«Las ventas han caído más del 20 %»

Nacho Mirás Fole

FIRMAS

Galicia tiene cinco farmacias en concurso de acreedores y dos en cierre provisional

30 dic 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

Son un poco confesores, hacen de psicólogos de guardia, de consejeros... pero las farmacias, el negocio del que viven, están tocadas. José Luis Rodríguez Dacal (A Pobra de Brollón, 1948), presidente de la Federación de Farmacias de Galicia, dice que detrás de los tiempos malos vienen tiempos peores. Y este dolor de cabeza no lo arregla una aspirina.

-Hágame un diagnóstico rápido del sector.

-En Galicia hay unas 1.400 farmacias para una población de unos 2.800.00 habitantes. Si haces la división, no llegamos a 2.000 habitantes por oficina, ya que las que están cerca de centros de salud tienen una venta superior a las otras y nos ponemos en unos 1.600 habitantes de media. Eso no te da para que se abran más. Ya hay cinco en concurso de acreedores y dos en cierre provisional. Y gente que tenía farmacéuticos adjuntos o sustitutos ha tenido que prescindir de ellos porque la bajada media de ventas supera el veinte por ciento. En las farmacias, además, los precios y los márgenes vienen impuestos.

-Hace años, profesiones como arquitecto, dentista, notario o farmacéutico eran sinónimo de éxito...

-Eso se acabó. Y tampoco fue del todo así. Hubo épocas mejores y peores. La farmacia, globalmente, ha sido una profesión segura en cuanto a que ganabas para vivir con cierta holgura. Algunos farmacéuticos vivían muy bien, pero eran las menos. Y la mayoría teníamos un sueldo digno. Hace más de un año que se acabó. Entre Cataluña y la Comunidad Valenciana hay más de doscientas en concurso de acreedores. Y no solo ha bajado el volumen de ventas, también está el asunto de los impagos.

-¿Cuánto les debe la Administración gallega?

-Afortunadamente, nada. Nos están pagando. Es cierto que todos los años, entre noviembre y diciembre, hay algún retraso que se soluciona entre enero y febrero. No podemos quejarnos de la Xunta de Galicia por los pagos, sí en que nos apriete en las condiciones.

-¿De qué manera les ha afectado el medicamentazo?

-Lo que más nos preocupa es que hay una variación de precios mensual. Se bajan los precios de determinados medicamentos todos los meses y, en algún momento, tú puedes tener productos a los que el laboratorio no ha bajado el precio y no los puedes comercializar con cargo al sistema de salud. Ese stock no lo podemos devolver porque no está caducado, así que te quedas con él y pierdes el dinero. O guardas los medicamentos hasta que caduquen [muestra una caja llena].

-Lo de los genéricos motivó quejas de personas que decían que el nuevo medicamento no les sentaba igual que antes. ¿Eso es psicológico o hay algo de cierto?

-Lo oímos todos los días y, en algún caso, creemos que es cierto. Se dio más al principio. Ahora, o la gente se ha acostumbrado, o el genérico se formula mejor... no sabemos, pero sí que se dio. Y lo mismo en antibióticos que en medicamentos para trastornos cardíacos, para trastornos psiquiátricos, en el párkinson... En el último año, la gente que ha empezado a medicarse ya ha tenido que usar genéricos, así que no sabe si el medicamento de marca le haría mejor efecto o no.

-Lo que se mantiene intacto es esa relación de confianza entre el cliente y el farmacéutico...

-Aquí eres confesor, confidente, te piden que hagas una cura, que les mires la tensión... Yo tengo gente que no va al ambulatorio a, como dicen ellos, «mirarse el azúcar», sino que vienen aquí. Les haces una prueba y les das una orientación para que sepan si tienen que ir al médico o no. Y la tensión es el pan nuestro de todos los días. Los que vienen confían y, si les dices que tienen que ir al médico, van.

-¿Qué tal enfermo da usted?

-No creo que sea malo. Me he operado cinco o seis veces, pero tengo buena salud.

nacho.miras@lavoz.es