Argel ofrece su amistad a Rabat pero defiende el plan Baker para el Sáhara

La Voz AGENCIAS | ARGEL

INTERNACIONAL

17 jul 2003 . Actualizado a las 07:00 h.

El presidente argelino, Abdelaziz Buteflika, pidió ayer a las Naciones Unidas que aplique el plan Baker para el Sáhara Occidental, al tiempo que pidió implícitamente a Marruecos que acepte una solución equilibrada a un conflicto que perjudica la marcha de la Unión del Magreb Árabe (UMA). El mandatario argelino afirmó ante el presidente de Pakistán, Pervez Musharraf, que el plan diseñado por el ex secretario de Estado norteamericano, James Baker, es una «ocasión histórica» para concluir el conflicto en el antiguo territorio español. Añadió que es inconcebible que Marruecos se oponga a que el pueblo saharaui se pronuncie libremente sobre su futuro, teniendo en cuenta que la celebración de un referéndum sobre autodeterminación fue admitida por Rabat en los acuerdos firmados con el movimiento independentista saharaui Frente Polisario en Houston (EE.UU.), en 1997. El rey Mohamed VI consideró recientemente el referéndum como una idea inoperante, mientras el jefe de la diplomacia alauí, Mohamed Benaissa, reafirmó que no aceptarán la pérdida de sus «provincias saharianas» ni una solución impuesta por la ONU. Ayer añadió que el plan podría llevar a un «conflicto entre tribus y etnias». El Frente Polisario, respaldado por Argelia, ha aceptado el plan Baker después de algunas reticencias. Oferta de amistad Musharraf viajó ayer a Rabat con un mensaje de Buteflika al rey Mohamed VI, en el que el presidente argelino dice estar dispuesto a «refundar nuestras relaciones» y relanzar la UMA, formada por Argelia, Libia, Marruecos, Mauritania y Túnez. Buteflika propone reabrir las fronteras con Marruecos, cerradas desde 1994, y sugiere que las relaciones bilaterales dejen de estar condicionadas «por un asunto (Sáhara) que incumbe a la ONU». Argelia reconoce que el mayor escollo para aplicar el plan Baker radica en la oposición de Marruecos y el apoyo que le da el presidente francés, Jacques Chirac, empeñado en evitar que peligre la monarquía alauí. Asimismo, lamenta que Rabat no haya correspondido con flexibilidad a las concesiones hechas por el Polisario y que mantenga de forma intransigente su oposición a todo lo que no sea la anexión del territorio.