TRÁFICO Y VIDA | O |
02 feb 2006 . Actualizado a las 06:00 h.SEGÚN RECIENTE encuesta, nuestros conciudadanos gallegos no muestran celo alguno hacia el permiso de conducción por puntos. ¿Y qué convicciones han movido las respuestas?, ¿están en razón de la bondad/maldad del sistema, o guardan relación con el hecho de que se trata de coartar la libertad personal más allá del aparato punitivo?, ¿pesa la probabilidad de sentir en propia carne la dureza del sistema? Conviene recordar algún dato del pasado de este sistema que es sólo de aplicación frente a infracciones graves o muy graves, las que son proclives a generar accidentes. El sistema está en marcha desde hace años en Francia, Italia, Alemania, Luxemburgo, Reino Unido... En todos las reducciones de la siniestralidad han sido notorias y radicales, lo que basta por sí mismo para legitimarlo. En el Reino Unido, el país de tráfico más seguro de la UE se fijó en 1982, aunque ya desde 1930 la reincidencia del infractor en faltas graves determinaba la pérdida del permiso. Nuestro país seguirá fielmente el modelo francés, implantado en 1992 porque la elevada mortalidad en las carreteras se convirtió en un problema de Estado. Son las mismas razones que, en definitiva, podría argüir España. Y con mayor vigor en Galicia al hilo del pasado enero. Los 34 muertos justifican cualquier medida de rigor para aliviar tan desmesurada carga social.