Una reforma exprés para Armas

J.C.M. FERROL / LA VOZ

FERROL

PAULA QUIROGA

Mañana se aprueba la obra que suprime el párking y concita las críticas de vecinos, comercio, hosteleros y la derecha política

26 ago 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

El gobierno de Jorge Suárez aprobará mañana, lunes, el proyecto básico de ejecución para la remodelación de la plaza de Armas, una actuación que colea desde 2016, y que implicará la reforma total del entorno del palacio municipal, liberándolo de coches. «Un primeiro paso para cambiar a faciana da cidade, comezando polo centro neurálxico», en palabras del alcalde.

¿Cómo será la futura plaza de Armas?

Será un recinto arbolado en su perímetro, concebido como un salón urbano, abierto y asentado en su propia topografía, con un plano continuo e inclinado, lo que permitirá la conexión con los viales adyacentes y la supresión de la escalinata de la calle Real, y con un monumento en granito representativo del barrio. Una propuesta que prescinde, como exigían los pliegos del concurso convocado en su día, del aparcamiento subterráneo.

¿Por qué es tan polémica la supresión del párking?

Pues porque PP y Ciudadanos, asociaciones de vecinos del barrio, los comerciantes y la asociación de hostelería consideran que la medida dará la puntilla a un barrio que languidece desde el punto de vista demográfico y económico. Nadie cuestiona la necesidad de cerrar las actuales instalaciones -obsoletas y con deficiencias estructurales que suponen un peligro- pero defienden una nueva plaza con un párking en condiciones. No en vano, sostienen que, esa ubicación, es la más cómoda para quienes se acercan a comprar, a dar una vuelta o a hacer una gestión al centro, donde aparcar en superficie es un infierno y los párkings de pago, a excepción del de la plaza de España, son incómodos y presentan problemas de accesibilidad. Reprochan además a Suárez que no haya tenido en cuenta la «opinión mayoritaria», contraria a la supresión.

¿Han adoptado medidas compensatorias?

El párking se clausura definitivamente el viernes por la noche. Y con él desaparecen 106 plazas, de estacionamiento, más las que hay en superficie en el tramo de la calle Real por el que se accedía, que pasa a ser peatonal. Sin embargo, no hay cerrada ninguna medida compensatoria. Se trabaja en habilitar un párking disuasorio en la calle Alegre, pero está «pendiente de informes». Y el gobierno dice estar abierto a «estudiar mejoras» en la accesibilidad de los párkings existentes. Es todo. Tampoco hay medidas para impulsar la rotación en el aparcamiento a pie de calle. La postura oficial es clara: sobran huecos para dejar el coche en A Magdalena. «Hai un superávit de 1.700 prazas», sostienen aludiendo a informes técnicos. Una «falacia», según los populares.

¿Para cuándo las obras?

«No menor tempo posible e cos menores trastornos». Esa fue la única respuesta del regidor. Habrá que completar los pliegos, sacar el concurso y resolver... Podrían arrancar este mismo año.

¿Quedará la plaza acabada este mandato?

Es la pregunta del millón. Desde el Concello sostienen que la obra tiene un plazo de ejecución de nueve meses «que se poden reducir a seis». Una reforma exprés. Pero las elecciones serán en mayo de 2019, por lo que Suárez tendrá complicado inaugurarla antes de los comicios. Será una herencia para el próximo gobierno que podría o no estar encabezado por un grupo político contrario al proyecto.