En Galicia pronto será corriente hablar de centenarios jóvenes. Dícese de aquellos que han superado por poco la barrera de los 100, antaño noticia llamativa, hoy común en todas las parroquias. De momento, el reparto sale a uno por cada tres parroquias, pero de seguir esta progresión en un par de décadas los habrá en todas.
Llaman más la atención los supercentenarios, los que ya han sobrepasado la barrera de los 105. Galicia es una potencia. Y eso que el invierno ha sido duro: en apenas un mes han fallecido seis de entre 106 y 108 años. Buena parte, de la Costa da Morte, donde a la vista está que la muerte cuesta bastante. Pero ya hay savia nueva ocupando esas alturas vitales. Los jóvenes vienen pegando fuerte. Las dos primeras, además, siguen en sus puestos. Francisca Barracel, de Ourense, que cumplirá 111 el 18 de junio, es la primera de Galicia y la cuarta de España. Avelina Mouzo, de A Ponte do Porto (Camariñas), 108 desde diciembre, la segunda. María Saíñas, de Carreira-Ribeira, llegará a esa cifra el 29 de este mes. Jesús González, de Pedrafita, los cumplirá en diciembre. Es el primer varón de la lista.
Francisca está algo apagada estos días, decía ayer su hijo, José: «Os anos vanse notando, baixou moito». Avelina es otra cosa. El invierno pasó de largo. Lo cuenta su nieta, Nieves: «Nin un catarro». A las 9.30 horas, en pie. Barre la acera, tiene autonomía, habla, come, insiste en ayudar en las tareas. Tiene más empuje que algún adolescente. Un prodigio de la genética.
Jesús Fraiz, médico especializado en gerontología, cree que el ADN es una de las claves que explican tan larga vida, pero por lo general obedecen a «moitos factores». El caso gallego es excepcional, pero cita otros similares en Japón o Cerdeña.