Extoxicómanos, refugiados y personas que vivieron en la calle forman la plantilla de «É um restaurante», una escuela de hostelería de prestigio
30 sep 2019 . Actualizado a las 05:00 h.Hoy abre sus puertas en la mítica Rua de São José, en el corazón de Lisboa, un restaurante que poco tiene que ver con los locales turísticos, las tascas de más solera, fundadas hace décadas por gallegos, o con cualquier otro establecimiento de hostelería de los que cada día se inauguran en la ciudad. Se trata de É um restaurante, un proyecto de integración social y laboral puesto en marcha por la asociación Crescer que trabaja hace 18 años, en las calles de Lisboa, en 15 proyectos de integración social para personas sin techo, toxicodependientes, refugiados, inmigrantes y prostitutas. «Este no es un restaurante más, como hay otros fuera de Portugal, que da trabajo únicamente a personas que vivían en la calle», explica Américo Nave, presidente de la Asociación Crecer y alma máter de la iniciativa. «Primero pusimos en marcha É uma casa, para devolver la dignidad y dar hogar a los sin techo -avanza-. Aunque lo más importante, una vez que han superado sus adiciones y tienen un techo, es darles la formación, la oportunidad y el acompañamiento profesional y psicológico para que puedan trabajar». «Por eso decidimos -concluye- materializarlo en este restaurante que funcionará como una escuela de hostelería y les formará para ser contratados posteriormente por hoteles y restaurantes de la ciudad». En el proyecto colaboran la Escuela de Hostelería, el Ayuntamiento de Lisboa, a través de la Concejalía de Derechos Sociales, y numerosas empresas lusas de restauración, hostelería y servicios.
El menú ha sido elaborado por un conocido chef Nuno Bergonse, uno de los cocineros de moda en Lisboa, jurado de Master Chef Portugal. El experto ha diseñado desinteresadamente el menú, con base en la gastronomía lusa, a un precio medio de 20/25 euros por persona y pensado para compartir. Nuno hace el enlace con la Escuela de Hostelería de Lisboa, quien ha formado durante dos meses a las 14 personas, que los próximos seis meses atenderán al publico y cocinarán en el restaurante, bajo su supervisión y la de otro chef profesional, David, que estará siempre con ellos. Bergonse confiesa: «Es una enorme satisfacción ayudarles a reintegrarse profesionalmente». Él ya había trabajado con Américo Nave antes para la integración de inmigrantes de Eritrea, y confiesa que «aunque este proyecto es más completo, los seguimos y acompañamos de cerca para darles otra oportunidad si después de estos 6 meses aquí, no tienen suerte laboralmente en otros establecimientos».
David, es el chef operacional que va a estar en el restaurante todos los días supervisando la elaboración de los platos y el servicio al público. «Es un gran desafío pero estoy seguro de que va a salir de maravilla», afirma. De la misma opinión es Ana Vizoso, profesora de la Escuela de Hostelería de Lisboa, quien dice: «Son mis niños, estos dos meses han sido muy duros pero reconfortantes porque rápidamente hemos visto resultados».
Los cocineros y camareros de É um restaurante -14 personas-, trabajarán seis meses en el restaurante, con un contrato de formación, a los que seguirán otros 14, y así sucesivamente. Alexandra Peralta, camarera del establecimiento, es una de las personas que trabajarán en el restaurante. Vivió un año en la calle y hoy irradia alegría: «Estoy feliz, es una oportunidad de oro y la he cogido con mucha ilusión». Al concluir la frase dice con una sonrisa: «Perdone pero tengo que seguir trabajando». Lo mismo le ocurre a Fernando y a Luisa, ayudantes de cocina, con historias de problemas de adicciones y fracasos a sus espaldas «Nací en São Tomé Príncipe, mi vida no ha sido fácil, intenté varias veces dejar la calle y darle un nuevo rumbo a mi situación -confiesa Luisa-; hoy, por fin, tengo la oportunidad soñada que no voy a desaprovechar».