«Non se pode ser tan pacíficos. Hai que montar lío»

GALICIA

Tres días sin agua encendieron los ánimos de 200 residentes, que invadieron?el Ayuntamiento y no dudaron en exigir?la dimisión del equipo de gobierno

01 dic 2006 . Actualizado a las 06:00 h.

?a junta de portavoces de Bueu pretendía celebrar ayer por la mañana una reunión para «analizar la situación de lo que pasó el lunes con las inundaciones y las medidas que se van a adoptar», apuntó la alcaldesa del PP. La realidad fue muy distinta. Elena Estévez se enfrentó a uno de los días más difíciles de su mandato, que logró merced a una moción de censura. El salón de plenos fue tomado por unos 200 vecinos cansados de esperar desde el miércoles a que se reponga el suministro de agua. La rotura de una tubería de la red principal dejó el casco urbano en dique seco. Los afectados buscaban explicaciones, pero los ánimos se fueron caldeando y pronto comenzaron los gritos de dimisión y los insultos. Poco a poco, Elena Estévez y el concejal de Obras fueron apaciguando la situación. El edil lanzó todo un órdago bajo la promesa de que pagaría el recibo del agua de todos los vecinos si el servicio no se restablecía ayer. Todo apunta a que no tendrá que rascarse el bolsillo. Se acordó celebrar una reunión de los vecinos y la concesionaria Aqualia horas después. Los afectados aceptaron la propuesta, no sin antes lanzar una advertencia: o se reponía el suministro o tomarían de nuevo el ayuntamiento. «Case afogamos» Una trabajadora de la plaza de abastos resumió lo ocurrido: «Non se pode ser tan pacíficos. Hai que montar lío. Non sei se alguén vai ter que ir ao hospital dunha tunda». A lo que una compañera apuntilló: «Un día case afogamos, e ao seguinte hai seca». En su caso, la falta de líquido se suplió con barreños traídos desde viviendas de la zona rural. Y es que ayer no fue raro ver por Bueu a gente llevando cubos y más cubos de agua por la calle. En los bares, en un primer momento, los cafés y las infusiones fueron elaborados con agua embotellada. «Lo peor es tener que lavar la vajilla», apuntó un hostelero. En otros locales, optaron por servir sólo descafeinados de sobre con leche. La situación también se notó en las peluquerías. En una de Montero Ríos, sólo se peinaba a mujeres que llevasen la cabeza lavada. La falta de agua impidió, asimismo, que se pudiese limpiar el barro dejado por las últimas inundaciones.