Una apuesta por otro modo de vida en el monasterio de Ozón

Juan Ventura Lado Alvela
j. v. lado CEE / LA VOZ

FIRMAS

Miembros de la cooperativa Aurora de los Caminos.
Miembros de la cooperativa Aurora de los Caminos. XESÚS BÚA

La cooperativa sin ánimo de lucro trata de restaurar el vigor del centro religioso

10 sep 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

No son católicos pero, salvo por las relaciones de dominio respecto a la población local, los socios de Aurora de los Caminos, una cooperativa que el pasado 31 de agosto logró la certificación de entidad sin ánimo de lucro, apuestan porque el modo de vida en el Monasterio de San Martiño de Ozón sea, en el fondo, muy parecido al que llevaban los monjes a partir del siglo XII.

Cultivan la tierra, venden productos ecológicos, acogen peregrinos y practican diversas disciplinas educativas y artísticas. «Aquí tiene cabida cualquiera actividad que esté destinada a disfrutar de la vida», explica Marta Rey, una periodista coruñesa que se hartó de los ritmos y las presiones del oficio y durante un trabajo sobre el Camino de Santiago con el escritor Fernández Sánchez Dragó decidió aparcarlo todo para «apostar por lo lento», la existencia «sencilla, serena, tranquila, servicial y de entrega».

Como ella son cinco los cooperativistas a los que pronto se unirán otros tres y decenas las personas que vienen y van, bien como peregrinos que se dirigen a Muxía o como visitantes que prolongan algo más la estancia y se implican en el trabajo comunitario, tan importante para la ingente tarea de restauración que tienen por delante en todo el antiguo monasterio.

Entre las actividades que realizan, aparte del cuidado de los frutales o la recogida de los productos del campo, tienen desde un salón de té hasta clases de guitarra, yoga, esgrima antigua, canto o grupos de lectura. Todo con el mismo precio «lo que consideres justo y puedas pagar con alegría», como rezan sus carteles.

«Nuestro objetivo es crear y gestionar hogares abiertos a todo ser humano», señala Soraya Morte, una valenciana que también decidió cambiar de rumbo y que ahora vive en Ozón con su marido y su hijo.

Los inicios no están siendo fáciles. Tienen una cesión por parte de la Iglesia de cinco años, pero los recursos que son capaces de generar alcanzan a poco para levantar, reconstruir y adecentar las piedras centenarias de lo que antaño fue un floreciente centro religioso y agrario.

Han pedido colaboración hasta en el Vaticano y en la Unión Europea y, aunque no llega, eso tampoco les aparta de su objetivo enmarcado dentro del movimiento de cooperativas integrales que apuesta por un nuevo modelo económico más justo, más sostenible y centrado en las personas, sin necesidad de tener como únicos valores de referencia los monetarios.

AURORA DE LOS CAMINOS

«Nuestro objetivo es crear y gestionar hogares abiertos a todo ser humano»

Soraya Moret

«Aquí tiene cabida cualquier actividad que esté destinada a disfrutar de la vida»

Marta Rey