Los gallegos de EE.UU. votaron a Clinton

Francisco Espiñeira Fandiño
FRANCISCO ESPIÑEIRA REDACCIÓN / LA VOZ

INTERNACIONAL

Nino Soto

Los residentes destacan la experiencia de la demócrata como aval frente al oportunismo de Trump

09 nov 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

La mayoría de los gallegos residentes en Estados Unidos lo hace en el entorno de Nueva York y Nueva Jersey, la mayoría de ellos procedentes de localidades como Sada o Pontevedra, aunque hay un buen número de estudiantes no censados oficialmente repartidos por todo el país. La mayor parte se decanta por una victoria de la demócrata Hillary Clinton. Sus argumentos son coincidentes: la experiencia en el Gobierno, su capacidad para unir un país dividido, la apuesta por los derechos sociales... Donald Trump, por el contrario, genera más rechazo que comprensión. «Solo viene a hacerse más millonario. No viene para ayudar a progresar a todo el país, sino para conseguir más dinero para él y sus amigos», resume José Enrique Lago, de 38 años, cuyos padres son originarios de Muros (A Coruña) y Quiroga (Lugo). Lago es maestro y lamenta que ninguno de los dos candidatos hayan prestado especial atención a la educación. «La campaña me pareció un circo porque los candidatos no estaban explicando su proyecto, no decían qué es lo qué en realidad quieren hacer con el país, en qué dirección llevarlo. No dijeron cómo van a ayudar. Se limitaron prácticamente a sacarse los trapos sucios», se queja.

José Enrique votó ayer. Como lo hizo el coruñés Victorio Blanco, de 67 años. «Ninguno de los dos candidatos me gusta, pero voy a votar a Hillary Clinton porque considero que es el mal menor, aunque yo trabajo en ventas y no creo que me afecte mucho que gane uno u otro».

Victorino Blanco cree que la experiencia de Clinton «es evidente», mientras que en el caso de Trump «solo veo a un negociante y no sabe nada de lo que es la política, por lo que los americanos deberían de tenerlo en cuenta a la hora de elegir su papeleta y pensar en los próximos cuatro años de gobierno».

Antonio Lampón, oriundo de la localidad coruñesa de Palmeira tampoco faltó ayer a su cita con las urnas. «Votei sempre que houbo eleccións nos últimos cuarenta años», explica antes de cuestionar su política antiinmigrantes. «Cada vez que o vexo, póñome mal e agardo que non gañe», añade Antonio en la conversación con sus paisanos. Para él, la clave radica en «cómo é posible que o Partido Republicano deixara a este home (por Trump) ser candidato. A miña meta é que el non saia elixido presidente, aínda que penso que Hillary tampouco é unha solución suficiente. Penso que Estados Unidos necesita savia nova que non se ve por ningures».

Poca influencia

Gervasio Pérez, un ourensano originario de San Xoán do Río y de 66 años, reside en Estados Unidos desde hace casi cuatro décadas. «Non vexo a Donald Trump como unha persona que poida ser presidente. A min non me gusta e espero que non sexa o elixido para dirixir o país os vindeiros catro anos. A Hillary Clinton vexoa mellor. Ten experiencia na política e creo que está máis preparada. Entendo que sexa cal sexa o resultado non me vai afectar, pero neste caso teño moita máis confianza na candidata demócrata que no que poida facer pola xente do pobo o aspirante republicano, como xa se demostrou ao longo da campaña electoral», resume su posicionamiento Gervasio Pérez.

«As razóns para votar a Trump son similares ás da esquerda en España»

José Manuel García Guillín, nacido en Santa Comba y exconcejal en Carballo, reside en Nueva York, donde ejerce como consultor económico en un banco de Manhattan. Vive las elecciones con interés, «porque están sendo disputadísimas e moi abertas, algo atípico neste país», informa Manuel Rey. Guillín no ve muy factible una victoria de Donald Trump, «porque os argumentos para apoialo a el son as mesmas que se poden dar en España desde a esquerda: é un partido contra o sistema, contra a casta. Está impulsado pola perda de credibilidade da clase política tradicional, a corrupción e a perda de postos de traballo da clase media debido a crisis industrial, á deslocalización de empresas e ao incremento da precariedade laboral», resume este gallego.