Merkel abre el debate sobre si hay que colaborar con el régimen sirio

patricia baelo BERLÍN / E. LA VOZ

INTERNACIONAL

LEONHARD FOEGER | Reuters

Las cifras de desplazados y la estrategia de Moscú presionan a la canciller

27 sep 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Siria está hoy en boca de todos. Pero la preocupación por el país árabe, azotado desde hace casi cinco años por la guerra civil y casi dos por el terrorismo de Estado Islámico, es un fenómeno reciente. Al igual que ocurriera con el ébola, solo protagoniza la agenda europea desde el momento en que ha traspasado (literalmente) las fronteras. Huyendo de la guerra los refugiados la han traído a Europa.

«Miles de personas se ven forzadas a huir del terror y la violencia, más que en cualquier otro momento desde la Segunda Guerra Mundial». Así se dirigía la canciller alemana al auditorio de Naciones Unidas. Angela Merkel aseguró que ante la crisis migratoria sin precedentes, hay que «ocuparse de las causas profundas». Quizás por ello, el día anterior, abría la caja de Pandora al plantear la posibilidad de cooperar con Bachar Al Asad. Aunque Occidente (sobre todo Estados Unidos y Francia), siempre ha rechazado la idea de un diálogo directo con el dictador sirio, lo cierto es que cada vez hay más países convencidos de que la actual política de bombardeos de la coalición internacional no basta para frenar al Estado Islámico.

Sin embargo, hasta ahora nadie se ha atrevido a cambiar el guion. La excepción es Rusia por razones obvias. El Kremlin, que ha sido último refugio del régimen sirio, ha dejado claro que la solución a la contienda civil pasa por apoyar al «legítimo presidente» sirio. Ha desplegado efectivos militares y armamento pesado en el país árabe. Aún más, ha sellado junto con Irak, Irán y por supuesto Siria una alianza militar contra el Estado Islámico para crear un centro que tiene como misión coordinar futuras operaciones sobre el terreno.

Toda una declaración de intenciones en la lucha contra el terrorismo internacional que, unida al incesante flujo de refugiados, imprime cada vez más presión a los líderes europeos, que se ven obligados a reaccionar. El acercamiento es inminente. De hecho, Teherán tendió ayer la mano a la Unión Europea al forjar una nueva cooperación para poner fin a la guerra en Siria, tras cerrar en julio pasado un acuerdo histórico con Estados Unidos sobre su programa nuclear. Barack Obama deberá tenerlo en cuenta en su encuentro con Putin el próximo lunes en Nueva York.