Las crisis que vivió Alúmina-Aluminio

Mar García Balseiro
MAR G. BALSEIRO VIVEIRO / LA VOZ

FIRMAS

Desde la suspensión de pagos a los efectos de la guerra del Golfo y la Bolsa de Londres

30 sep 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

Tiempos convulsos los que vive la comarca en torno a su principal motor económico, la factoría de Alcoa en San Cibrao, en la que rumores y noticias, o la ausencia de ellas, conviven a diario dentro y fuera de la fábrica. La actual no ha sido la única crisis que ha soportado el complejo de San Cibrao a lo largo de sus tres décadas de historia; tampoco, por lo menos de momento, la más virulenta.

El complejo lo ejecutó una sociedad de mayoría pública formada por la Empresa Nacional del Aluminio (tenía el 55 % del capital inversor) y Aluminio de Galicia, Endesa y otras entidades financieras, y la tecnología que se aplicó en el complejo fue aportada por la dos principales multinacionales del aluminio, la americana Alcoa, hoy propietaria del complejo, y la canadiense Alcan, entre otras.

Dos años después de la inauguración del complejo (octubre del año 1982) el mercado europeo impuso sus reglas y el precio del aluminio registra un fuerte descenso en la Bolsa de Londres. Se avecina la primera crisis importante, seguida de conflictos laborales, a la que tendrá que hacer frente lo que entonces se conocía como Alúmina Aluminio.

Sin liquidez

La empresa se queda ese año sin liquidez, y no le queda otra alternativa que presentar suspensión de pagos para intentar salvarla, cancelando las cuentas de pago a los proveedores.

Tras este capítulo, el Instituto Nacional de Industria (INI) pasó a controlar todo el sector del aluminio español, fusionando Alugasa y Endasa y naciendo la Industria Española del Aluminio (Inespal). Aquella operación incluyó el levantamiento de la suspensión de pagos y la ampliación de capital en el equivalente de 93 millones de euros. El INI además alcanzaba un difícil acuerdo con la multinacional francesa Pechiney, socia de la firma española.

Sin respiro

No hubo mucho respiro, porque al inicio de la década de los noventa el mercado del aluminio español vuelve a enfrentarse a una situación complicada. La fábrica de San Cibrao fue entonces el salvavidas del grupo, El entonces presidente de Inespal, Fernando Rubio, reconoció que el complejo industrial mariñano salvó al grupo de entrar en pérdidas en 1990.

Las circunstancias desfavorables entonces iban desde la crisis provocada por la guerra del Golfo a la caída, de nuevo, de los precios del aluminio o los altos tipos de interés.

Algunas fábricas del grupo tuvieron que hacer frente a reducciones de plantilla. La fábrica mariñana se salvó de los recortes. En la primera semana de febrero de 1998 se oficializa la venta de las empresas del grupo Inespal a la multinacional Alcoa. En realidad, la sombra de la privatización ya planeó durante varios años.

Con la venta, por la que Alcoa pagó 410 millones de dólares, y contra la que se movilizaron sindicatos y trabajadores instando al Gobierno a asegurar el empleo, San Cibrao pasó a ser el principal centro de la multinacional en Europa.