«Touriño es un buen político, pero cedió demasiado poder»

Elisa Álvarez González
e. álvarez SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

El expresidente de la Xunta augura larga vida al gallego y defiende el modelo de plurilingüismo impuesto por Feijoo en la enseñanza

07 ago 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

A su faceta de médico y político, a Fernández Albor se unen otras como su sensibilidad musical, que lo ha llevado a ser presidente de Música en Compostela, o su breve paso por el Ejército como piloto aéreo durante la Guerra Civil. Un hombre del Renacimiento en el siglo XXI, que él rebaja modestamente a la Ilustración, «me conformaría con eso, lo del Renacimiento ya me parece demasiado».

-¿Hace falta en Galicia un partido galleguista?

-No no, ¡qué partido galleguista! Eso es lo que no quiso Piñeiro, sino que Galicia fuese galleguista toda ella. Él mismo dijo: «Si tienes un partido galleguista, el ataque al partido es el ataque al galleguismo y los otros no lo son, aquí lo que conviene es una Galicia galleguista». El galleguismo no es un partido, sino una deuda que tienes con la identidad de tu tierra y con la cultura. Eso debemos tenerlo todos. Y hoy en día todos los partidos lo son. Otros lo que son es independentistas. Los galleguistas son autonomistas, pero también españoles, porque los problemas de España y Europa nos atañen. Por eso nos votan a nosotros más, porque somos identificados con la manera de ser del pueblo gallego. Como bien decía Celso Emilio Ferreiro: «Galicia limita ao norte cos ventos alisios e ao sur cun barrio de Bos Aires».

-Creó el Instituto da Lingua Galega.

-No, participé en su primera directiva representando a la Fundación Penzol. Soy el único vivo que queda, desgraciadamente para el resto y afortunadamente para mí [sonríe].

-¿Le apena que se rompiese el consenso del gallego?

-No se ha roto.

-En la enseñanza.

-Mira, cuando lo atacan unos y otros es que vamos por buen camino. Si el decreto lo atacasen solo galleguistas históricos o nacionalistas... Pero lo ataca también Galicia Bilingüe. A mí me parece bien lo de Feijoo: gallego, español, y si puede ser una lengua extranjera. El gallego no está muerto ni puede morir. El día que decidimos en mi Gobierno crear una televisión y una radio en gallego dormí tranquilo, porque es imposible que muera una lengua que se habla todos los días.

-¿Cómo definiría a los expresidentes de la Xunta?

-Me parecieron todos buenos. Fraga nos dio quince años de paz y progreso. Laxe tuvo el inconveniente de la moción, fue un error del PSOE, creían que el pueblo gallego, al gobernar ellos dos años, ya les votarían. El insulto que le hicieron al pueblo gallego fue ese, creer que Galicia vota poder. Touriño es un buen hombre y un buen político, pero tuvo la desgracia de ceder demasiado poder y dieron la versión de dos Gobiernos, lo que le perjudicó. Y luego el triunfo de Feijoo, que fue impresionante. Creo que tenemos presidente para mucho tiempo.

-Fundó la clínica La Rosaleda. ¿Qué solución ve a los problemas de la sanidad?

-Es difícil, la sanidad es costosísima en España, porque es un lujo la sanidad que tenemos y el gasto farmacéutico. Yo mismo me asusto cuando voy a la farmacia y no me cuesta nada ningún medicamento. Habría que limitar esos gastos y aprovecharse de las instituciones privadas. Hay ese ataque a la medicina privada sin darse cuenta de que somos necesarios.

-Sigue en activo. ¿Qué le parece la jubilación a los 67?

-Me parece una buena idea lo que quieran hacer, yo me jubilaré el día que me muera. Mientras, quiero seguir con mi ilusión y mis creencias de que no terminaré mi vida aquí, de que hay otra vida.