Yasí continua el camino del Celta por esta Liga en la que o cambian mucho las cosas o vamos a tener que congratularnos de ir sumando de punto en punto, para conseguir a final de temporada dejar como mínimo tres equipos por debajo y así salvar de nuevo la categoría. Y es que o mucho cambian las cosas en el mercado invernal o se consigue enganchar la ola de una dinámica positiva o estos puntos sumados fuera de casa ante posibles rivales directos habrá que celebrarlos como positivos.
Pocas variaciones con respecto al juego y al sistema ha habido frente al Levante de lo ya visto. Tal vez lo mejor ha sido comprobar que el equipo compite y da la cara pese a las dificultades y todo esto además lo hace con la presencia activa de la cantera. Y eso que puede parecer poco, hoy por hoy no lo es.
El juego directo y las alternativas. El Celta sufrió mientras el Levante tuvo fuerzas para hacer una fuerte presión que dejó sin alternativas a los celestes para elaborar juego combinativo y tener el balón. Partiendo de la base que no es sencillo hacer frente a un rival que te impide salir con el balón combinando se volvió a echar en falta una alternativa a estas situaciones que no sea acudir al juego directo, sobre el que no tienen capacidad para ganar la primera acción, excepción hecha de Santi Mina, ni tampoco facilidad para dominar la segunda jugada, como comprobamos otra vez en el Estadio de la Cerámica. Ataques cortos, equipo partido, imprecisiones y vuelta a defender. Y así transcurrieron 45 minutos.
Hoy por hoy la mayoría de los equipos, sobre todo los que transitan por la zona media y baja, basan su propuesta en un posicionamiento en bloque alto y presión alta. Si tienes dificultades para dominar el juego directo parece necesario un plan B.
¿Control o descontrol? Los goles fueron preludio del cansancio del rival y cuando el partido se convirtió en una sucesión de transiciones ataque-defensa los vigueses dieron muestra de sentirse más cómodos y empezaron a llegar a la portería contraria. Una situación que quizás no transmite control del juego pero que recordó aquellos tiempos en los que el Celta lograba sacarle rendimiento a este tipo de partidos. Los cambios del rival y la movilidad de Bardhi entre líneas partiendo de la izquierda complicaron el final de partido.
El don de la oportunidad. Segundo partido de Sergio Carreira como titular y por segunda vez el canterano ha llegado a posiciones claras de remate jugando de carrilero. Si ante el Atlético el remate lo envió al palo esta vez acertó con la portería en un momento crucial para el devenir de los celestes en el partido. Hasta ahora en ataque ha demostrado, primero llegada y luego instinto en su aparición en diagonal al segundo palo para toparse en ventaja sobre su rival. En defensa cumplió aunque no lo tuvo fácil debido a que el Levante volcó prácticamente su ataque sobre su lado, primero con Toño y Campaña y posteriormente con la incursión de Barhdi.
¿La solución? Es la pregunta que muchos nos hacemos entre la retórica y la resignación. Lo más fácil parece ser tirar por la calle del medio y tomar la decisión menos traumática y a la que se ha acudido en los últimos años. Otro entrenador. Habrá argumentos en favor y habrá argumentos en contra, pero creo que hay uno a favor de Óscar que en mi opinión no es desdeñable. El equipo con sus defectos y virtudes a día de hoy compite y ha competido.
