«É un milagre o que está facendo»

La Voz VIGO

GRADA DE RÍO

Emilio Naranjo

Garitano revivió al Athletic, rival del Celta, devolviéndolo a sus raíces a base de trabajo, sacrificio y entrega, las mismas que exhibió en su etapa en el Ourense

10 may 2019 . Actualizado a las 22:33 h.

Cuando el Athletic llegó a Vigo el pasado 7 de enero lo hizo en puestos de descenso, con 16 puntos, a cinco de un Celta que por aquel entonces aún quería mirar para arriba. Los leones ganaron en Balaídos, salieron aquella jornada del descenso y una vuelta más tarde reciben al equipo vigués luchando por Europa después de sumar 34 puntos en estos 19 partidos y ser el cuarto mejor equipo desde entonces (en esa misma secuencia el Celta sumó 19 puntos y también sería décimo cuarto). Y el principal artífice de semejante cambio es Gaizka Garitano, un hombre predestinado a los banquillos, al bilbaíno en particular, desde sus tiempos de futbolista.

Lo dicen quienes compartieron vestuario con el entonces mediocentro en el desaparecido CD Ourense. «Es un caso paradigmático de cuanto tienes un jugador que prevés que un día será entrenador. Tenía una serie de cualidades que te invitaban a pensar que orientaría su vida profesional al banquillo», comenta Jesús Mari Gómez Fuertes, uno de los técnicos que tuvo en su periplo rojillo. Un Fuertes que tenía claro que algún día llegaría al banquillo de San Mamés desde que entró en el Bilbao Athletic: «Cuando fichó por el filial di por supuesto que en algún momento entrenaría al primer equipo porque es un desarrollo natural de estar en ese club. Cogió al equipo en una situación muy complicada, pero a mí me parecía la mejor situación para Garitano, por cómo entiende el juego y cómo sabe, además, que tiene que funcionar un equipo del Athletic, que tiene sus características, sus limitaciones y sus expresiones que van más allá del propio juego».

Gaizka, aquel mediocentro que ejercía de líder en el centro del campo, le imprimió su carácter para cambiar el rumbo del conjunto rojiblanco: «O carácter que tiña no campo como futbolista é o que ten agora como adestrador. Alégrome moito de como lle van as cousas porque é unha persoa súper valida, que ve moi ben o fútbol, que coñece moi ben a capacidade de cada xogador, que sabe o que ten entre mans», comenta Adolfo Domínguez, entonces, entre 1999 y el 2001, capitán del CD Ourense. Adolfo mantiene mucho contacto desde entonces con el hoy entrenador bilbaíno, aunque Garitano «vive por e para o Athletic. Esta alí (en Lezama) practicamente todo o día metido cos seus axudantes para preparar os partidos o máximo posible».

«A ambición que ten é brutal. Encántalle adestrar, transmite ilusión e ambición, non lle chegan as horas do día para traballar», añade Ramón Dacosta, otro de los jugadores de aquel equipo rojillo del cambio de siglo.

Todos ellos consideran que su excompañero ha hecho un milagro con el Athletic. «Agora están nunha situación que fai catro meses sería impensable e despois tamén me parece que non se valora tanto como se tivese outro nome, non se valora o que está facendo pero é un auténtico milagre baseándonos no equipo que ten e nas súas peculiaridades», comenta Adolfo en sintonía con las apreciaciones de su compañero Dacosta: «Colleu a un equipo que estaba morto e mira que ben lle vai».

Disciplina y compromiso

Y todo, porque le ha sabido dar al histórico conjunto bilbaíno lo que necesitaba. Lo primero, su propia disciplina y compromiso. «Si se conoce a Gaizka como jugador ya tienes mucho camino andado para entenderlo como entrenador. Veo que esa disciplina con la que se aplicaba al juego y esa alta dosis de responsabilidad la imprime como sello de identidad a sus equipos», comenta Fuertes, que también añade que «el no era un jugador preciosista, sino un jugador que tenía otras capacidades. Creo que él sabe las limitaciones de los equipos a los que entrena y sabe lo que puede sacar como rendimiento y no ponerle problemas al jugadores». El entrenador también destaca su madera de líder. «Ejercía el liderazgo con hechos, no solo con la voz».

Adolfo comparte esa idea de unir al Gaizka jugador en Ourense al Garitano entrenador. «O xeito de xogar del sempre foi de mandar dentro dun campo de fútbol e sobre todo de ordenar ao equipo, dun líder, como podía ser Xavi ou Guardiola, un xogador de carisma. Paréceme un traballador nato, unha persoa súper competitiva e no aspecto do Athletic quizais alí aprecian máis o tema de ser da casa». Ramón Dacosta, que lo ve como el técnico ideal para el Athletic, destaca que su juego va perfecto a la religión de San Mamés. «Transmite ganas de competir, de loitar polos balóns divididos».

Un juego con el que se encontrará el Celta, necesitado de un triunfo para certificar la salvación el domingo. Como aviso, ninguno de los visitantes de la Catedral han ganado (incluidos Barcelona y Atlético) desde su llegada: siete triunfos y cuatro empates. El efecto Gaizka.