La pesadilla que llega por los aires

BEATRIZ ANTÓN FERROL / LA VOZ

FERROL

REBECA LÓPEZ

Algunos hosteleros cuantifican en 700 euros anuales las pérdidas en copas y loza que rompen gaviotas y palomas en su afán por hacerse con las tapas de las mesas

14 jul 2019 . Actualizado a las 09:35 h.

Con la llegada del buen tiempo, las terrazas toman las calles de la ciudad. Y con ellas, la pesadilla de las aves vuelve a planear sobre el sector hostelero. «Este verano las gaviotas no nos están dando tantos problemas, pero las palomas están muy pesadas, incluso más que el año pasado», se lamenta el responsable del Bar Beirut del Cantón, José Fanego. Este hostelero asegura que hasta hace bien poco solía desembolsar cerca de 200 euros al mes para reponer las piezas de vajilla, copas y vasos que las aves rompían a diario en su afán por hacerse con los restos de comida de las mesas. «Era un gasto inasumible, así que ahora repongo la cristalería rota con las copas y vasos que nos dan los proveedores, pero las piezas de loza siguen corriendo a mi cuenta y, aunque ya no es tan grande, el gasto sigue siendo considerable: entre 50 y 60 euros al mes», explica José Fanego.

Las molestias que relata este hostelero se repiten con mayor o menor intensidad en otras muchas zonas de terraceo de la ciudad, como Ferrol Vello o la plaza de Amboage. A pocos metros del Beirut, Samuel Curbeira, del Bar Ankha, coincide con Fanego en que las palomas dan más problemas que las gaviotas y, en su caso, cuantifica el gasto que conlleva la reposición de vajilla en «por lo menos unos 60 euros cada dos meses». «Lo malo es que ese no es el único problema que causan las palomas. También ensucian mucho las mesas y las sillas y asustan a los clientes», advierte el responsable del bar Ankha.

En la zona del muelle de Ferrol, Álvaro González, del restaurante A Maruxaina, cuenta que cuando comenzó el buen tiempo instaló un búho de cerámica en un intento por ahuyentar a las aves, pero sin éxito alguno, porque «a las dos o tres días se dieron cuenta de que era de mentira y ya no le tenían miedo». Por suerte, en su caso la instalación de grandes sombrillas le ha servido para reducir considerablemente las molestias. «Desde que las puse ya no molestan tanto y la clientela está más tranquila.... Menos mal, porque hubo algún cliente que se llevó un buen susto, sobre todo con las gaviotas, que son más grandes y no vienen en plan amigable», comenta González.

Otros establecimientos de la ciudad han optado por remedios diferentes, como los aparatos de ultrasonidos o los cedés colgados de hilos. Pero José Fanego cree que ninguno de ellos resulta realmente efectivo. «El único remedio es salir corriendo en cuanto el cliente se levanta para evitar que las palomas y gaviotas se abalancen sobre la mesa y rompan la loza», asegura el responsable del bar Beirut, quien considera que dar de comer migas de pan o maíz a estas aves es un «error», porque pierden el miedo a las personas y cada vez invaden más su espacio sin ningún temor. «Llevo trabajando muchos años en la zona del Cantón y antes no había este problema», asegura.

Pero no todos los hosteleros tienen la misma percepción. Desde el mesón Terramar de la calle Pardo Bajo, Marina Nikoghosyan reconoce que el problema sigue estando ahí, pero a su modo de ver la presencia de gaviotas o palomas ya no resulta tan agobiante «como hace dos o tres años». «Las campañas de control deben estar surtiendo efecto porque este verano ya no veo tantas», apunta.

Locus Avis recibió más de 150 alertas en lo que va de año 

El Concello de Ferrol destina casi 60.000 euros anuales al control de las colonias de palomas, gaviotas y estorninos que habitan en la ciudad. El servicio está en manos de la empresa Locus Avis, que en el 2018 recibió 363 avisos por gaviotas y 18 por palomas. En lo que va de este año, las alertas por gaviotas ascendieron a 141; por palomas, a 10; por estornoninos se registró solo una; y cuatro fueron por especies invasoras y otras aves.

Para dar respuesta a las llamadas relacionadas con las gaviotas -que son las que más quejas generan por las molestias que ocasionan estas aves en época de cría (entre mayo y agosto)-, en lo que va de campaña Locus Avis ha retirado ya 60 nidos, 78 huevos, 56 pollos y 11 ejemplares de adultos. En el caso de las palomas no se registraron tantas quejas, de ahí que la cifra de actuaciones realizadas hasta el momento no sea tan abultada. Según la información facilitada por el Concello, solo se retiraron 3 ejemplares adultos y un pichón.

¿Cuáles son las principales molestias causadas por las gaviotas? Pues, además de quitar el sueño a muchos vecinos con los fuertes chillidos que emiten durante la época de cría en defensa de su territorio, estas aves pueden ocasionar daños en los tejados, ya que sus nidos atascan los canalones, además de ensuciar la ropa extendida en los tendales y los coches con sus deyecciones.

Los vecinos que sufran estas molestias pueden solicitar la retirada de los nidos y pollos al Concello de forma totalmente gratuita. Para ello no tienen más que llamar a Medio Ambiente y dejar sus datos.