Los habitantes de Oza, en mayor parte, coinciden en que no han notado gran cambio, ni para bien ni para mal. «Estamos máis ou menos igual. Ás veces si que notamos que se fan máis obras, pero nada excepcional. De todas formas, eu penso que é boa idea, Podería probarse noutros sitios, a ver como sae», comenta un cliente de la Cafetería París, junto al edificio del ayuntamiento, en Oza. Miguel Sánchez, taxista, coincide: «Eu o noto todo igual. Dixéronnos que a fusión ía ser unha vantaxe porque se ían aforrar soldos de funcionarios ao pasar de dous concellos a un, pero non sei como foi ao final. A xente non notou ningún cambio, polo que me contan no taxi. Claro que hai xente dacordo e xente en contra, pero o normal».
En Cesuras, el concello más pequeño de los dos, la opinión mayoritaria es que fueron los grandes perjudicados de la operación. Una de las dueñas de una cafetería en Cesuras recuerda aquellos días en un tono mucho menos diplomático que los vecinos de Oza: «Nos dijeron que iban a llegar más subvenciones. Se las habrá quedado alguno, porque aquí no hemos notado nada. En Cesuras lo tenemos claro: no fue una fusión, fue una absorción».