la pandemia, que le ha obligado a alternar en esta campaña tan atípica su papel de presidente en ejercicio con el de candidato, confiesa telefónicamente a La Voz que su «principal enemigo el domingo es la abstención, no son Ana Gomes o André Ventura».
No confía en las encuestas. «Una abstención superior al 65 % podría desencadenar una segunda vuelta con un país dividido y harto de la pandemia», declara. Frente a las acusaciones de Ana Gomes que lo acusa de estar en contra de la descentralización, responde: «Durante mi segundo mandato haré lo que esté en mi mano para que avance la regionalización, si el Gobierno y el Parlamento lo autorizan, como recoge la Constitución portuguesa».
-¿Cómo se siente al final de la campaña electoral?
-Muy cansado y preocupado por la situación de la pandemia en todo el país, con más de 10.000 contagiados diarios desde el 7 de enero. Acabo de firmar en Oporto el decreto del cierre de los colegios y universidades durante 15 días, minutos después de terminar mi último acto electoral de campaña, aquí en el norte. Aún me queda por terminar mi discurso de final de campaña en Celorico de Basto, distrito de Braga, la tierra de mis antepasados, donde votaré, y tan cerca de Galicia. Las circunstancias dramáticas de la pandemia me han obligado a dar la vuelta a la campaña y ser un 50 % del día presidente y otro candidato.
-Los sondeos le sonríen, todos coinciden en que ganará.
-Es verdad que las encuestas me otorgan una llave del 58 % al 63 % de los votos, pero lo que más me preocupa es la alta abstención que se prevé, por el miedo a ir a votar por la situación pandémica. Es mi gran enemigo. Si más de un 65 % de los portugueses se quedan en casa el domingo, el gran perjudicado seré yo, no Ana Gomes u otros candidatos. Si se tuviera que celebrar una segunda vuelta sería dramático porque aumentaría la crispación y el descontento entre las personas.
-¿Cuáles serán sus prioridades si es reelegido?
-Los próximos cinco años van a ser muy distintos y aún más exigentes que los anteriores. Mi principal prioridad en el 2021 será la pandemia. Ayudar a que los portugueses se recuperen de la crisis económica y social motivada por ella, evitando que se agraven, aún más, las grandes desigualdades sociales existentes en el país. Que se aprovechen bien los próximos fondos europeos para hacer modificaciones estructurales necesarias en el tejido empresarial, la administración pública y la justicia. Por último, que Portugal siga siendo desde Europa esa plataforma de entendimiento con África, India, Brasil. Sin olvidar las relaciones de hermandad y proximidad con España.
-Su principal rival, Ana Gomes, le acusa de estar en contra de la descentralización del país.
-No es verdad. Para avanzar con la regionalización, como establece la Constitución portuguesa, lo deberá aprobar antes el gobierno y el Parlamento portugués. No pondré ningún impedimento a la regionalización durante mi segundo mandado, si así lo decide el ejecutivo y tiene luz verde de la Asamblea de la República.
-¿Qué significa para usted el norte de Portugal?
-Es aquí en el norte, en Celorico de Basto, donde termino la campaña [este viernes], voto y donde fui presidente de la Asamblea Municipal. Es la tierra de mis afectos a la que vuelvo siempre. Soy del Sporting de Braga, mi equipo de fútbol. Aquí en el Miño se respira más que en cualquier otro lugar del país, esa proximidad única entre gallegos y portugueses. Porque no solo compartimos un origen común lingüístico, el galaicoportugués, sino también una realidad socioeconómica, afectiva y cultural próxima. Ese Eixo Atlántico, ejemplo único en Europa de colaboración a un lado y a otro de la frontera.