Los otros pazos de Meirás

Tamara Montero
tamara montero SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

Pazo de Santa Cruz de Ribadulla, que permite visitar sus valiosos jardines.
Pazo de Santa Cruz de Ribadulla, que permite visitar sus valiosos jardines. xoan a. soler

La lista de los bienes de interés cultural de Galicia está formada por casi 700 nombres, de los que más de 150 son torres, castillos y pazos. Algunos no se pueden visitar y otros ya no existen

27 ago 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

La propiedad en venta más cara de Galicia es un pazo. Cuesta 5,5 millones de euros. Es un pazo que ya existía en el siglo XIV y que en el 2006 fue declarado Bien de Interés Cultural. Hoy se utiliza para organizar eventos, especialmente bodas. Según la web de Turismo de Galicia, no es visitable. El de Cadaval-Urzáiz, en Nigrán, es uno de los veinte inmuebles referenciados como pazos en una lista de casi 700 nombres con miembros vetustos -como la Torre de Andrade, declarada BIC en 1924- y monumentos de reciente incorporación, como el propio Pazo de Meirás, al que se le otorgó la máxima protección patrimonial en el año 2009. Más de 150 entradas de esa lista corresponden, además de a pazos, a castillos y torres.

Algunos están en manos de la Administración, que los ha aprovechado para actividades socioculturales. Es el caso del Pazo de Martelo, en Rianxo, que hoy funciona como biblioteca municipal. O el Pazo do Bispo, el antiguo palacio episcopal de Ourense que hoy es propiedad estatal y está gestionado por la Xunta como museo arqueológico provincial. La Torre dos Bermúdez, en A Pobra, es el museo dedicado a Valle-Inclán, que tiene otro en el Pazo de O Cuadrante, en Vilanova, acondicionado como casa-museo del creador del esperpento. Por una entrada de tres euros -según la web del museo- se pueden visitar las instalaciones y la casa natal de Julio Camba.

Pazo de Urzáiz, en Nigrán, a la venta por 5,5 millones de euros.
Pazo de Urzáiz, en Nigrán, a la venta por 5,5 millones de euros. XOAN CARLOS GIL

El Pazo de Liñares, en Lalín, ha pasado a llamarse Espazo Liñares. Una edificación del siglo XVII permite dar rienda suelta a la creatividad en el siglo XXI. Y el de Láncara, que extiende por Bergondo sus magníficos jardines, lo utiliza la Diputación de A Coruña para actividades socioculturales. La Torre da Homenaxe de Viana do Bolo es hoy el museo etnográfico, y la de los Andrade es hoy la oficina de Turismo de Pontedeume.

Otros están en manos privadas. Es el caso del Pazo de Vista Alegre, en Vilagarcía. Parte del recinto es hoy un colegio en manos de una congregación religiosa. El pazo en sí mismo es de la familia Sánchez de Diego y entre sus muros ha caminado hasta Sorolla, que pintó desde una de sus terrazas. Sin embargo, la familia descarta abrirlo permanentemente al público. Al menos así lo explicaba uno de los propietarios a finales del año pasado, y también confesaba que se decantaban más por un gran proyecto hotelero que diese servicio a la villa.

Torre de Andrade, que hoy en dia sirve de oficina de Turismo de Pontedeume.
Torre de Andrade, que hoy en dia sirve de oficina de Turismo de Pontedeume. CÉSAR TOIMIL

En eso, en grandes restaurantes, en hoteles y en espacios para la celebración de eventos, terminan muchas de estas casas señoriales. La Torre de Xunqueiras, que emergió en A Pobra como fortaleza medieval en el siglo XIII y que se rehízo como palacio un siglo después, es hoy un hotel y restaurante. Lo mismo que el pazo de Cea, también en Nigrán, que se promociona como el enclave perfecto para la celebración de bodas y esgrime catorce años de experiencia y la cocina de la Casa Solla como sus grandes bazas. El pazo O Rial, en Vilaxoán, es hoy un hotel de cuatro estrellas.

