«Cuando rascas, no hay más»
Muchos de ellos podrían quedarse esta vez en casa o darle la espalda y decantarse por una opción más a la izquierda, la del NDP (Nuevo Partido Democrático), de Jagmeet Singh, o ecologista, la de Los Verdes, de Elizabeth May. La sensación extendida, afirma Gagnon, es que el primer ministro «es bueno para las selfis, un hombre guapo, pero cuando rascas la superficie no hay mucho más». Los canadienses llegaron a creer en ese algo más. En su primer año de mandato, Trudeau obtuvo la aprobación del 72 % de la población. A horas de las elecciones, una encuesta de Gallup ha mostrado por primera vez cómo una mayoría (52 %) desaprueba su liderazgo.
Tras cuatro años de mayoría del Partido Liberal de Trudeau en el Parlamento de Ottawa, todo indica que el próximo primer ministro tendrá que gobernar en minoría en un país en el que las coaliciones son una anomalía. La última a nivel federal data de 1917. En opinión de Daoust, «no habrá coalición, sino que se buscarán acuerdos». Scheer advierte contra uno entre el Liberal y el NDP, mientras que el profesor Gagnon augura una entente entre el Partido Conservador y los independentistas del Bloc Québécois, al que las encuestas anticipan que duplicará el número de diputados. Sería un gran éxito para el Bloc que, en opinión de Daoust, ha dejado de lado en la campaña la reivindicación secesionista para centrarse «en la defensa de los intereses de Quebec». Una estrategia con la que atraer a votantes federalistas «que quieren un Quebec fuerte».