Corea del Norte pone a prueba a EE.UU.

Sara R. Estella PEKÍN / E. LA VOZ

INTERNACIONAL

KCNA | efe

Promete lanzar más misiles sobre el Pacífico a pesar de la condena internacional

31 ago 2017 . Actualizado a las 07:56 h.

Repitiendo las imágenes de un lanzamiento de misil grabado desde todos sus ángulos, la propaganda norcoreana alardeaba de su último éxito. La televisión oficial, que emite en pantallas gigantes en varios puntos de Piongyang, concretó que el misil que probaron el martes era un Hwasong-12, capaz de transportar cabezas nucleares y de golpear objetivos a más de 5.000 kilómetros. Un alarde de fuerza acompañado de una nueva amenaza directa contra Estados Unidos: Guam sigue estando en el punto de mira.

Su último ensayo balístico es «el primer paso de una operación militar en el Pacífico y un importante preludio para mantener a raya a Guam», dijo Kim Jong-un según informó la agencia oficial KCNA. Varias fotos confirman que el dictador presenció el lanzamiento que, por primera vez, se realizó cerca de Piongyang, en un movimiento del régimen para buscar nuevas áreas de disparo y esquivar así la vigilancia internacional.

Aunque este último proyectil no se lanzó en dirección a Guam, Corea del Norte asegura que sirve para demostrar su capacidad de «guerra real» en el Pacífico. Una amenaza que renueva la que el régimen norcoreano lanzó contra ese enclave estratégico, que acoge varias bases norteamericanas, hace apenas tres semanas. Entonces incluso se detalló un plan de ataque con cuatro misiles cayendo cerca de sus aguas, proyectiles del exactamente iguales al que sobrevoló Japón el martes.

El tuit de Trump

La comunidad internacional en bloque ha condenado este ensayo. A través de Twitter, Donald Trump afirmó que el diálogo «no es la respuesta» ante unas amenazas cada vez más provocadoras. «Estados Unidos ha estado hablando con Corea del Norte, y pagándole extorsiones durante 25 años. ¡Hablar no es la respuesta!», escribió en su perfil. Horas antes, el Consejo de Seguridad, había condenado el lanzamiento pero no decidió si impondrá nuevas sanciones a Piongyang.

China, soporte económico del régimen de Kim Jong-un, ve como la presión aumenta para exigirle que actúe contra Piongyang. El ministro de Exteriores, Wang Yi, reconoció que su vecino «violó las resoluciones de las Naciones Unidas» y aseguró que «dará la respuesta necesaria al reciente lanzamiento del misil». Wang instó a retomar las negociaciones a seis bandas y reiteró la posición de China de que «las sanciones son insuficientes» para frenar la ambición militar norcoreana. Más rotundos se mostraron los líderes de Japón y Corea del Sur, Shinzo Abe y Moon Jae-in, que acordaron incrementar la presión sobre Piongyang «hasta un nivel extremo» e imponerle nuevas sanciones.

El Pentágono considera que aún hay espacio para una solución diplomática

El jefe del Pentágono, Jim Mattis, contradijo al presidente de Trump sobre que el diálogo ya no sirve para afrontar la crisis con Corea de Norte. «Nunca nos quedamos sin soluciones diplomáticas», dijo el secretario de Defensa antes de reunirse con su homólogo surcoreano, Song Young-moo. «El ministro y yo compartimos la responsabilidad de garantizar la protección de nuestras naciones, nuestros ciudadanos y nuestros intereses, que es precisamente por lo que estamos aquí», añadió.

Hace una semana, el jefe de la diplomacia de EE.UU., Rex Tillerson, también se había mostrado abierto a negociar con Piongyang con la condición de que en el diálogo se abordase la desnuclearización de Corea del Norte.

Pese a la retórica belicista de Trump, tanto presidentes demócratas como republicanos han evitado la alternativa militar, por el alto coste de vidas humanas. Corea del Norte cuenta con un gran Ejército y un nutrido arsenal con el que podrían atacar Seúl y su área metropolitana de más de 25 millones de habitantes.

Coincidiendo con la escalada, el Ejército de Estados Unidos ensayó un sistema de interceptación de misiles con el que Japón busca reforzar su defensa ante el régimen norcoreano. La prueba fue realizada por la Agencia de Defensa de Misiles estadounidense (MDA) y la Marina desde el destructor lanzamisiles John Paul Jones, frente a Hawái.