El ADIF inicia en los puntos negros la lenta mejora de la red convencional

Pablo González
pablo gonzález REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA

Tren que descarriló en O Barqueiro hace una semana por el desprendimiento en un talud
Tren que descarriló en O Barqueiro hace una semana por el desprendimiento en un talud I. F.

Ábalos culpa al Gobierno del PP de «tres años» de retrasos en el AVE gallego

27 feb 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Hace una semana, el enésimo derrumbe de un talud en la antigua línea de Feve entre Ferrol y Ribadeo provocó el descarrilamiento de un tren con el saldo de tres heridos leves. A la vista de una situación de deterioro evidente que amenaza seriamente a la seguridad en la circulación, el ADIF parece decidido a mejorar la maltratada red ferroviaria convencional, tanto en Galicia como en el resto del país. Así, acaba de sacar a contratación un macrocontrato para la redacción de proyectos que mejoren la infraestructura de la red convencional y, sobre todo, que detecten puentes, túneles, trincheras y taludes de riesgo.

El ministro de Transportes, José Luis Ábalos, se refirió ayer al mal estado de la red convencional en su comparecencia en el Congreso para explicar las líneas generales de las políticas de su departamento. Pero también a la situación de la última fase de obras en el nuevo acceso ferroviario de alta velocidad a Galicia. A preguntas de Celso Delgado (PP) y Néstor Rego (BNG), se internó en asuntos de la agenda gallega, algo que no hizo en su intervención genérica inicial, en la que aseguró que «se habían generado «falsas expectativas en relación con la puesta en servicio de las actuaciones de alta velocidad», sin mencionar los plazos comprometidos por el Gobierno del PP para el AVE (final de obras en diciembre del 2019). Unas fechas que el propio ministro asumió cuando llegó a este departamento en el verano del 2018. El portavoz del PSOE en la comisión, César Ramos, ya avanzó por dónde iban a ir los tiros. «Las obras del AVE sufrieron un retraso medio de 40 meses durante el Gobierno del PP. Si fuera gallego y del PP preferiría no hablar de este asunto».

«El proyecto me interesa»

Ábalos respondió a Delgado, al que elogió por su trabajo como presidente de la Comisión de Fomento, que le preguntó por el final efectivo de las obras del AVE y le recordó aquella primera comparecencia en la que asumió los plazos heredados. «De aquella primera comparecencia mía lo único que puede rescatar es mi buena fe. Otra cosa es lo que me he encontrado». «A mí este proyecto me interesa, y no soy gallego», dijo Ábalos, al tiempo que recordaba las decenas de tramos bloqueados durante el mandato de Ana Pastor en Fomento, que generaron retrasos de «hasta tres años». El ministro de Transportes recordó que los tramos pendientes «se van a abrir con ERTMS y no con ASFA», en referencia a la política de inauguraciones del Gobierno de Rajoy, que dejaba el sistema que monitoriza en todo momento la marcha para una etapa posterior a la puesta en servicio. En cualquier caso, reafirmó que las obras «acabarán en primavera».

El ministro se reunirá de nuevo con las víctimas del Alvia, pero ve muchas complicaciones en reabrir la investigación oficial de Angrois porque la CIAF es un organismo independiente.

Volviendo a la red convencional, el proyecto de mejora de los puntos negros de la red se suma a los que está sacando a contratación el ADIF para mejorar el futuro corredor atlántico en Galicia y aplicar las recomendaciones del plan director para la red convencional gallega. Pero el problema es que la mejora de las líneas que no son de alta velocidad irá lenta. Solo para estos proyectos está previsto un plazo de ejecución de 36 meses, prorrogables un año más, pues el objetivo es que las empresas adjudicatarias -se han previsto varios lotes para que no se concentre la actividad en una sola empresa- inspeccionen la red para detectar aquellas estructuras o tramos de vía que es necesario reformar.

No obstante, en los pliegos de la licitación el ADIF aporta a los futuros adjudicatarios una lista de puntos negros -un total de 217 en toda la red española- que deben ser mejorados, independientemente de los que se detecten durante el trabajo de campo para realizar los proyectos. En Galicia habría siete tramos donde se necesitaría actuar de manera ineludible, pero evidentemente hay muchos más. Solo en el plan director se han detectado 448 puentes que precisan reparaciones. El propio ADIF admite que los desperfectos en la red ferroviaria convencional se deben, entre otras razones, «a la limitada inversión en labores de conservación y mantenimiento durante los años de recesión económica».