Francia ya vota pendiente del voto ultra

esperanza suárez PARÍS / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

PHILIPPE WOJAZER

Hollande llega reforzado por la izquierda y el centro, mientras Sarkozy no logró el apoyo de Le Pen

06 may 2012 . Actualizado a las 20:03 h.

Los colegios electorales abrieron sus puertas a las 08.00 horas en Francia, en la segunda y definitiva vuelta de los comicios presidenciales, en los que concurren Nicolas Sarkozy y François Hollande, pendientes de cómo inclinará la balanza el voto ultra. Las urnas permanecerán abiertas hasta las 20.00 horas en las mayores ciudades del país, entre ellas París, para recibir los votos de cerca de 45,5 millones de electores, que decidirán quién será el jefe del Estado durante los próximos cinco años. 1,7 millones de franceses de los territorios de ultramar comenzaron a votar el sábado desde las 10.00 horas GMT en una elección considerada «histórica».

El candidato socialista, Hollande, ya ha depositado su voto en un colegio electoral de Tulle, de la que fue alcalde, acompañado de su pareja, Valérie Trierweiler, y rodeado de numerosos periodistas y cámaras. Sarkozy, por su parte, votó en un colegio electoral de París hacia la 11.50 horas en el Liceo Jean de la Fontaine, adonde llegó junto con su esposa, Carla Bruni. Sarkozy permanecerá el resto de la jornada en el Palacio del Elíseo, según precisaron los representantes de su campaña. Ni Sarkozy ni Hollande hicieron declaraciones a la prensa y ambos se dedicaron a saludar a otros electores que estaban en ese momento en sus respectivos colegios electorales.

Los comicios discurren con una afluencia a las urnas relativamente alta. Según el Ministerio del Interior en París, hasta el mediodía depositaron su voto un 30,66 % de los electores. En la primera ronda de las elecciones presidenciales francesas celebrada el pasado 22 de abril había votado a la misma hora un 28,2 %. Al final de la jornada, la participación había sido de cerca del 80 %.

La clave de las presidenciales de hoy en Francia la tienen 9,4 de los 45 millones de electores, los que el pasado 22 de abril dieron su confianza a la extrema derecha y al centro con un claro rechazo hacia los dos hombres que disputan el duelo final. Sarkozy y Hollande son enemigos íntimos desde hace 25 años y representan modelos opuestos en ideas y en personalidad. Los sondeos dan como favorito al candidato socialista desde el inicio de una campaña que oficialmente ha durado cuatro semanas, pero que se ha hecho eterna. La lanzó hace más de un año la organización de las primarias del PS, y la relanzó Nicolás Sarkozy en febrero con su anuncio oficial de candidatura.

Las últimas encuestas confirman una victoria de Hollande, pero también revelan que Sarkozy ha acortado distancias. La apuesta del presidente candidato por asumir el discurso del Frente Nacional está dando sus frutos, pero también ha convertido a Marine Le Pen en una invitada peligrosa a la cita con las urnas. Hacia Sarkozy y su discurso populista de la segunda vuelta se van el 60 % de los votantes de la ultraderecha, convencidos de que defiende sus principios nacionalistas y xenófobos.

Para otros, la operación seducción de Sarkozy ha ido demasiado lejos. No está claro que los tres millones de votantes de François Bayrou vayan a seguir su ejemplo, pero de 200 cargos centristas solo dos apoyan al presidente. Por primera vez en los últimos 20 años, Bayrou cree que la papeleta en blanco es peligrosa. Votará a Hollande ante la «insoportable» derechización del presidente saliente.

A fuerza de buscar el voto ultra, Sarkozy puede perder otros que creía garantizados. La derecha humanista se pregunta si el fin justifica los medios. Dirigentes como François Fillon o Jean-Pierre Raffarin han seguido disciplinados la línea impuesta por su jefe, pero han dejado constancia de su malestar a través de sus respectivos círculos políticos. Otros se frotan las manos pensando en la sucesión.

François Hollande llega a la segunda vuelta reforzado por el conjunto de la izquierda y con Europa muy pendiente de que la elección de un socialista en Francia influya en la gestión para la salida de la crisis.

A las 20.00 horas de hoy se conocerán los resultados de los primeros sondeos a pie de urna, que en la primera vuelta demostraron un margen de error de más de tres puntos. El escrutinio puede ser muy largo si finalmente la diferencia es de tan solo un puñado de votos.

Guiño a Alemania

Los socialistas franceses lanzaron ayer un amistoso mensaje de colaboración constructiva al Gobierno de Angela Merkel.

«No aspiramos a provocar una crisis. En caso de un relevo en el poder, la relación de amistad franco-alemana seguirá siendo un elemento estructural de nuestra política», aseguró el director de campaña de Hollande, Pierre Moscovici, al diario conservador Frankfurter Allgemeine Zeitung. «Solo una Europa unida puede afirmarse ante el mundo en un futuro. Y Alemania y Francia deben lograr siempre convertirse en la base de esa unidad», valoró Volker Kauder, jefe parlamentario de la CDU de Angela Merkel. Si Hollande gana, «ese acuerdo puede volverse más difícil», admitió Kauder.