Olaza: «Espero poder seguir en el Celta»

La Voz VIGO

GRADA DE RÍO

Oscar Vázquez

El defensa uruguayo hace balance de su año en Vigo y no oculta que le gustaría continuar

21 abr 2020 . Actualizado a las 13:54 h.

El céltico Lucas Olaza ha hablado en una entrevista a los medios del club de cómo está pasando la cuarentena, además de hacer balance del año que lleva en Vigo en esta segunda etapa en el Celta y hablar de su futuro. Porque aunque cree que no es el momento de abordar el tema, el lateral uruguayo proclama que le gustaría seguir más allá de su actual cesión, que termina esta temporada.

Olaza asegura que se siente «muy bien» en el Celta. «Hablar de eso (su continuidad) en estas situaciones es complicado, pero a mí me gustaría seguir por la manera en que me tratan y lo cómodo que me siento jugando», indica. A eso añade «el apoyo de la gente siempre», que aprovecha para agradecer. «Estoy muy bien y esperemos poder seguir, pero hablar ahora de eso es complicado», añade.

Confiesa el defensa que se quedó «asombrado» cuando supo en el mercado de invierno del 2019 que el Celta se había interesado por él. «No creía que pudiera volver (tras su paso por el filial tres temporadas antes). Pero no lo pensamos mucho, era una linda oportunidad para jugar en el fútbol europeo», valora. También pesó el hecho de que «conocía el club, a los compañeros, la gente que trabaja…». «Me habían tratado muy bien y es lo más importante de todo, las amistades que dejas en el fútbol. Estoy muy agradecido a todos por el trato entonces y ahora».

En ese sentido, recordó que vuelve a coincidir con Kevin, Iván Villar y Pape, que habían sido compañeros suyos en el filial. «Nos conocemos hace tiempo y es lindo poder reencontrarnos. Pasamos buenos momentos en el Celta B», comenta. En aquel momento se llevó de Vigo «amistades y buenos recuerdos», pero no creía que pudiera regresar para jugar en Primera. «Así son las vueltas de la vida, para mí fue algo lindo y estoy disfrutando mucho. Me puse contento con la oportunidad e volver».

Al retrotraerse hasta enero del 2019, cree que pesó el hecho de que estuviera en pretemporada con Boca en ese momento para que le resultara difícil hacerse un hueco en el equipo. «Me costó a lo primero. La velocidad del juego es diferente, pero creo que en el ritmo y la agresividad es lo mismo. Hay mucha más calidad, creo que era la principal diferencia», ahonda. Ante la falta de protagonismo, optó por «entrenar al máximo, esperar la oportunidad e intentar aprovecharla».

Esa oportunidad le llegó el 30 de marzo frente al Villarreal en el inicio de A Nosa Reconquista. «Ese partido lo recordamos todos los celtistas. Fue muy loco. Estábamos muy comprometidos en la tabla y empezamos perdiendo 0-2», rememora. Celebra que pudieron darle la vuelta y «para todo el equipo fue muy especial, el comienzo de la remontada para la salvación, la Reconquista». «La gente nos ayudó, cada recibimiento era especial, después de ese partido, la gente se vio con otro ánimo», explica. Considera que «sentir ese apoyo y sentirse así en un club es algo muy lindo».

En cuanto a esta temporada, ya como titular indiscutible, comenta que trata de «dar lo mejor» y agradece que sus compañeros le dieron «mucha confianza para poder aportar lo máximo». Trata de aprovechar sus cualidades y entre ellas considera que está el balón parado. «Uno trata de entrenarlo, lo tengo desde chiquititio», dice satisfecho por el hecho de que haya servido para ayudar al equipo.

Rutinas para sobrellevar la cuarentena

En cuanto al confinamiento, Olaza reconoce que no salir de casa «se hace duro» y que vivir en un piso le limita, algo que combate como puede. «Tratas de hacer otras cosas con la familia y tener rutinas para hacerlo más llevadero», indica. Intenta buscar «lo que tienes a mano» para seguir ejercitándose y trabajar a diario partiendo de que «no hay excusas y hay que hacerse fuerte de cabeza para no decaer».

Extraña entrenar con los compañeros y el día a día con ellos. «Uno se da cuenta de que lo que hacemos es muy lindo, entrenar con los compañeros, relacionarse con ellos, las bromas, reírse cada día es lo que más echo de menos», dice.