ADRIANO FERREIRO
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R. P.
La guerra comercial con China, las tensiones diplomáticas con Irán, el brexit, el impuesto a los gigantes digitales, el cambio climático y la vuelta de Rusia al G7 centrarán la agenda de la cumbre anual de los líderes de los países más desarrollados del mundo que se celebra desde el sábado al lunes en Biarritz (Francia). Los dirigentes de Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y Reino Unido, así como los de la Unión Europea, se reunirán durante dos días para tratar estos temas, en los que las posturas son tan contrarias que no habrá ni un comunicado conjunto al final de la cita, ante su incapacidad de ponerse de acuerdo sobre unos mínimos. La última cumbre del G7, celebrada en el 2018 en Quebec (Canadá), no acabó bien y este año amenaza con repetirse el fiasco. Los siete grandes líderes concurren tan divididos como entonces. El anfitrión, Emmanuel Macron, ha propuesto como eje central la «desigualdad», pero este no será el asunto del que más se hable.