Emily Brontë ha llegado este 2018 a bicentenaria con una fiesta de ediciones. Cumbres borrascosas tocan el cielo en el sello Tres Hermanas. Y adquieren nuevas cotas en la edición de Alma, ilustrada por Sara Morante (Torrelavega, 1976). ¿Cómo se pinta un clásico?, le pregunto. «Leyendo. Requiere un proceso de documentación y selección. Yo, como ilustradora, soy sobre todo lectora. Mi trabajo comienza cuando acaba la lectura», dice Morante, que ha debutado en la escritura con La vida de las paredes. «Ilustrar un clásico es una manera de viajar en el tiempo. Yo aprendo de cada libro que ilustro, y cotilleo en las vidas de sus autores...», cuenta quien empezó en el 2008 en la ilustración para adultos y ha reinventado, a su manera, Los zapatos rojos de Andersen (hasta tienen a Amy Winehouse por medio).
A Morante, amante de la ambigüedad en los textos y de sus rincones oscuros, le ha sorprendido Cumbres borrascosas. «La cabeza de Emily Brontë, su libertad. Yo tenía un prejuicio sobre el libro, por la intoxicación que ha provocado su visión como una novela de amor decimonónica, quizá por el hecho de que la ha escrito una mujer. ¿No puede hablar una autora de los 40 años de venganza de un señor? Cuando se editó el libro, ella tuvo hasta que disculparse», advierte Morante.