El Celta pone en orden su juego

Julio Álvarez- Buylla VIGO

GRADA DE RÍO

Xoán Carlos Gil

Un partido con dos formas distintas de competir

23 jun 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

No se recordaba tarde semejante. Personalmente he tenido que remontarme 39 años para recordar aquel 6-0 al Getafe en Balaídos, precisamente en mi primer partido como espectador en la grada de general. Hoy la pregunta es qué ha cambiado en un equipo que hace menos de una semana nos hacía dudar y que nos sumía en el pesimismo. Básicamente, es fútbol.

Cierto es que todo tiene un porqué, que todo es explicable, pero el límite entre el poder de la razón y el poder del juego a veces es tan fino que ambos se entrelazan. El marcador al final de los 90 minutos de juego es el resultado de un conjunto de circunstancias que van ocurriendo y que se van modificando principalmente en función del acierto o desacierto de los contrincantes.

El domingo, vigueses y vitorianos dieron la sensación de salir a competir de dos formas distintas y en 26 minutos sucedió casi todo lo que tenía que suceder para dejar sentenciado el partido. Pero sería injusto no profundizar en el cómo se llegó a esta situación.

El Celta de inicio salió con esa activación necesaria que te hace llegar antes que el rival, la acompañó con velocidad en la circulación del balón y de la movilidad suficiente para aprovechar la distancias entre líneas que dejó un rival que ni siquiera fue capaz de mostrar su punto fuerte en el juego directo. A diferencia del partido de Valladolid, el Celta sí supo explotar su superioridad en el centro del campo. Okay, por detrás, aprovechó la separación de Joselu y Lucas con sus compañeros de medio campo, que se vieron desbordados y a los que no llegaron las ayudas desde banda, más pendientes del socorro de los laterales superados por Denis y Aspas que de cerrar por dentro.

El de Moaña volvía a la banda después de dos partidos sin protagonismo en el juego de ataque y volvió a demostrar que, con espacios para correr, corre el balón y el ataque se convierte en fluido. En el otro lado, Denis recuperaba sensaciones y volvía a dejar las pinceladas de jugador importante que había dejado en los primeros partidos de temporada. La precisión de Murillo, el acierto Aspas en dos jugadas a balón parado y la entrada a destiempo de Martín dejó el partido en el punto exacto para convertirlo en un ejercicio de crecimiento futbolístico y de la autoconfianza del equipo.

La victoria es muy importante, abre brecha de 4 puntos con el descenso y mete a otro equipo más por debajo, pero mal haríamos en equivocarnos. Queda todavía un largo camino por recorrer y ocho partidos por disputar. Hemos pasado del ostracismo y el pesimismo a la euforia y el optimismo en solo una semana. Lo del domingo fue una gran victoria, pero el equipo sigue en la lucha por salvar el descenso. Por favor, mucha cautela.