El PP se atasca con los referentes para recuperar poder urbano

Domingos Sampedro
domingos sampedro SANTIAGO / LAVOZ

GALICIA

De la foto de los candidatos del PP a las ciudades se caerán al menos cuatro nombres: Elena Muñoz, Jesús Vázquez, Agustín Hernández y Beatriz Mato.
De la foto de los candidatos del PP a las ciudades se caerán al menos cuatro nombres: Elena Muñoz, Jesús Vázquez, Agustín Hernández y Beatriz Mato.

Arrastra a la Xunta a la batalla por Ferrol, pero no halla el norte en las demás urbes

30 ene 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Alberto Núñez Feijoo desplegó esta semana todo el arsenal de que dispone como presidente de la Xunta para dejar claro que está dispuesto a hacer lo indecible en su empeño por recuperar el mando político en Ferrol, ciudad en la que el PP se mantuvo como la fuerza más votada en la última década, aunque solo retuvo la alcaldía cuatro años. El Gobierno gallego en pleno se desplazó el jueves a la ciudad naval para lisonjearla con una serie de compromisos y equiparar su papel institucional al de las restantes urbes gallegas, a base de convertirla en cabecera de la delegación territorial de la Xunta para Ferrolterra.

Para cuando el PPdeG decida despejar la incógnita de su aspirante a la alcaldía, papel en que muchos sitúan de nuevo al exalcalde José Manuel Rey, ya dispondrá de un programa político bien trazado desde el Consello de la Xunta para plantearle batalla al socialista Ángel Mato en las municipales del próximo año.

La empecinada apuesta del PP por Ferrol contrasta con los problemas que está teniendo en otras ciudades para dar con la brújula que le muestre el camino hacia la alcaldía. Inicialmente, Feijoo animó a los suyos a cerrar esta tarea antes de que finalizara el pasado diciembre, pero solo consiguieron poner una pica en Vigo, con la elección de Marta Fernández-Tapias como presidenta local y próxima candidata a lanzarse en embestida contra el muro de Abel Caballero.

En todo caso, el proceso de la ciudad olívica, que era el banco de pruebas del PPdeG para los congresos de las urbes restantes, tuvo un resultado ruinoso. Y no por la elección final, sino porque incitó las tensiones entre las diferentes familias y agrietó las costuras de una organización que, con Feijoo a la cabeza, nunca perdió ocasión de sacar pecho por su inquebrantable unidad interna.

Igual de complicado se presenta el proceso en la segunda ciudad más poblada de Galicia, A Coruña, donde a los populares les gustaría encontrar una especie de mirlo blanco que impidiera que la socialista Inés Rey se consolidara en María Pita.

En busca de candidatos

Pero no abundan los mirlos blancos, y lo único parecido de que dispone el partido lleva por nombre Martín Fernández Prado, presidente de la Autoridad Portuaria, que de tanto apartar el cáliz de su boca acabará dando la impresión de que va arrastrado a las municipales, en caso de ser el elegido. Claro que en el PP no falta quien haga esta interpretación en sentido inverso y le ven mucho potencial a que, tras las correspondientes dudas, consigan al candidato deseado.

En Santiago se produce una situación muy parecida a la de A Coruña, pues sendas agrupaciones están dirigidas por gestoras tras la renuncia de los anteriores candidatos, Beatriz Mato y Agustín Hernández. Tanto la cúpula del PP como parte de los afiliados están jugando la baza de Borja Verea, si bien en torno al médico Fernando Mayo hay otra candidatura en ciernes con el fin de plantar batalla interna en cuanto se fije una fecha.

En Ourense, donde el último candidato del PP fue el exalcalde Jesús Vázquez, también habrá cambio de cartel. Sin embargo, la situación a nivel local está tan enmarañada —con los populares entrado, saliendo y volviendo a entrar en el ejecutivo local de Jácome—, que no sería raro que se consolidara la concejala Flora Moure si se estabiliza la actividad en el Concello.

Ramón Carballo, en Lugo, y Rafa Domínguez, en Pontevedra, tienen todos los billetes vigentes para repetir como candidatos, pues ambos mejoraron los resultados del PP en el 2019. Aunque está por ver si esta inversión segura en los ya conocidos da sus frutos y le permite al PP reconquistar algún resquicio del poder urbano, pues nunca antes, teniendo una mayoría tan cómoda en la Xunta, había estado tan alejado del mando en las ciudades.