El quinto ajuste pero el menos traumático para el naval en 30 años

Beatriz García Couce
beatriz couce FERROL

FERROL

CESAR TOIMIL

Nunca antes existió un consenso tan alto sobre la necesidad de acometer los cambios en los astilleros públicos

04 nov 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Hablar de la reconversión naval es mentar a la bestia negra en Ferrolterra. El ajuste acometido a finales de los ochenta en los astilleros públicos dejó una huella que aún hoy es palpable en una comarca envejecida y que ha vivido una acusada sangría poblacional. Entonces se perdieron miles de empleos y ese recorte fue seguido después de otros de menor calado. Ahora, el naval público se prepara para acometer un nuevo ajuste (el quinto), pero las circunstancias son completamente diferentes a las anteriores, ya que existe un consenso entre todas las fuerzas políticas, las organizaciones sindicales y las propias direcciones de Navantia y de su dueño, la SEPI, para acometer la nueva transformación.

Plan de empresa del 99

El hecho de que las salidas anticipadas vayan a ir acompañadas de un programa de rejuvenecimiento de las plantillas, algo que no sucede desde el bautizado como plan de empresa de Bazán (año 1999), que el futuro en cuanto a carga de trabajo esté medianamente despejada -con el programa de los submarinos S-80, las fragatas F-110 y las corbetas árabes- y de que vayan a acometerse diversas inversiones para hacer las factorías más competitivas ha convencido a todas las partes de la conveniencia de su aplicación.

Solo en lo que va de siglo, los astilleros públicos experimentaron otros ajustes. En el año 2000, para salvar de la quiebra al sector, la SEPI fusionó las factorías civiles y las militares y creó Izar, desprendiéndose de algunas plantas. Cuatro años después, la UE desencadenó el siguiente recorte, al exigir a la empresa la devolución de 1.600 millones de euros que había cobrado en ayudas que calificó de ilegales. Entonces fueron prejubilados 1.400 trabajadores pero no se dio entrada a savia nueva. Ahora, a las puertas del quinto, las expectativas son muy altas, principalmente porque en términos de empleo se abren nuevas posibilidades de contratación en una comarca siempre necesitada de oportunidades laborales.