La bronca de Obama en Arizona

VICTORIA tORO NUEVA YORK / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

Discutió con la gobernadora que criminalizó a los simpapeles

27 ene 2012 . Actualizado a las 07:05 h.

Lejos de los micrófonos pero ante las cámaras, dos políticos estadounidenses tuvieron una buena bronca el pasado miércoles. Eran nada menos que el presidente Barack Obama y la gobernadora de Arizona, Jan Brewer, que se encontraban en el aeropuerto de Phoenix, donde el primero llegaba en su gira electoral y al que la segunda había ido a recibirlo como primera autoridad del estado.

Las imágenes muestran como ambos hablan a la vez y como la gobernadora señala con el dedo al presidente. Sobre lo que se dijeron ambos, Brewer se encargó de divulgarlo a los medios. Según explicó, ella llegó con una carta de bienvenida para Obama cuando este se quejó de cómo describe la gobernadora en un libro una reunión que ambos tuvieron en el Despacho Oval en junio del 2010.

Brewer es la impulsora de la ley que criminaliza la inmigración en Arizona, una ley que el Gobierno ha recurrido ante los tribunales. Y en un libro que ha escrito para defenderla, la gobernadora cuenta que en cuando se reunió con el dirigente demócrata hace dos años para hablar de inmigración, este la trató con «condescendencia».

El libro tiene como hilo conductor el asesinato de un ranchero en la frontera con México. Lleva por título Escorpiones para desayunar. El subtítulo no tiene desperdicio: Mi lucha contra los intereses especiales, los medios de comunicación liberales y los políticos cínicos para sellar la frontera de EE.UU.

El intercambio de palabras en el aeropuerto ha sido descrito por la gobernadora como «terrible» y «un poco tenso, por decirlo suavemente». Y además la discusión acabó peor que empezó, porque Obama, según Brewer, «se fue». «Estaba en mitad de una frase y él se fue», explicó.

Por su parte, la Casa Blanca ha explicado la discusión en otros términos. Según la oficina del presidente, la gobernadora habría recibido a Obama con una invitación para que vuelva a visitar Arizona y ambos se reúnan. Entonces, y según el comunicado, el presidente le habría dicho que estaría encantado de reunirse con ella, pero le hizo notar que en su reunión en el Despacho Oval, él creía que había sido cordial, pero ella la describió en su libro en otros términos.

El presidente siguió ayer con su gira por cinco estados clave en el mapa electoral, mientras su secretario del Tesoro, Timothy Geithner, anunciaba que aunque Obama sea reelegido él no seguirá en el Gobierno. «No me pedirá que me quede, estoy seguro. Sé que va a ser reelegido, pero también estoy bastante seguro de que tendrá otro secretario del Tesoro», afirmó Geithner en una entrevista.

Tras sus palabras han aparecido los primeros nombres de aquellos que podrían sucederle. Los que más suenan son Erskine Bowles, que fue jefe de Gabinete de Bill Clinton y que ha trabajado con Obama en el proyecto para reducir la deuda pública, y el senador demócrata Kent Conrad, que es presidente de la Comisión del Presupuesto del Senado.

Geithner afirma que si Obama es reelegido no le pedirá que siga al frente del Tesoro