Mientras Meirás se ha estado resistiendo a abrir sus puertas a las visitas según marca la ley, otros pazos se han convertido en auténticos referentes. El de Santa Cruz de Ribadulla se ha hecho famoso gracias a la afición del que fue uno de sus dueños, el general Armada, un amante de las camelias. Los jardines de la propiedad, ubicada en Vedra, se pueden visitar de manera gratuita los lunes por la mañana, mientras que el resto de visitas se cobran a razón de cuatro euros (2,5 en el caso de visitas de grupo en las que se requieren al menos 50 personas). Otro de los pazos que está en esa ruta de la camelia por Galicia es el de Oca, en A Estrada, el Versalles gallego, hoy en manos del ducado de Medinaceli, que abre las puertas de sus jardines todos los días de la semana, aunque cobra seis euros por la entrada. El Pazo de Oca-Valladares, en Ourense, es la sede del Liceo Ourensano, asociación que programa numerosos actos culturales en esta edificación que comenzó a levantarse en la ciudad de las Burgas en 1552 y que es uno de los ejemplos de construcciones civiles gótico-renacentistas más importantes de Galicia.

Pazo de O Cuadrante, en Vilanova de Arousa, hoy en diá casa-museo de Valle-Inclán.
Pazo de O Cuadrante, en Vilanova de Arousa, hoy en diá casa-museo de Valle-Inclán. MARTINA MISER

Los que ya no están

Algunos, aunque han sido declarados BIC, ya no están. Es el caso de la Torre de Teodomiro, en Aranga, o de la Fortaleza de Chapa, en Silleda. Otras edificaciones pueden desaparecer a futuro. Bastante deteriorada está la Torre dos Moreno, en Ribadeo, con varios propietarios, entre ellos el Concello, que a inicios del verano decía estar analizando una salida a la situación de abandono de la emblemática construcción. También la Torre da Penela, en Cabana de Bergantiños, está muy deteriorada. El Concello ha negociado con los propietarios una cesión a cambio de la rehabilitación del inmueble, declarado BIC en 1994.

Saltarse el régimen de visitas de los BIC se considera una falta leve

Si un inmueble declarado Bien de Interés Cultural no abre sus puertas cuatro días al mes, ¿qué ocurre? No mucho. Incumplir el artículo 48 de la Lei do Patrimonio tiene consideración de infracción leve, con lo que se zanja con una multa de entre 300 y 6.000 euros. De todos modos, la normativa también avisa de que la gradación de las infracciones -leves, graves y muy graves- se agrava cuando hay una continuidad o una persistencia en la infracción. ¿Qué es lo más grave que se puede hacer a un bien declarado de interés cultural? Cosas muy graves: la destrucción o daño generalizado e irreparable, la demolición total o parcial del edificio sin autorización o el incumplimiento de la paralización de intervenciones por parte de la Xunta. Se paga con hasta un millón de euros.

La ley establece que se pueden dispensar las visitas, pero no fija los criterios

La Lei do Patrimonio obliga a los propietarios de inmuebles declarados Bien de Interés Cultural a abrirlos al público, de manera gratuita, al menos cuatro días al mes. Con excepciones. El texto dice que «o cumprimento desta obriga poderá ser dispensado total ou parcialmente pola consellería competente en materia de patrimonio cultural cando exista unha causa xustificada» aunque no determina cuáles son esas causas. La Consellería de Cultura pone como ejemplo de bienes dispensados de las visitas los conventos de clausura, por razones obvias. Pero mientras Galicia solo se refiere a causas justificadas para dispensar de la obligación de las visitas, otras comunidades van un poco más allá, y establecen que si esta apertura choca con el derecho a la intimidad, al honor y la inviolabilidad del domicilio, los propietarios de los bienes protegidos no tendrán que cumplir con la obligación de abrir el inmueble al público.