El campo visual de un conductor que circula a 200 km/h se reduce a solo un 20 por ciento

Carmela López
carmela lópez FERROL / LA VOZ

GALICIA

Así quedó un vehículo siniestrado el sábado en Cabanas tras circular a 218 km/h por la AP-9
Así quedó un vehículo siniestrado el sábado en Cabanas tras circular a 218 km/h por la AP-9

Los radares gallegos han registrado vehículos a casi 300 kilómetros por hora

16 ene 2020 . Actualizado a las 08:16 h.

¿Podía conducir con normalidad el hombre que el pasado sábado se empotró con dos coches y se salió de la vía tras circular a 218 kilómetros por hora por la AP-9 en Cabanas? Difícilmente, ya que desde la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil de Galicia se recuerda que la velocidad excesiva disminuye considerablemente el campo visual, multiplicando el tiempo de reacción y la distancia de frenada.

Según la información recogida al respecto, circulando a 80 kilómetros por hora se produce el denominado «efecto túnel», que consiste en una pérdida de la eficiencia visual sobre los laterales del 35 %, que puede llegar al 75 o incluso al 80 % si se aumenta la velocidad a 200 km/h. Este hecho influye en la capacidad de reacción y, consecuentemente, en el tiempo y la distancia de la frenada, de forma que a esa velocidad el vehículo recorrería cerca de 300 metros antes de detenerse.

Desde Tráfico se destaca, asimismo, la fatiga como un factor que surge en la conducción a velocidades altas, por la capacidad de atención que requiere, así como la posible aparición de agresividad, derivada de la excitación del momento. Si a todo esto se suma la presencia del alcohol, como en el presente caso, el resultado es «un cóctel explosivo» que tiene muchas posibilidades de acabar en siniestro mortal, aunque en el accidente del pasado sábado no hubo lesionados.

La Guardia Civil insiste en que las prisas no son buenas aliadas en la circulación rodada y menos cuando hay alcohol de por medio. El goteo de muertes en la carretera es constante y el tiempo que se ahorra tampoco es significativo. De hecho, desde Tráfico recuerdan que la diferencia entre circular a 100 o a 120 kilómetros por hora a lo largo de un tramo de 20 kilómetros solo es de dos minutos.

Las carreteras gallegas han visto conductores rozando velocidades de 300 kilómetros por hora

Los irresponsables 218 kilómetros por hora alcanzados por el conductor del siniestro de Cabanas palidecen ante los 280 kilómetros por hora registrados en el año 2016 por un radar de tramo situado en la AP-9 a su paso por Fene. Se desconoce quién fue el responsable de tamaña barbaridad, pero el cinemómetro en cuestión captó un vehículo circulando a esa velocidad media poco antes de las ocho de la mañana del 27 de agosto. Superaba en 190 km/h los 90 kilómetros de velocidad máxima permitida, ya que el tramo consiste en un túnel.

En ese mismo año, otro radar de la Autopista del Atlántico captó otro vehículo circulando a 251 kilómetros por hora en una zona donde no se pueden rebasar los 120.

El mismo límite debía haber respetado el motorista de 32 años que hace apenas seis meses fue interceptado por la Guardia Civil de Ourense tras circular a 216 kilómetros por hora por la autovía A-52, dentro del término municipal de Carballeda de Avia. La imprudencia cometida a bordo de una Honda CBR 600 supuso para el conductor enfrentarse a juicio por un delito contra la seguridad vial que puede ser castigado con prisión de tres a seis meses.

El motorista, junto a los agentes de la Guardia Civil de Tráfico y de la GNR portuguesa que lo interceptaron en la A-52 durante un servicio conjunto
El motorista, junto a los agentes de la Guardia Civil de Tráfico y de la GNR portuguesa que lo interceptaron en la A-52 durante un servicio conjunto LUCÍA

Por las mismas fechas del año pasado, la Guardia Civil pidió la colaboración ciudadana para localizar a un conductor que colgó vídeos en las redes sociales circulando a 201 kilómetros por hora en Ponteceso, en concreto en un tramo de la AC-419 limitado a 80. El inconsciente fue identificado poco después como un joven de 24 años residente en A Bugalleira (Ponteceso). Acabó condenado a 8 meses sin carné y al pago de 480 euros de multa (la pena se redujo en un tercio porque aceptó los hechos y llegó a un acuerdo con la Fiscalía). Además le han quedado antecedentes penales.

También gracias a la publicación de un vídeo en redes sociales se identificó y llevó ante la justicia a los protagonistas de una auténtica cafrada el pasado mes de agosto. La grabación mostraba a una joven conduciendo durante dos kilómetros y medio con un hombre semidesnudo sobre el capó, agarrado a la zona de los limpiaparabrisas. Sucedió en Negreira. Los dos protagonistas, ambos de 21 años, se pasearon primero por una pista vecinal y luego por una carretera convencional. Ella fue imputada por un delito de conducción manifiestamente temeraria con peligro para los demás usuarios de la vía. Él se enfrentó a una sanción administrativa por un comportamiento indebido en un vehículo a motor.

Y mientras unos se graban a sí mismos para presumir de supuestas «hazañas» que no son tal, otros quizás hubieran preferido el anonimato que les hurtó el ojo vigilante del Pegasus. Así, la cámara del helicóptero de Tráfico captó en febrero del 2017 a un conductor que circulaba por la A-6 a su paso por la provincia de Lugo mientras simulaba tocar la batería con dos trozos de madera a modo de baquetas. Así, distraído y con las manos fuera del volante, condujo durante más de un minuto y a lo largo de bastantes kilómetros. Por supuesto, no se libró de la correspondiente sanción.