Los Sherlock Holmes del monte

maría cedrón REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA

VÍTOR MEJUTO

Agentes del Seprona y del EMIF de la Guardia Civil desgranan el trabajo de investigación de incendios, labor en la que colabora el Distrito Forestal

07 sep 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

El jueves se dio por extinguido al fin el incendio que arrasó, según los datos de la Xunta, 3.180 hectáreas en la Serra do Larouco. Hasta ahora es el más grave de los ocurridos en Galicia durante esta campaña. Pero el trabajo de los equipos de lucha contra el fuego no acaba cuando ya no hay llamas. Para algunos no ha hecho más que empezar, sobre todo en casos como este en los que se han hallado 7 artefactos supuestamente usados para plantar fuego. Esta vez han tenido suerte. El viernes fue detenido un hombre de 83 años como presunto autor. Aunque fue puesto en libertad, está imputado.

¿Qué ha provocado el incendio forestal? ¿Qué razones pueden llevar a alguien a quemar un monte? ¿Cómo prevenir que ocurran en el futuro? Esas son algunas de las labores que realizan los agentes del Seprona y del Equipo Multidisciplinar de Incendios Forestales (EMIF), dependiente de ese mismo grupo de la Guardia Civil, en permanente contacto con los agentes del distrito forestal, adscritos a Medio Rural. Su trabajo es lento y laborioso. La colaboración ciudadana resulta fundamental. Porque cualquier pequeño indicio puede ser el hilo del que tirar para desenrollar la madeja.

Justo el jueves, el mismo día en el que concellos como Cualedro o Xinzo se libraban del incendio que arrasó los Larouco, dos agentes del Seprona repasaban a pie la zona en la que comenzó uno de los tres focos de otro fuego apagado hace ya 27 días.

A las 1.55 horas de la madrugada del 10 de agosto cuando los agentes forestales dieron la voz de alarma de un incendio que acabaría destruyendo 81,76 hectáreas de monte en el concello coruñés de Sobrado dos Monxes, justo al lado de un dolmen y muy cerca también del Camino de Santiago. Aquella noche el guarda forestal que estaba apostado en la torre de vigilancia de Coto do Pilar, el punto más elevado de la provincia de A Coruña, avistó como el fuego había comenzado en tres puntos claros que, empujados por el viento, tendían a unirse. Para los agentes del Seprona y del EMIF esa información es ahora fundamental para descartar que no fuese provocado. Con la ayuda de los agentes forestales van atando cabos para descubrir por qué y quién pudo haberlo plantado.

El responsable de las labores de extinción ha marcado las zonas en las que comenzó el fuego. Aunque empiezan a brotar la hierba y algún helecho, los troncos de los tojos están totalmente calcinados. «Observando el monte y viendo hacia donde se inclinan podemos averiguar la dirección del fuego. Desandando su ruta llegamos al punto de origen», explican los agentes. Ahí es dónde pueden especular sobre qué usó el presunto incendiario para provocar el fuego. «El mechero es muy utilizado porque no deja huellas, pero usan velas porque les da tiempo a escapar, lupas orientadas al sol, bengalas...», explican.

Las razones

Luego está el porque. «Las causas por las que actúa un incendiario son muy variadas, dependen de la zona... Desde problemas vecinales por asuntos de lindes o conflictos en montes comunales a tratar de espantar a los jabalíes o a los lobos, hacer más pasto, abrir accesos a zonas complicadas como acantilados...», describe uno de los agentes del EMIF de la provincia de A Coruña. La labor de ese equipo activado durante la época de alto riesgo (julio, agosto y septiembre) es la de hablar con los vecinos, repasar las estadísticas, atar cabos para descubrir la causa, cercar al supuesto autor y hacer labores de prevención. «Había una zona en Santa Comba en la que hace un tiempo comprobamos que los fuegos se repetían todos los años durante una época concreta. Organizamos charlas con colectivos que tenían interés en el monte como cazadores, responsables de Tecores, alcaldes, agentes forestales... Logramos frenar la oleada», recuerdan también.

Para su trabajo es fundamental la información recabada por los agentes forestales en un primer momento

Mientras buscan pruebas personales por la zona, sus otros compañeros del Seprona peinan el monte. Buscan restos de colillas, de animales, observan cómo fue la trayectoria del fuego... «Ahí hay una lata de refresco. Por el lado izquierdo está totalmente quemada, pero en cambio no está tan afectada del otro costado. Eso quiere decir que las llamas cruzaron desde la izquierda. Pero nunca avanzan en línea recta. Van buscando su camino», dicen. Aunque el fuego arrasa, no puede con todo. Solo hay que saber leer las marcas que deja.

«Las causas por las que actúa un incendiario son muchas, depende de la zona»

«Estuvimos a punto de resolver el expediente X de las bengalas lanzadas desde aviones»

Hay una leyenda urbana relacionada con la propagación de incendios en Galicia que habla de avionetas surcando el cielo desde las que lanzan culebras o bengalas. «No hace mucho tiempo estuvimos a punto de resolver dicho expediente X», bromea uno de los componentes del EMIF. Pero en realidad se refería a la investigación abierta para comprobar qué eran los extraños artefactos que varios vecinos de la zona de Barbanza habían observado caer del cielo y que, supuestamente, habían provocado un incendio. «Nos los describían perfectamente. Explicaban que les parecía que los había tirado una avioneta», añaden.

Unas bengalas

La única avioneta que había sobrevolado la zona el día en cuestión era de una productora y los artefactos eran bengalas de las que utilizan los barcos para marcar dónde están cuando hay una emergencia en el mar. «Comprobamos que las bengalas fueran tiradas desde tierra y en diagonal, cuando estas solo pueden tirarse en el mar hacia arriba y en línea recta», dicen. Misterio resuelto.

Abrir la mano a determinados trabajos mecánicos en Red Natura podría ayudar

La santolina es una planta endémica que vive en una zona catalogada como Red Natura, en el concello de Toques, justo al lado del Camino de Santiago. También estuvo amenazada por las llamas en agosto. Fue por un incendio que acabó arrasando 321 hectáreas de monte, buena parte de ellas en terreno protegido. Pero no es la primera vez que el fuego ataca áreas de Red Natura. Pasó en la Serra de O Xurés, en Ourense, o en las Fragas do Eume, por ejemplo.

Frenar el fuego en esas áreas es una de las prioridades. Diferentes organismos oficiales trabajan con la idea de poder realizar determinadas labores mecánicas de limpieza del monte, algo que ahora prohíbe la UE.

Creen que ello podría ayudar a cambiar hábitos como el uso del fuego en Galicia como elemento para desbrozar. Además podría hacer disminuir la empatía que algunos puedan tener con el incendiario porque, como alegan, «aí en zonas de Red Natura non podemos facer nada».