De Roma a Meirás: la integridad de un monumento y el concepto de «spolia»

francisco prado-vilar

GALICIA

A la izquierda, el profeta Ezequiel del maestro Mateo, que se encuentra en Meirás; a la derecha, foto del Arco de Constantino con un cautivo dacio, procedente del Foro de Trajano, y un relieve con el emperador ofreciendo clemencia a los bárbaros procedente de un monumento de Marco Aurelio
A la izquierda, el profeta Ezequiel del maestro Mateo, que se encuentra en Meirás; a la derecha, foto del Arco de Constantino con un cautivo dacio, procedente del Foro de Trajano, y un relieve con el emperador ofreciendo clemencia a los bárbaros procedente de un monumento de Marco Aurelio cedida

El pazo no son solo sus paredes, sino todo lo que se incorporó a él durante la dictadura por tratarse de la residencia oficial del jefe del Estado

03 may 2021 . Actualizado a las 10:28 h.

La primera resignificación de las Torres de Meirás se produjo en 1938 cuando se acondicionaron para ser la residencia veraniega del nuevo jefe del Estado. El pazo neo-románico construido por Emilia Pardo Bazán a modo de auto-retrato pétreo por medio del cual se proyectaba monumentalmente su dimensión como creadora literaria se transformó en el palacete torreado de un caudillo militar convertido en dirigente perpetuo de un Estado autoritario asentado en los fundamentos del nacional-catolicismo.

Propagandistas del régimen compararon a Franco con el emperador Constantino, quien con su victoria en la batalla del puente Milvio, auspiciada por el signo del Crismón según la leyenda, propició la restauración de la unidad del imperio romano tras un período de guerra civil y sentó las bases para su conversión al Cristianismo. Si el Arco de Triunfo que el Senado y el pueblo de Roma construyeron en conmemoración de la providencial victoria del «primer emperador cristiano» está conformado por spolia, piezas decorativas procedentes de monumentos anteriores, también por medio de spolia se transformó Meirás, con financiación popular, para adaptarlo a su nueva función como sede del poder político.

Los vectores de esa resignificación están descritos explícitamente en el «acta de donación» por la que se le hizo entrega del pazo «al fundador del nuevo imperio, jefe del Estado, Generalísimo de los Ejércitos y Caudillo de España Francisco Franco Bahamonde. Galicia, que le vio nacer, que le ofreció la sangre de sus hijos y el tesoro de sus entrañas, asocia en esta fecha para siempre el nombre de Franco a su solar, en tierras del Señor Sant Yago, como una gloria más que añadir a su historia». Y así, de las entrañas de Galicia salieron los tesoros que, en forma de spolia procedentes de su patrimonio artístico, sirvieron para el engrandecimiento de la residencia de este nuevo Constantino: torres desmontadas del pazo de Dodro, escudos nobiliarios, cruceiros, pilas bautismales, toda clase de adornos para exteriores e interiores, y las joyas más sagradas, dos esculturas creadas por el maestro Mateo para la fachada del templo del «Señor Sant Yago» y que, ahora, pasarían a flanquear una de las entradas del pazo en el que el Jefe del Estado recibía a autoridades, embajadores y reyes.

En su condición de spolia integradas en un nuevo monumento, las efigies mateanas de Ezequiel y Jeremías, los profetas que vivieron durante el período de cautiverio del pueblo judío bajo Nabucodonosor, recordaban en Meirás a las imponentes estatuas de los prisioneros dacios que, procedentes del Foro de Trajano, se incorporaron al Arco de Constantino pasando a formar parte integral de su significado. Igualmente, Meirás no son solo sus paredes sino también todos los spolia que se incorporaron a él durante la dictadura precisamente por tratarse de la residencia oficial del jefe del Estado y que, junto con su cascarón arquitectónico y los contenidos de la época prefranquista, deberían preservarse.

Sería una triste ironía que el mayor expolio del sitio histórico de Meirás pudiese producirse en democracia. Pero eso es algo que tendrá que dirimir la Justicia. Mientras tanto, se presenta una excelente oportunidad para que la familia Martínez-Bordiú-Franco tenga un gesto con el pueblo gallego y, de querer mover los profetas del maestro Mateo, los deposite en un museo compostelano donde podrán ser visitados por la ciudadanía como corresponde a su condición de BIC.

Francisco Prado-Vilar es investigador del Real Colegio Complutense de Harvard. @fpradovlr