Con un inusual disco de inusuales canciones de amor Pablopablo ha ganado crédito suficiente para desterrar el estigma de «nepo baby». Drexler pesaba mucho. Hoy actúa en Vigo y mañana en A Coruña
06 nov 2025 . Actualizado a las 18:23 h.Había el runrún en la escena musical española de que lo de Pablopablo iba para fenómeno. Incluso antes de que sacase su primer disco. Canciones en Mi no ha hecho sino corroborarlo. No le ha hecho falta a Pablo Drexler (Madrid, 1998) tirase de apellido. Él asegura que eligió su nombre artístico por pura sonoridad, no por desligarse de su padre [Jorge Drexler]. Liberado del nepotismo ahora se revuelve contra la etiqueta de cantautor. Y es que, desde luego, ni su voz, ni el tratamiento de las guitarras, ni las texturas electrónicas sobre las que se mecen sus canciones, se ajustan al convencional estándar del género.
—Has llegado a decir en alguna ocasión que lo de cantautor te da un poco de «cringe». ¿Por qué?
—A mí el término cantautor no me gusta menos ni más que el nombre de cualquier otro género. Entiendo que sirva para clasificar la música y hablar de ella, pero lo importante y lo primero es la canción. Después, si alguien quiere, ya se clasificará en un género. Para mí, el término cantautor no es más que una manera técnica de decir que cantas y que eres el autor de la canción. Y ya está. ¿Me parece mal que me cataloguen así? No. ¿Quiero definir mi música de ese modo? Tampoco. Prefiero simplemente decir que son canciones. Difíciles de explicar, como cualquier canción en el mundo.
—¿En la canción que cierra el disco, «Las tuyas», dices: «Mi niño va a llevar tu nombre, pero el apellido ya veremos». ¿Fue un guiño a tu decisión de renunciar a tu apellido?
—En esa canción todo son guiños, todo es un poco de coña. He inventado miles de cosas que son bromas, que en el mundo real nunca las diría, pero me parece divertido que aparezcan en una canción frases así de bonitas. En mis canciones siempre intento decir cosas que me sorprendan. Yo entiendo la canción como un lugar donde tú puedes ser un actor y hacer un papel, meterte en el rol y llevarlo hasta su máxima expresión.
—Has dicho que escogiste tu nombre artístico para desligarte del legado familiar, ¿cómo va ese proceso?
—No, no lo escogí para desligarme del legado familiar. Yo también lo he leído pero nunca he dicho eso. Escogí este nombre por la sonoridad. Me gusta como suena Pablopablo. Así que fue por una cuestión meramente estética. No tiene nada que ver con intentar desligarse de nada.
—En otro momento cantas: «Papá, toqué mis canciones y no me aplaudieron ninguna. La próxima vez que me llamen me canto las tuyas». ¿Cuál cantarías de él?
—No lo sé. Prefiero no decirte ninguna.
—¿Qué música escuchabas en casa de niño? ¿Qué canciones te marcaron?
—De pequeño, los que más escuchaba en casa eran los Beatles y música brasileña, recuerdo mucho a João Gilberto. También escuché mucho el Clandestino de Manu Chao. Y más tarde, ya he escuchado de todo. Literalmente, todo. Con te mayúscula.
—¿Recuerdas cuál fue el primer disco que compraste con tu dinero?
—El Monkey Business de Black Eyed Peas, allá por el 2008.
—¿Y el último?
—¿El último?... ¡Es que ya no se compran los discos! Qué pena, ¿no? Pero bueno, el último disco que me descargué en Spotify para escucharlo offline fue Belonging, de Keith Jarrett.
—¿Qué es lo que más te está sorprendiendo de lo que está pasando con Pablopablo?
—A mí todo lo que sea más que escribir una canción en mi habitación ya me sorprende mucho. Hacer una gira por salas en la que se está vendiendo todo es una maravilla. Es una sorpresa muy loca. Así que estoy supercontento.
—Decía hace unos días un compañero que seguramente no se podrá volver a ver a Pablopablo en lugares tan pequeños como aquellos en los que actúas en esta gira.
—¿Quién sabe? Ojalá. Pero a mí me gusta mucho también tocar en lugares íntimos.
—¿Más que en festivales?
—Los festivales son una bestia muy diferente. Pueden ser o muy duros, porque la gente no te conoce, o pueden ser maravillosos, porque generas una sorpresa muy grande. Yo he vivido momentos increíbles en festivales pero agradezco mucho la comodidad de tocar una sala: la prueba de sonido es más tarde, solo tocas tú..., todo es como más sencillo. Si tuviera que elegir, seguramente me quedaría con las salas.
—«No hay un sueño que no haya cumplido», dices en una canción..., pero seguro que sí.
—Esa canción es una ranchera sobre ser un nepo baby. En el fondo, de lo que se trata es de reírse de uno mismo. Y para reírse hay que decir cosas irónicas.
—Aun así, ¿cuáles has cumplido y cuáles te quedan por cumplir?
—Hombre, hacer una gira en España con todo sold out para mí es un sueño cumplido. ¿Y por cumplir? Pues hacer más discos, que es algo que me encanta.
—Hablas del amor y del desamor desde una posición muy valiente. ¿Sientes que el miedo al compromiso es algo que nos atenaza?
—Sin duda. Me interesa mucho cómo la sociedad de hoy en día tiene tanto miedo al compromiso en el amor. No es mi caso, las relaciones ahora se me dan bien (se ríe). Siento que hoy en día hay tantas y tantas opciones que la gente teme comprometerse. Quizá prensando que igual podría estar con alguien mejor. Y creo que esto condiciona el conseguir el amor en el 2025. Es algo que no me parece ni bien ni mal, simplemente me interesa muchísimo y entonces escribo sobre eso.
- VIGO. MONDO, miércoles 5, 21.00 ENTRADAS AGOTADAS
- A CORUÑA. DON GIORGO, jueves 6, 20.30 ENTRADAS AGOTADAS