Pugna en la captación de empresas, desajuste en los planes ferroviarios y los peajes, materias por resolver
18 abr 2017 . Actualizado a las 05:00 h.A mediados de los años noventa y aprovechando una visita oficial Manuel Fraga embarcó en un helicóptero al entonces primer ministro Aníbal Cavaco Silva y ordenó poner rumbo a Tui. Desde el aire le detalló el itinerario de la prolongación de la autopista AP-9 hasta la frontera, y al llegar al Miño espetó: «¡Y al otro lado no hay nada!». Al día siguiente Cavaco ordenó poner en marcha los estudios para conectar a su país por autopista con Galicia.
Esa unión física por vías de alta capacidad llegó después de lograrse la alianza institucional en 1991 con la Comunidad de Trabajo Galicia-Norte de Portugal, primer hito de un balance de relaciones notables entre los dos vecinos, pero que también acumula varios asuntos pendientes.
Competencia empresarial
Vigilancia. El norte de Portugal ha lanzado un plan de captación de empresas que ha provocado que varias multinacionales del sector de la automoción presentes en Galicia hayan elegido territorio luso para sus nuevas inversiones. La Xunta advirtió en febrero a las autoridades portuguesas que vigilará que no se incumplan las reglas de la competencia europeas o que los ayuntamientos lusos atraigan inversiones industriales con ayudas no permitidas. Para tratar de frenar la oleada de deslocalizaciones la Xunta prepara una ley de implantación industrial que facilite trámites a las empresas.
Ferrocarril
Pendientes de Lisboa y Madrid. Desde que en el 2011 Pedro Passos Coelho descartó la construcción del AVE Oporto-Vigo prometido en el 2003, el ferrocarril que une ambos lados de la frontera solo ha recibido retoques. El tren Celta no puede prolongar su camino más allá de Vigo, y en Portugal sigue realizando infinidad de paradas que demoran el viaje hasta Oporto por encima de las 2 horas y 20 minutos. La Administración lusa ha lanzado por fin la electrificación de la línea entre Nine y Valença, obras que se culminarán en el 2019 para reducir el trayecto a 1,30 horas. Pero falta que España haga ahora lo propio entre Vigo y Tui y ambos gobiernos impulsen un tren más moderno que el actual.
Peajes
Prosigue el conflicto. Los empresarios de Viana han puesto en marcha la enésima campaña contra los peajes automáticos en las autovías del país, mientras los conductores gallegos siguen recibiendo multas por no abonar las tarifas que se activan al pasar bajo las cámaras de control. Las instituciones gallegas han dado por bueno que los dispositivos de telepeaje españoles puedan ser usados en las carreteras lusas, pero los empresarios no se conforman. Advierten de que por la frontera de Tui pasan el 65 % de las exportaciones gallegas y el 51 % de las portuguesas.